Puigdemont busca un 1-O masivo con el que subir el precio de la investidura y conseguir su referéndum
Feijóo advierte que las discrepancias sobre la consulta ciudadana son un "cebo" para distraer la atención de la concesión de la amnistía.
1 octubre, 2023 02:46El tira y afloja entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont tiene, por el momento, más de teatro que de amenaza nuclear, pero ninguno está dispuesto a arriesgar con el all-in. En las últimas horas, a la vez que el presidente del Gobierno agita el fantasma de la repetición electoral, el líder de Junts per Catalunya juega con ventaja por primera vez en mucho tiempo: sus siete diputados son la llave para la investidura, el PSOE da prácticamente por hecha la amnistía del procés y, para más inri, el aniversario del 1-O le ayuda a sacar fuerzas de la calle.
Puigdemont está usando todas las cartas de que dispone para presionar al socialismo, encarecer el precio de su apoyo y reclamar un referéndum en la última guiñada de la negociación. Ahora, tanto el expresident como el secretario general de ERC, Oriol Junqueras, llevan días calentando al independentismo para buscar un nuevo 1 de octubre masivo, alejado de las divisiones internas que protagonizaron el de 2022 y recuperado de los efectos de la pandemia de Covid-19, patente en las dos ediciones anteriores.
El caldo de cultivo no podría ser mejor para ellos. Al margen del viento favorable de la investidura y el marco de la amnistía, la Fiscalía a punto de pedir prisión por terrorismo contra los Comités de Defensa de la República (CDR), algo que podría levantar todavía más al separatismo durmiente. Como preámbulo antes de la gran manifestación, por la tarde, todos los ojos están puestos en la declaración institucional de Pere Aragonès, a las 11.00 horas de la mañana.
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La doble intención de esta muestra de fuerza del independentismo el 1-O pasa, por un lado, por afianzar la amnistía a los encausados del procés y, por otro, por seguir estirando hasta el referéndum de autodeterminación. De hecho, así lo hicieron saber tanto Puigdemont como Junqueras en la víspera del aniversario.
"Hay quien quiere que nos olvidemos, que lo dejemos estar, que pasemos página, que lo dejemos correr. No lo haremos", recalcaba el expresident. El líder de ERC, por su parte, insistía este sábado en que la autodeterminación continúa siendo el "único camino", en referencia al reciente comunicado del PSOE que apuntaba a que "por ese camino, no hay avance posible".
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, interpreta que todo esto forma parte de una estrategia conjunta y discreta de los independentistas con el PSOE para, al centrar el debate en el rechazo al referéndum, poder justificar mejor su aprobación de la amnistía. Sea como sea, el camino parece ya trazado para que Sánchez se presente seguro a la próxima investidura, que todavía no tiene fecha, pero que espera iniciar en las próximas semanas, antes de noviembre.
Cambio de opinión
Fuentes de Moncloa mantienen que su posición sigue siendo negociar una solución para Cataluña y que, en este sentido, siempre han encontrado plena disponibilidad tanto por parte de ERC como de Junts. Además, siempre según su explicación, siempre ha quedado claro que la gran línea roja del acuerdo es la aceptación de un referéndum de autodeterminación.
Sánchez y su equipo siempre han considerado ilegales las peticiones de los independentistas como la amnistía y el referéndum de autodeterminación. No obstante, tras las elecciones del 23 de julio y al comprobar que necesitan los votos de Junts, los socialistas cambiaron de opinión radicalmente para aceptar la amnistía y empezar a considerarla dentro de los límites de la Constitución.
Claro que no todos comparten esta tesis. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, mantiene una infructuosa cruzada contra Ferraz para que el olvido penal no entre vigor hasta que el Tribunal Constitucional lo avale, algo que parece difícil dadas las exigencias del independentismo.
La aplicación de la nueva ley corresponderá a los diferentes tribunales en los que hay procesos abiertos, empezando por el Tribunal Supremo, por lo que los catalanes desconfían de la forma en que puede aplicarse. Con esto en mente, en Junts y ERC han optado por negociar hasta el más mínimo detalle para asegurar que se cumple y no ocurre como con la aplicación de la reforma del Código Penal sobre los delitos de sedición y malversación, que fue rebajada.