Una anomalía en los tiempos de la política colérica. O "un oasis en el desierto de la crispación", en palabras de Alberto Núñez Feijóo. El Pleno del Congreso de los Diputados, reunido de forma extraordinaria en el Senado por obras en la Cámara Baja, ha dado luz verde en la tarde de este martes a la toma en consideración de la tercera reforma de la Constitución Española en sus 45 años de historia.
El objetivo: erradicar del artículo 49 de la Carta Magna el término "disminuido" y sustituirlo por la palabra "personas con discapacidad". Una reivindicación que llevaban décadas esperando los colectivos de discapacitados y que ha permitido que en la Cámara se dé una escena inusual: los diputados de PP y PSOE aplaudiéndose entre ellos.
Hasta los ujieres en la Tribuna han dado bula para saltarse la neutralidad exigida a los protagonistas de la jornada: un nutrido grupo de personas con discapacidad que han ovacionado con entusiasmo el resultado de la votación. El texto registrado por PP y PSOE ha salvado el primer trámite parlamentario con el apoyo de todos los grupos salvo Vox, que se ha abstenido.
El líder de la oposición, encargado de estrenar el debate, llegaba al Hemiciclo del brazo de su compañera de filas Mar Galcerán, primera diputada española con síndrome de Down, que tiene escaño en Las Cortes de la Comunidad Valenciana. En su intervención, Núñez Feijóo ha elogiado el espíritu del "consenso político" que alumbra la reforma, "que se hace eco de la voluntad mayoritaria de los españoles".
Consciente de lo paranormal del Pleno de hoy, Feijóo ha asegurado que su partido está y estará dispuesto a "recurrir al acuerdo cuando es necesario y responde a las necesidades" de los ciudadanos. De la reforma ha destacado que "ha habido una negociación honesta, con informes", que "contrasta con comportamientos que, por desgracia, son habituales".
"Afianzando la democracia"
Feijóo ha recalcado que, además de "tratar con justicia a un colectivo tan importante", la reforma del artículo 49 va en pro de la democracia: "La estamos afianzando". Porque la reforma "no viene de una minoría que quiere suplantar las mayorías, no se elabora con opacidad, sino con transparencia; no produce desconcierto e indignación, sino aplauso".
En términos muy similares al líder popular se ha expresado el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, que ha tenido palabras de agradecimiento hacia la bancada popular: "Este es el camino, dialogar y acordar para mejorar la vida de nuestros ciudadanos, entendernos en lo que es indiscutible, en cumplir la Constitución y en reformarla para mejorarla también".
El PSOE, por su parte, ha apostado por ceder el foco al diputado Emilio Saez, que lleva años trabajando por los derechos de los discapacitados y fue deportista paralímpico en los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992, y dos años antes subcampeón del mundo en atletismo en silla de ruedas.
Saez ha enhebrado un discurso emotivo, explicando cómo las palabras que se han usado para definirle, en efecto, no le definían en absoluto, haciendo referencia y dando la razón a Feijóo cuando este ha dicho que "una palabra es poderosa".
"A lo largo de mi vida he usado documentos oficiales en los que se me ha nominado de diferente manera", ha dicho Saez. "En los 70, por escrito, el Estado me denominó como subnormal. En los 80, inválido. En los 90, minusválido", ha proseguido.
"Me han llamado minusválido, menos válido, el mismo año que logré ser subcampeón del mundo en atletismo en silla de ruedas, en Inglaterra 1990. Se me llamó minusválido en la misma época que bajé de las dos horas en la maratón de Nueva York, y en la misma época que tuve el honor de representar a mi país como deportista paralímpico en Barcelona, 1992", ha subrayado.
"Probablemente, muchos de los presentes salen a correr de manera habitual. Pero cuántos de huestes son capaces de bajar de las dos horas tras correr los 42 kilómetros que tiene una maratón", ha subrayado.
Saez ha dicho que la discapacidad afecta a todas las personas, aunque piensen que no, porque a lo largo de la vida de cada uno, nadie está exento de adquirirla o de conocer su realidad a través de otras personas cercanas.
"Asisto a este debate muy ilusionado, porque esta modificación concierne al lenguaje y las personas con discapacidad tendrán el derecho constitucional de exigir a los poderes públicos políticas que garanticen la plena autonomía personal y la inclusión social", ha zanjado.