Feijóo busca un vuelco en Cataluña y sondea a Dolors Montserrat para suplir a Alejandro Fernández
Los populares quieren resolver el asunto cuanto antes y de la manera menos abrupta, pero son conscientes de que habrá fricciones internas.
16 marzo, 2024 02:19"El candidato lo elegirá quien lo tiene que elegir". En la dirección del Partido Popular mantienen la incógnita de quién será la persona que se presente a las catalanas del próximo 12-M. Eso sí, todas las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL coinciden en un punto: la decisión la tomará Alberto Núñez Feijóo personalmente.
No es ningún secreto que su principal preferencia para este puesto, como contó este periódico hace meses, es Dolors Montserrat; para propiciar así un vuelco en el rumbo de la formación en Cataluña. Con el reloj apremiando, el presidente nacional del PP ya ha sondeado a la exministra de Sanidad y eurodiputada, para saber si estaría dispuesta a figurar en los carteles.
En las filas populares recuerdan que la prerrogativa de nombrar candidatos la tiene exclusivamente el Comité Electoral del partido. Aunque la solución no sería salomónica, ni mucho menos. Y daría lugar a una situación anómala: la candidatura no la encabezaría la persona que dirige el partido en la región, Alejandro Fernández.
[El PP deja en el aire la candidatura de Alejandro Fernández mientras negocia ir con Cs al 12-M]
Los populares quieren resolver el embrollo catalán cuanto antes y de la manera menos abrupta posible. Pero son conscientes de que, pase lo que pase, se generarán fricciones internas. El debate sobre el futuro del PP catalán es profundo y alcanza a todos los cuadros de la formación.
Mientras que unos consideran que la mejor opción sería mantener a Fernández, otros abogan por una regeneración que pase por Montserrat. En realidad, todo -o casi todo, porque también hay cuitas personales- tiene que ver con cuestiones ideológicas.
Los planteamientos del primero gustan, y mucho, a los dirigentes más beligerantes con el nacionalismo y el independentismo, que además destacan su talante: "Es uno de los mejores oradores que tiene el PP". El perfil de la segunda está bien visto por los que creen que hay que lanzarse a por otros caladeros, para ensanchar las siglas del partido.
No obstante, influyen elementos de otra índole. A Fernández se le achaca una falta de "lealtad" con el partido. Su pecado, defienden los partidarios, ha sido "hablar claro" en los momentos clave. Los detractores le culpan de tener "el partido hecho unos zorros" o no patearse los pueblos de arriba abajo.
Un proyecto transversal
En una región tan compleja como Cataluña, la apuesta del PP de Feijóo es construir un proyecto transversal que ponga las luces largas. El objetivo sería aglutinar no solo al llamado constitucionalismo, sino también reclutar a aquellos electores que se quedaron huérfanos con la desaparición de Unió Democràtica.
En el entorno de Feijóo está muy asentada la idea de que se puede y se debe armar un discurso que apele a dos identidades: la catalana y la española. Y que también se centre en lo económico, cuestión fundamental (creen en la cúpula del PP) para atraer a sectores conservadores que antaño se decantaron por la CiU de Pujol.
En realidad, lo que Feijóo buscar es exportar el modelo que ideó en Galicia a Cataluña. Se trata de una tesis que despierta recelos en algunos sectores del PP, como el que representa el propio Alejandro Fernández. No es novedad que el actual líder de la facción catalana no comulga con según qué postulados de Feijóo, caso del "bilingüismo cordial", o los guiños a los nacionalistas.
Con estos mimbres, el panorama se aventura incierto. Feijóo ha ido postergando la celebración del Congreso del PP en Cataluña entre otras cosas porque Alejandro Fernández, según asumen en Génova, ha logrado hacerse con el control del partido en la región y, con toda seguridad, lo ganaría.
Pero ser el líder no le garantiza, en ningún caso, ser el cabeza de lista en las elecciones. Por lo que todo está en el aire, a la espera de que Feijóo deshoje la margarita y se decante por una de las dos vías: dejarlo todo como está, o apostar por un relevo. Este segundo escenario, para algunos barones y altos cargos del PP, "sería un tiro en el pie, un suicidio".
De forma paralela, además, el PP negocia integrar a Ciudadanos en sus listas al Parlament. Las conversaciones no están yendo todo lo bien que cabía esperar, porque la formación naranja lo que plantea es constituir una plataforma, no acudir bajo el paraguas azul. Y el PP, con los primeros sondeos en la mano, se niega a diluir su identidad.
Todos los estudios de opinión apuntan a que los populares crecerán sustancialmente. Recientemente, el CEO catalán hasta llegó a situar la horquilla en un máximo de 18 representantes en el Parlament, lo que marcaría un hito. Sería multiplicar por seis lo que ahora tiene y pasar de 3 a 18 escaños. En este contexto, el PP no piensa ceder en algo tan elemental como acudir a las urnas con su propia marca.
La integración de Ciudadanos a la que se abre el PP, por tanto, consistiría en incorporar a perfiles como el actual portavoz del partido en la Cámara autonómica: Carlos Carrizosa, el que más gusta en el PP.