Sánchez prorrogará de nuevo el Presupuesto a la espera de que una crisis en Junts le devuelva su apoyo

Las bazas para ello serán rebajar en lo posible el contenido de ese pacto y prorrogar de nuevo los Presupuestos, confiando en que ERC y, sobre todo, Junts evolucionen hacia posiciones más moderadas, renovando a sus dirigentes más radicales. Que Carles Puigdemont dé paso durante 2025 a nuevos dirigentes más proclives al diálogo, más próximos a los convergentes previos al procés. 

Esa posición parte de la idea de que el Gobierno tendrá que pasar tras el verano por una hoja de ruta que incluirá la gestión del acuerdo con ERC, que incluye un posible concierto económico para Cataluña y también una normalización de esta comunidad autónoma; pero con la diferencia de que ambas cosas ocurrirán con un socialista en la Moncloa y en la Generalitat.

Y también con un contexto político que les favorece porque tanto ERC como Junts tienen que vivir inciertos procesos internos que les debilitarán para hacer oposición a Illa.

En ese contexto, Moncloa cree muy probable tener que prorrogar los Presupuestos para 2025. Explican que no parece probable que ERC esté en condiciones de asumir un nuevo pacto con el PSOE antes de final de año, entre otras cosas, porque en noviembre vivirá un duro congreso en el que Oriol Junqueras pretende retomar el control del partido.

En el caso de Junts, Moncloa ve insostenible que Puigdemont pueda mantenerse al frente, una vez que se termine beneficiando por la ley de amnistía. Él mismo dijo que no seguiría en el Parlament como líder de la oposición.

Sánchez necesita que en Junts se impongan tesis más próximas al empresariado y a sectores sociales hartos del procés y que vean oportunidades de normalización con Illa al frente de la Generalitat.

Puigdemont ya frenó hace dos semanas la aprobación del primer paso para los Presupuestos, el techo de gasto, y ha trasladado a Moncloa su voluntad de frenar la legislatura. Por eso, Moncloa da por perdidos los Presupuestos, a la espera de que en 2025 la evolución en el mundo independentista sea más favorable.

Además, las dificultades para aprobar el concierto según está escrito en el pacto firmado por PSC y ERC y la necesidad de pactar con los grupos en el Congreso, apaciguar a las comunidades y frenar el descontento interno en el PSOE irritarán previsiblemente a los independentistas y ese clima no favorece la aprobación de las cuentas públicas.

Varios ministros explican ya abiertamente que no hay problema alguno para prorrogar los Presupuestos para 2025. De hecho, explican que las que están en vigor, que se aprobaron para 2023, son muy expansivas, probablemente, más que las que podrían aprobarse ahora.

El Gobierno es consciente de que tendrá dificultades para formar mayorías que le permitan aprobar leyes en el Parlamento, pero explica que están hechos a la idea de limitar la producción normativa en esta legislatura, para buscar otras formas de gobernar.

La otra idea que explica el Gobierno es que el pacto con ERC hace más difícil la posibilidad de que el PP llegue a acuerdos con la derecha catalana. De hecho, aseguran que la posición radical del PP frente al concierto catalán le llevará de nuevo a una posición de marginalidad política, de forma similar a lo que ocurrió con la tramitación del Estatut.

Si había alguna opción remota de un acuerdo entre PP y Junts para desalojar a Sánchez de la Moncloa, el Gobierno ahora lo ve ya imposible.