Cuca Gamarra, Marimar Blanco y Alberto Núñez Feijóo este miércoles en el Congreso.

Cuca Gamarra, Marimar Blanco y Alberto Núñez Feijóo este miércoles en el Congreso. PP/Tarek

Política CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

Feijóo exige a Sánchez en presencia de Marimar Blanco que no libere a Txapote, asesino de Miguel Ángel

9 octubre, 2024 10:10

Alberto Núñez Feijóo mantiene viva la polémica sobre la ley que beneficiará y excarcelará a decenas de terroristas de ETA, gracias a una enmienda de Sumar que el PSOE no quiere retirar. En lugar de hablar de la inmigración y la política fiscal, que es a lo que había ido Pedro Sánchez al Congreso, el líder del PP, en presencia de Marimar Blanco, Feijóo le ha exigido "que retire la ley que deja sin efecto más de 300 años de prisión a los condenados por el terrorismo de ETA".

La senadora del PP es la hermana de Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA en 1997, y cuyo autor será beneficiado por esta reforma legal. Blanco había sido sentada minutos antes en el escaño contiguo a Feijóo. "Tiene usted cinco días", le espetó desde la tribuna al presidente del Gobierno, "y si le queda un mínimo de conciencia, le ruego que recapacite".

La reforma de la Ley 7/2014 era una mera transposición de una directiva europea de carácter técnico, pero se convirtió en una ley penal para reducir penas a etarras, por mor de unas enmiendas coladas por Sumar en junio... y que los diputados del PP no detectaron. Ni sus senadores, después. Ni tampoco los parlamentarios del resto de la oposición.

El Senado suspendió la votación in extremis este martes, por iniciativa del PP, que ya había admitido su "error en cadena" desde el lunes. Lo hizo para "poner la pelota en el tejado del PSOE", como ha seguido haciendo Feijóo en el Congreso este miércoles.

Pero el ministro Félix Bolaños le negó a Cuca Gamarra, la posibilidad de retirar la ley, que es la única opción que resta para evitar "la ignominia de rebajar las penas a etarras sanguinarios". La secretaria general del PP salió de esa conversación telefónica "decepcionada" y con el convencimiento de que "Sánchez es el autor intelectual" de la reforma legal. Feijóo, de hecho, basó en ese argumento el hilo conductor de su discurso.

Así que, mientras desplegaba una de sus intervenciones mas intensas, la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, interrumpió a Feijóo. "En base al artículo 102 del Reglamento", dijo la presidenta, trató de no permitirle seguir con este tema.

El punto 1 de ese artículo dice: "Los oradores serán llamados a la cuestión siempre que estuvieren fuera de ella, ya por digresiones extrañas al punto de que se trata, ya por volver sobre lo que estuviere discutido o votado".

"El presidente ha hablado de la dignidad de los migrantes... y yo tengo derecho a hablar de la dignidad de los españoles asesinados por ETA", respondió Feijóo indignado públicamente como nunca, "¡tengo derecho y lo voy a hacer!". 

De modo que Armengol no se atrevió a seguir leyendo el invocado artículo del Reglamento, que en su punto 2 añade que "el presidente retirará la palabra al orador al que hubiera de hacer una tercera llamada a la cuestión en una misma intervención".

Debate de la nación

Y es que, efectivamente, el líder del PP continuó: "Muchos españoles se sienten decepcionados con mi grupo parlamentario, y tienen razón", admitió, dando oportunidades numerosas a la presidencia para llamarle al tema en dos, tres y hasta enésimas ocasiones. "Pero no es lo mismo un error por negligencia que la bajeza moral de cambiar su propia dignidad con presos por presupuestos".

Con una metralleta de reproches, y de descalificaciones basadas en que "nadie le cree a usted, porque usted miente, e incluso no le quieren ni en algunas de las federaciones socialistas" en las Comunidades Autónomas, el presidente del PP convirtió su discurso en la réplica esperable de una especie de Debate sobre el estado de la Nación

En un momento blandió titulares de prensa, y en otro mostró una carta: "Usted las engañó, le dijo a las víctimas que no haría esto, que no existía esta iniciativa. Usted se lo mandó a los presidentes de las fundaciones de víctimas del terrorismo, por escrito desde el Ministerio del Interior. Les dio su palabra, pero ¿qué palabra? si usted no la tiene".

Le dijo Feijóo a Sánchez que "insultar al PP, atacarle con bulos, y mentir sobre los pactos con Bildu o las cifras migratorias no es tener una política, es lo contrario de lo que necesita nuestro país".

El presidente popular supo reunir la descalificación a la política migratoria del Gobierno con sus reproches a la reforma legal que beneficia a ETA. Mezcló a Bildu y las cesiones "indignas" a la formación heredera de Batasuna con la necesidad de Sánchez de mantenerse en el poder, y ésta con la utilización de la crisis migratoria para dividir a la sociedad.

En una semana particularmente difícil para el PP, el líder se ganó el aplauso apasionado de sus 137 diputados (y una senadora, la mencionada hermana de Miguel Ángel Blanco), y señaló a Sánchez. Por no proponer una sola medida para abordar la crisis migratoria, por olvidar que la comparecencia por ellos pedida también debía dedicarse a política fiscal, y por negarse a retirar la ley que permitirá que Txapote deje de ser el etarra de la rima electoral y pase a ser el asesino excarcelado antes de tiempo.