Punto de partida. Galicia, desde esta medianoche, vuelve a tener sus calles empapeladas con los rostros de los políticos: empieza una nueva campaña electoral. En dieciséis días, se celebrarán las elecciones autonómicas, la primera cita con las urnas después de las generales del 23-J y de la presentación de la ley de amnistía a los responsables del procés.
Según la media de sondeos, el tablero político apenas sufrirá cambios: el Partido Popular mantiene a día de hoy su ventaja sobre el resto de partidos, con un porcentaje de voto superior al 44%. Alfonso Rueda, por tanto, no tendría inconveniente para revalidar la mayoría absoluta que antaño cosechó Feijóo, por cuatro veces consecutivas.
En segunda posición se mantiene un BNG que continúa con la tendencia al alza: de cumplirse los mejores pronósticos, subiría hasta cinco puntos. A sensu contrario, el PSOE retrocede, entre otras cosas, por la poca fidelidad de sus votantes. Así lo reflejan los sondeos internos del partido, que afloran un 27% de indecisos.
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Son varias las incógnitas que rodean a estas elecciones. La principal: si el PP mantiene la Xunta o si, contra todo pronóstico, la pierde en detrimento de una coalición de izquierdas liderada por el Bloque. Nada hace indicar un vuelco de tal dimensión, pero es cierto que ningún sondeo augura para los populares una victoria semejante a la de Feijóo en 2020, que se saldó con 42 diputados en el Parlamento. La mayoría absoluta está en 38 diputados.
En Galicia, además, se da la circunstancia de que el PP sólo puede gobernar si supera el umbral de la mayoría absoluta, porque no tiene ninguna fuerza en la que apoyarse. Es decir, no le basta con una victoria. En términos taurinos: enfermería o Puerta Grande.
La incógnita de Sumar
El segundo interrogante que se cierne sobre estos comicios es la representación que tendrán Sumar, el partido de Yolanda Díaz, y Democracia Orensana, una formación de ámbito provincial que gobierna la ciudad de Orense. Algunos estudios demoscópicos apuntan a una posible entrada de las dos formaciones en el Parlamento gallego. Aunque sus opciones son muy escasas.
Sí se da por hecho que el que seguirá fuera del mapa político en la región será Vox. En las generales cosechó un 4,79%, con el que tendría al alcance de la mano un escaño, pero la media de encuestas ahora lo sitúa, al menos, dos puntos por debajo. Entre otras cosas, porque el voto útil se concentra en el PP.
El presidente gallego y candidato popular inició la carrera hacia las urnas esta medianoche estampando su cara en la plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela. Previamente, en un mitin en Lugo, reclamó el apoyo para frenar a quienes buscan "dar en las narices" a Feijóo e hizo referencia al "fantasma" de una coalición de izquierdas liderada por el BNG.
Este viernes desembarcará en Galicia el expresidente gallego y ahora líder nacional del PP, que tendrá su propia caravana con la que recorrerá Galicia de punta a punta. El sábado, los populares celebrarán el acto central en Pontevedra, donde esperan congregar a unas 14.000 personas. Allí acudirá el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy.
Ese mismo día, en Orense, irrumpirá en escena el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Se trata de su primer gran acto. Ayer, arropó al candidato socialista, José Ramón Gómez Besteiro, la número dos del PSOE y vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, que reclamó una fuerte movilización del voto.
Pontón se erige la alternativa
"Sobran las razones para que acudamos a votar. ¿O es que acaso Galicia se va a conformar, se va a resignar, va a perder el tren del futuro, va a permanecer en vagón de cola?", dijo la número dos de Sánchez en Moncloa y en Ferraz.
En La Coruña dio el pistoletazo de salida a la campaña la candidata del BNG, Ana Pontón, que se erigió en la principal alternativa para derrotar al PP el 18-F: "El momento es ahora y no podemos dejar pasar esta gran oportunidad".
Si el BNG, a efectos del elector de izquierdas, es la apuesta ganadora para derrocar a Rueda de la Xunta, todo hace indicar que cada punto que sume será en detrimento del resto de fuerzas progresistas: PSOE y Sumar.
Los socialistas llegan a estos comicios lastrados por la amnistía. Después del voto en contra de Junts en el Congreso, la ley vuelve a la casilla de salida, a la comisión de Justicia. Lo que deja en una tesitura complicada al PSOE: tendrá que emprender una nueva negociación con los independentistas a las puertas de las gallegas.
Concretamente, está previsto que se conozca el nuevo dictamen de la ley en la segunda semana de campaña. Tanto si el PSOE cede ante el chantaje de Puigdemont, como si se mantiene firme y no acepta ninguna enmienda de Junts, el ruido político no bajará los decibelios.