La ministra de Defensa, en funciones, Margarita Robles, este miércoles.

La ministra de Defensa, en funciones, Margarita Robles, este miércoles. Europa Press

Política NUEVO GOBIERNO

Margarita Robles, ministra de Defensa

Continúa en el cargo desde 2018, cuando Sánchez accedió al Gobierno mediante la moción de censura a Mariano Rajoy.

20 noviembre, 2023 10:53

Margarita Robles (León, 1956) vuelve a ser ministra de Defensa. Lleva en el cargo desde 2018, cuando Pedro Sánchez accedió por primera vez a la presidencia del Gobierno a través de la moción de censura. Acaba de cumplir 67 años. Será, después de Luis Planas (Agricultura), la voz más veterana del Ejecutivo.

Currículum

Rompió el techo de cristal en varias clases de la magistratura. Fue la primera muchas veces. Primera jueza en presidir una sala de lo contencioso-administrativo. Primera jueza en presidir una Audiencia (la de Barcelona). Y tercera jueza en alcanzar el Tribunal Supremo.

Creció en León, donde fue educada por las Teresianas, aunque muy niña, sin haber cumplido los quince, se trasladó junto a su familia a Barcelona, donde estudió Derecho. En 1981, cuando sacó su plaza de magistrada en las oposiciones, sólo había tres juezas en España. Tenía 25 años. Fue la número uno de su promoción.

Su primera incursión en política llegó de la mano de Felipe González. Fue nombrada secretaria de Estado de Interior por el también juez –y entonces biministro– Juan Alberto Belloch.

Pese a su filiación socialista, fue implacable en la lucha contra la guerra sucia. Lideró la investigación del asesinato de Lasa y Zabala; e impulsó la busca y captura del director de la Guardia Civil, Luis Roldán. También colaboró con la retirada de fondos que recibían los policías Amedo y Domínguez a cambio de su silencio.

Tras la caída del felipismo, se mantuvo alejada de la política. En 2008, a través de la llamada cuota progresista, fue elegida vocal del CGPJ. Siempre orbitó en torno a "Jueces para la Democracia", la asociación de magistrados más próxima a la izquierda.

Colabora con Sánchez desde 2016, cuando lo acompañó como número 2 en la lista al Congreso por Madrid. Dos años más tarde, llegaría al ministerio que todavía hoy encabeza.

Posición en la amnistía

No se conoce su opinión sobre la amnistía. En calidad de jueza –también lo son Marlaska y Llop–, era uno de los puntos de vista más interesantes. Desde principios del verano, los periodistas le preguntaron al respecto, pero ella siempre rehuyó los interrogantes.

Fue a finales de agosto cuando empezó a abrir la puerta a esta medida de gracia, aunque sin aclarar si estaba a favor personalmente. En una entrevista con la Cadena Cope, aseveró que la Constitución es tan "amplia" como para albergar una amnistía.

Meses después, cuando sus compañeros jueces atacaron al Gobierno, salió a defender a Sánchez, pero una vez más sin posicionarse sobre la amnistía. Reprendió a los vocales conservadores del CGPJ –órgano que ella integró en el pasado– de esta manera: "No son los más adecuados para dar lecciones de constitucionalidad. Están incumpliendo claramente la Constitución y siguen sentados en sus sillas".

Gestión

Sólo Narcís Serra ha estado más tiempo que Robles al frente de la cartera de Defensa. Su gestión ha sido la menos criticada por la oposición. De hecho, no suele estar en el foco de las críticas de PP y Vox, salvo ahora, cuando se le reclama valentía para explicar su postura sobre la amnistía. En las encuestas realizadas por SocioMétrica que ha ido realizando este periódico, Robles ha sido la ministra socialista mejor valorada.

Bajo su mandato, el presupuesto de Defensa ha ido creciendo progresivamente hasta alcanzar los 12.800 millones anuales. Es verdad que ha tenido que ver la coyuntura geopolítica, principalmente a través de la guerra de Ucrania.

Con ella en Defensa, se organizó la cumbre de la OTAN en el Museo del Prado, que fue un hito por su originalidad y también por su contenido. Es uno de los pocos éxitos admitidos por la oposición. Robles también ha ampliado los acuerdos con Estados Unidos en relación a la base de Rota. Además, otro de los logros de Robles ha sido la dirección por parte de España de un batallón disuasorio de la OTAN en la frontera este.

Retos

El aumento de la inversión en Defensa es un dato de gestión, pero también un reto. Porque el compromiso de los países miembros con la OTAN pasa por incrementar esta partida hasta el 2% del PIB.

Robles debe lidiar con un socio de coalición –Sumar– con el que mantiene serias discrepancias acerca de los dos grandes conflictos mundiales: Ucrania y la guerra de Israel. Sobre el primero, los de Yolanda Díaz fueron reacios a la ayuda militar en la manera concebida por la ministra de Defensa.

Sobre Israel, la discrepancia es todavía mayor porque en Sumar no se considera a Israel como un aliado; y en el PSOE sí. Los socialistas –Robles entre ellos– reconocen el derecho de Israel a la "legítima defensa", cosa que no sucede en el otro lado de la coalición.

Por último, Robles deberá abordar la renovación de algunos de los mandos más importantes del Ejército, que están a punto de alcanzar los setenta años, además de la reestructuración del CNI.