La incógnita de quién hablaría por parte del PSOE en el debate de investidura de este martes se mantuvo hasta el último minuto. Por eso a muchos les sorprendió cuando la presidenta del Congreso, Francina Armengol, le dio el turno de palabra a Óscar Puente, exalcalde de Valladolid.
No se había visto a Pedro Sánchez tomar notas, pero sí a Patxi López, el portavoz del grupo socialista, lo que dio lugar a las primeras conjeturas de un posible desplante del presidente en funciones. Sánchez sí intervino en la moción de censura de Vox protagonizada por Ramón Tamames, con el argumento, entonces, de que no hacerlo era no respetar al Congreso.
Al final, Puente firmó este martes un discurso incendiario. A pesar del secretismo, con que se ha gestado todo, fuentes del entorno del exalcalde reconocen que él mismo escribió el discurso, pero que Sánchez lo supervisó y le pasó "algunas anotaciones". Y los socialistas están tan satisfechos del polémico resultado que el viernes volverá a ser quien represente de nuevo al partido.
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La llamada de Moncloa a Puente para decirle que iba a ser él quien se encargase de replicar a Alberto Núñez Feijóo se produjo hace tres semanas, a principios de septiembre. Desde el gabinete de Pedro Sánchez se pensó en buscar a alguien "que estuviera en una situación similar" a la del líder del PP.
Puente ganó las elecciones municipales el pasado 28 de mayo, pero no se hizo de nuevo con la Alcaldía –en la que llevaba desde 2015– por el pacto entre el PP y Vox. Con su elección para el discurso de este martes, los socialistas buscaban tumbar el argumento de Feijóo de que hay que dejar gobernar a la lista más votada.
Y por ahí empezaron las palabras del exalcalde. Puente, desde la Tribuna de oradores, señaló a todos los barones del PP que habían acudido al Congreso y que habían llegado al poder, al inicio de su mandato, pese a no haber ganado las elecciones. Es el caso de Juanma Moreno, Isabel Díaz Ayuso o María Guardiola.
Pero pronto el discurso viró hacia las descalificaciones, en un tono bronco que incomodó a muchos, tanto dentro como fuera del PSOE. Llamó a Feijóo "candidato a jefe de la oposición" en vez de candidato a presidente del Gobierno, le dijo que viene del peor PP, el de Galicia, "esa gran familia que quedó retratada en Fariña".
Le afeó también que intentara esconder "su amistad con un narcotraficante" y dijo que "dicen que para mentir hay que tener buena memoria, pero usted tiene la misma memoria que Dory, la de Buscando a Nemo, porque no se acuerda de lo que dice".
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Ninguna de esas cuestiones fue improvisada, estaban todas escritas por Puente. Según su entorno, redactó el discurso en cuanto recibió el encargo y, al terminarlo, se lo mandó a Pedro Sánchez. El presidente en funciones lo leyó, le dio su aprobación y le llamó para pasarle algunas anotaciones, aunque el entorno no especifica cuáles.
Otra de las particularidades del discurso es que nadie dijo que iba a ser él quien lo pronunciase. El entorno señala que los primeros días sólo lo sabía el núcleo de confianza del presidente, y se intentó mantener así hasta el final. De hecho, en la reunión que Patxi López mantuvo con los diputados socialistas este martes antes del pleno, tampoco se desveló la incógnita.
Sin embargo, a esas alturas ya lo sabían "15 o 20 personas". "Es difícil mantener un secreto cuando ya lo saben más de tres", comentan desde su entorno, y se lo llegaron a decir a Puente, pero el rumor no corrió más de lo debido y no saltó a los medios de comunicación.
Este martes se celebra la segunda jornada del pleno de investidura, ya con votación. Para ser investido presidente, Feijóo necesita una mayoría absoluta que, a todas luces, no va a conseguir. El viernes se volverá a celebrar otra votación en la que los portavoces podrán volver a intervenir.
En el caso del PSOE, Óscar Puente será de nuevo el encargado de hablar. Nadie quiere desvelar si tiene ese discurso ya escrito, aunque desde su entorno reconocen que "este martes se lo han puesto muy fácil".