El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha apuntalado su soledad en el PSOE como la única voz en contra de la amnistía que defiende Pedro Sánchez. Durante el Comité Federal del partido celebrado este sábado, se posicionó férreamente en contra de las exigencias de Carles Puigdemont. Pero no encontró aliados, sino todo lo contrario: recibió las críticas de numerosos compañeros, quienes llegaron a tacharle de "desleal".
Como en política nada es casual, tampoco pasaron desapercibidas las continuas loas que Sánchez dedicó durante su discurso a Milagros Tolón, exalcaldesa de Toledo, presidenta del Comité Federal y rival de Page en la corriente interna del PSOE en la región castellanomanchega.
Durante su discurso de apertura, Sánchez nombró a Tolón hasta en seis ocasiones. La presidenta del Comité le había precedido, en un análisis de la situación política pronunciado a puerta cerrada, y el presidente en funciones plagó su discurso de referencias a ella y al marco que había establecido durante su intervención.
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"Mucha gente desde fuera de España nos observaba por el avance de esa ola reaccionaria, como antes comentaba Milagros", "buena parte del mérito de frenar esa ola es por el trabajo de la militancia, como ha dicho la presidenta" y "el reto ahora es llevar adelante el mandato de las urnas y ese mandato es claro, como ha sido avanzado por la presidenta de forma mucho más elocuente que yo", son sólo algunas de las veces que Sánchez ha puesto el foco sobre Tolón.
Page y Tolón se conocieron de niños y, ya dentro del partido, ella le sucedió en la Alcaldía de Toledo. Sin embargo, la relación entre ambos se ha ido enfriando a lo largo del tiempo, especialmente durante este último año.
A pesar de que habitualmente han mantenido la cortesía institucional y un hilo de comunicación básico para no perderse el paso, Tolón siempre se ha mostrado abiertamente sanchista, mientras que Page apoyó a Susana Díaz para liderar el partido y critica con frecuencia la línea marcada por Sánchez, que Tolón defiende acérrimamente.
La relación entre Tolón y Pedro Sánchez es tan estrecha que muchos opinan que, en caso de volver a ser investido, reservará algún alto cargo dentro del Gobierno para ella.
El culmen del roce entre Tolón y Page se vivió durante la confección de las listas para las elecciones del pasado 23 de julio. Ferraz trató de imponer a Tolón como número uno por Toledo, frente al candidato de Page, avalado por la militancia castellanomanchega, Sergio Gutiérrez. Finalmente, el presidente autonómico logró imponer su criterio y Tolón fue de número dos.
Las críticas a Page
Tras el discurso de Sánchez, Page –que no suele acudir a estos actos– fue el primero en hablar de la treintena de personas que había pedido el turno de palabra. Según ha recabado EL ESPAÑOL de asistentes al cónclave, el castellanomanchego subrayó que, a pesar de que el PSOE se abra a valorar una ley de amnistía, "no hay garantías de que el independentismo renuncie a volver al punto de partida".
También criticó la estrategia que había seguido el PSOE a la hora de negociar con otros partidos la investidura de Pedro Sánchez. Opinó que la estrategia tenía que haber sido hacer elegir a las demás formaciones sobre la dicotomía de tener un Gobierno del PSOE con Sumar o uno del PP y Vox.
Según las fuentes, Page estuvo mucho más comedido en privado de lo que suele ser en público, aunque dijo lo que pensaba al respecto. Sin embargo, no encontró aliados en su discurso. Sólo el exdiputado Odón Elorza se atrevió a levantar la voz, pero de forma mucho más tibia, cuestionando los costes que puede acarrear la amnistía pidiendo una consulta con un mayor debate previo.
Cabe recordar que el Comité Federal lanzará una pregunta a los militantes para ratificar el acuerdo de Gobierno con Sumar y validar que Sánchez negocie "con otras formaciones políticas", sin especificar cuáles ni mencionar la amnistía, lo que le dará manos libres para pactar sin volver a rendir cuentas ante los suyos.
Pero el leve alineamiento de Elorza con Page sirvió de poco, más aún cuando el exdiputado del País Vasco, también muy crítico normalmente con Sánchez, apenas guarda algo de poder en el partido.
Algunos asistentes al Comité Federal recordaron a Page que tuvo que pactar con Podemos en Castilla-La Mancha cuando en un inicio lo había rechazado y subrayaron que la situación de Sánchez actual era similar. Otros, en cambio, fueron más vehementes.
Especialmente duro fue el gallego Valentín González Formoso, que llegó a llamar "desleal" a Page. Las fuentes indican que le reprochó al castellanomanchego que hable del partido en la prensa, fuera de los órganos de dirección y que tenía que ser coherente y decir dentro del partido lo que también decía ante los medios de comunicación. El tono de Formoso fue tan intenso que algunos de los asistentes reconocen haberse sentido incómodos y lo califican de innecesario.
Fuentes cercanas al presidente autonómico aseguran que durante el Comité Federal "no ha encontrado argumentos para cambiar de opinión" y que, aunque sigue radicalmente en contra de la amnistía, no va a pedir a la militancia que vote en contra de las pretensiones de Sánchez. Una cosa es decir lo que se piensa, otra muy distinta arremeter contra el partido.
Sánchez se blinda
Antes de este Comité Federal, había cierta incomodidad en algunos sectores del PSOE porque Sánchez y su equipo de negociadores estaban negociando la amnistía de espaldas al partido, sin compartir los detalles de en qué podría consistir, y algunas voces pedían que se pudiese votar el detalle del acuerdo. También había incertidumbre porque el presidente en funciones no hablaba de la amnistía sin ambages.
Este sábado todo aquello quedó disipado. Los barones consultados celebran que Sánchez se abriera a hablar de la amnistía de una forma tan contundente como hizo. "Era muy importante acabar con los eufemismos", asegura un líder del partido en una comunidad autónoma. "Queríamos claridad y la tenemos", coincide otra líder autonómica.
Con este ambiente, Sánchez ha lanzado una consulta a la militancia que previsiblemente le dará su apoyo, el domingo que viene cuando se conozcan los resultados, y le blinda para llegar a acuerdos con Junts y ERC sin tener mayor contestación dentro del partido. Ahora sólo queda que los independentistas catalanes den un visto bueno que, aunque está cerca, todavía no ha terminado de materializarse.