Carles Puigdemont ha presumido este sábado de que la ley de amnistía ha sido posible porque, en lugar de quedarse en casa para ser detenido tras el 1-O, se "exilió" a Bruselas, "en el corazón de Europa, donde más daño le hace a España".
De este modo, ha presentado como una victoria del catalanismo su fuga de España, mientras otros dirigentes independentistas como Oriol Junqueras eran conducidos a prisión y condenados por el Tribunal Supremo.
Durante un acto de campaña de Junts celebrado este sábado en Bruselas, Puigdemont ha afirmado que "venir al exilio fue una decisión táctica, habíamos decidido que pasara lo que pasara no nos rendiríamos".
"Ante una ofensiva brutal, de las más bestias que ha habido en décadas contra un pueblo, su presidente, su gobierno y su Parlament", ha recalcado, "no había lugar a la rendición".
Y ha explicado con las siguientes palabras por qué decidió refugiarse en Bruselas, asesorado por su abogado, Gonzalo Boye, que ahora ha tenido una participación decisiva en la redacción de la ley de amnistía, que el jueves quedó aprobada definitivamente por el Congreso de los Diputados.
No obstante, la fecha del regreso de Puigdemont a España sigue en el aire, debido a que el Tribunal Supremo presentará presumiblemente una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), que demoraría varios meses la entrada en vigor de la amnistía.
"En vez de escondernos o buscar países que no tuvieran tratado de extradición con España", ha dicho el líder de Junts, "decidimos ir al corazón de Europa, donde hay más periodistas internacionales, donde nuestra labor pueda hacer más ruido, donde pudiéramos molestar más, donde menos se lo esperaban".
Más tarde ha aclarado que esta opción era la que "más daño le hace a España".
Carles Puigdemont se ha preguntado, ante su auditorio, si hubiera sido preferible "quedarse en casa" para ser detenido, lo que hubiera permitido "a los españoles decir: ¡les hemos derrotado!"
"No podríamos haberlo hecho desde una cárcel española", ha señalado sobre la negociación desarrollada en Bruselas, en la que consiguió arrancar al PSOE la aprobación de la ley de amnistía, a cambio de apoyar la investidura de Pedro Sánchez.
Puigdemont ha vuelto a presumir de que se negó a escuchar "los cantos de sirena de quienes nos venían a visitar a los despachos del Parlamento Europeo, ofreciendo soluciones felices a cambio de tener una vida más cómoda".
Ya desveló en una ocasión anterior que el PSOE le envió emisarios a Bruselas, que le prometieron el indulto si regresaba a España para ser juzgado por la organización del referéndum ilegal del 1-O.
Acompañado en la tribuna por Toni Comín y Laura Borràs, Puigdemont ha argumentado que la ampliación de la UE a los países del Este es una oportunidad para Cataluña, porque obligará a las instituciones comunitarias a reconocer los derechos (también los lingüísticos) de las minorías.
"Europa no puede ser un proyecto de ricos que se ganan muy bien la vida", ha señalado el expresidente de la Generalitat, "esto es un club que busca reforzar la democracia en favor de la paz".
La ampliación al Este, ha añadido, "comportará la entrada de una gran diversidad en la UE: Kosovo, Serbia, Bosnia, Montenegro, Macedonia, Moldavia... Georgia en el día de mañana", ha enumerado.
"¿Y las lenguas que habla esta gente no serán oficiales? Sus minorías lingüísticas, que son muchas, ¿no deberán ser respetadas? Al contrario, es la oportunidad para que Europa blinde su relación con las minorías". Algo que, a su juicio, también beneficiará a Cataluña.
Porque, ha sostenido Puigdemont, en la actualidad sólo 25 de las 64 lenguas que se hablan en los Estados miembros de la UE tienen el carácter oficial de sus instituciones. "50 millones de ciudadanos europeos, el 10%, hablamos una lengua que no es oficial en la UE", ha indicado.
"Haber forzado a España a pedir la oficialidad" del catalán en la UE, que fue una de las condiciones que Junts y ERC impusieron para apoyar a la elección de Francina Armengol como presidenta del Congreso de los Diputados, ha abierto "un camino irreversible, no hay marcha atrás, de una forma u otra el catalán será oficial", ha dicho Puigdemont al respecto.