Feijóo, tras la denuncia de Sánchez de que el PP agita el 12-O: "Cuando yo estaba en la Xunta ya le silbaban"
Desde el PP consideran que hay una estrategia del PSOE de intentar responsabilizarles de los posibles abucheos que pueda recibir el presidente.
10 octubre, 2023 02:56Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo mantuvieron este lunes su segunda reunión después del 23-J y, en vísperas del 12 de octubre, el socialista le afeó al popular que desde su partido agiten la calle y que ello tendrá sus ecos en la Fiesta Nacional.
Según fuentes del PP, Feijóo se ha tomó a broma el reproche de Sánchez: "Cuando yo estaba en la Xunta, ya le silbaban". Los populares ven en el PSOE una estrategia clara: "Quieren jugar a que, si le pitan, es porque lo hemos preparado nosotros".
Los pitidos a Sánchez el día de la Fiesta Nacional son una constante desde que llegó al Gobierno, en 2018. En los últimos meses, el presidente ha sido blanco de abucheos en otros contextos, como los que sufrió hace tres semanas en la Fashion Week de Madrid.
Según fuentes del PSOE, en la reunión mantenida este lunes como parte de la ronda de contactos de Sánchez para volver a ser investido, el presidente en funciones le trasladó al líder del PP que los populares estaban llevando a cabo "un intento desesperado de agitar la calle".
Se refería el presidente a la manifestación que convocó el PP en Madrid contra la amnistía el pasado 24 de septiembre y a la manifestación de este domingo en Barcelona, a pesar de que esta fue convocada por Sociedad Civil Catalana y no por el PP.
Ambas convocatorias han sentado mal en el seno de los socialistas y acusan a la oposición de no estar siendo respetuosa en el proceso de investidura de Sánchez.
Por ello, Sánchez ha pedido al PP "respeto institucional a la Constitución, a los símbolos nacionales, que son de todos los españoles, y a la fiesta nacional del 12 de Octubre", aseguran las fuentes. "Ahora está intentando hacer una instrumentalización partidista de la Fiesta Nacional", insisten.
Esto ha llamado la atención del PP, ya que nadie en el partido se ha pronunciado de manera pública sobre el 12 de Octubre. El propio Feijóo le trasladó a Sánchez que se "equivoca" al decir que las dos manifestaciones son obra del PP: "Nosotros no les hemos montado ninguna manifestación; una fue un mitin, y la segunda, que sí fue manifestación, ni siquiera la convocamos nosotros".
Desde el PSOE, en cambio, responden que el PP y en concreto Feijóo podrían tener la capacidad de parar la agitación en la calle y no se hace.
Ahondar la división
Si bien ya se anticipaba que la reunión entre Sánchez y Feijóo no iba a servir para sacar nada en claro, ambas partes coinciden que la de este lunes ha sido aún menos fructífera que la anterior, y que se ha ahondado en la separación entre ambos líderes.
En la primera, mantenida durante la ronda de contactos de Feijóo para su investidura fallida, el popular le propuso gobernar dos años y alcanzar una serie de pactos de Estado. El socialista lo rechazó, pero abrió la mano para renovar el CGPJ, algo que el del PP también rechazó.
La de este lunes, en cambio, ha versado sobre el "agitar la calle" que el PSOE achaca al PP y la ley de amnistía que los socialistas están negociando con los independentistas catalanes. Ha sido un continuo cruzar de reproches del que no se ha sacado nada constructivo.
Tras este primer cara a cara que ha servido poco más que para guardar las apariencias, Sánchez seguirá manteniendo toda la semana reuniones con el resto de partidos del Congreso e intentando amarrar los apoyos necesarios para la investidura. Todos los ojos están puestos especialmente en el próximo viernes, donde se reunirá con los representantes de Junts y ERC.
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Los socialistas indican que la cita con los independentistas servirá para tantear cómo de cerca se está de un acuerdo de investidura. "Ahí veremos si la cosa está más o menos cerca", reconocen, lo que afectará a las fechas.
Si lo ven factible, el debate de investidura podría celebrarse más pronto que tarde. Si no, habrá que estirar las negociaciones, aunque siempre con la vista puesta en el 27 de octubre, el día en el que si no hay Gobierno se repetirán las elecciones.