"Rubalcaba habría estado en contra": colaboradores estrechos del exlíder del PSOE rechazan la amnistía
La negociación de Sánchez con Puigdemont quiebra la relación del líder socialista con destacados exdirigentes históricos del partido.
16 septiembre, 2023 03:08Los cimientos históricos del PSOE crujen estos días. No ocurría desde 2016, cuando la abstención a la investidura de Mariano Rajoy dividió el partido. La militancia aupó entonces a Pedro Sánchez frente a la dirigencia.
Ahora las raíces del partido se rebelan contra Sánchez por lo que se supone que podría pactar para seguir siendo presidente del Gobierno. Gran parte del pasado del PSOE se opone, y del actual sólo Emiliano García Page, principal barón socialista, y Javier Lambán, senador y expresidente de Aragón, han levantado la voz. Se conoce también que, hasta ahora, Sánchez y su equipo siempre habían considerado inconstitucional la amnistía.
En la línea de sucesión del PSOE en la democracia constitucional ha habido hasta ahora cinco secretarios generales: Felipe González, Joaquín Almunia, Alfredo Pérez Rubalcaba, José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez.
Los dos primeros -González y Almunia- se han pronunciado estos días claramente en contra de un posible acuerdo con Carles Puigdemont que incluya la amnistía.
En los últimos años, Almunia no solía intervenir públicamente sobre asuntos políticos de actualidad hasta que lo hizo la pasada semana en Radio Euskadi. "No hay condiciones para una amnistía en el momento actual", dijo.
Habría que sumar a esos líderes a Alfonso Guerra, que fue vicesecretario general del PSOE con González y ahora es uno de los más críticos contra ese pacto.
Zapatero no se ha pronunciado todavía públicamente, aunque su nombre ha sido barajado como posible mediador con Junts para buscar el acuerdo de investidura. Todos dentro y fuera del partido le consideran artífice imprescindible del resultado del PSOE el 23 de julio, por la forma en la que se volcó en apoyo de Sánchez, apelando al orgullo y patriotismo de partido.
El tercero de los secretarios generales del PSOE de la democracia falleció hace cuatro años. Rubalcaba fue el autor de la expresión “Gobierno Frankenstein” con el que criticó la posibilidad de configurar Ejecutivos de coalición y acuerdos con independentistas, y se le atribuyen intervenciones contrarias a algunas de las medidas que pacta ahora el PSOE, como el uso de las lenguas cooficiales en el Parlamento. Le dijo en una ocasión a Joan Tardà, cuando este era portavoz de ERC en el Congreso, que nunca habría traducción simultánea de lenguas cooficiales en la Cámara.
"Hace casi veinte años, cuando iniciamos la insumisión lingüística en el Congreso, Rubalcaba me dijo: 'Joan, pinganillos en el Congreso nunca'. Ha tardado tanto como poco avanzada es la democracia española, pero ha llegado porque nunca se ha desfallecido. ¡Que vayan encargándolos!", escribió en Twitter el pasado 17 de agosto el exdirigente de ERC, en referencia al reciente acuerdo para el uso del catalán, el gallego y el euskera en la Cámara.
En 2016, Rubalcaba explicó en Antena 3: “El argumento lo conozco: vamos a sentarnos con ellos (los independentistas) y acabarán siendo buenos. Pero oiga, cabe la posibilidad de sentarse con ellos y acabar siendo malos, y que no te hagan caso. Yo le dije esto a él (Pedro Sánchez). Debo decir que dejamos de hablar. Bueno, me dejó de hablar él”.
Como presidente del Gobierno, Zapatero evitó pactar con ERC la reforma del Estatut en 2006 y prefirió acordarlo con CiU, pese a que el socialista Pasqual Maragall gobernaba con este partido en Cataluña. El jefe de la delegación socialista designada por Zapatero era Rubalcaba.
Sánchez apoyó en la oposición a Rajoy para aplicar el 155 en Cataluña, pero rompió en 2018 la barrera de los acuerdos con partidos independentistas en la moción de censura, lo amplió en el acuerdo de investidura de 2019 y ahora negocia con Junts y con ERC.
Posiciones muy recientes
“Alfredo no hubiera apoyado nunca un pacto con Puigdemont que incluyera la amnistía”, asegura uno de sus colaboradores. Otro recuerda que el rechazo a la amnistía por inconstitucional coincide con lo que decían el propio Sánchez y sus personas de confianza hace pocos meses, justo antes de las últimas generales.
O que el líder del PSC, Salvador Illa, afirmó el pasado 24 de julio, el día después de las elecciones, que el PSOE no aceptará ni la amnistía ni la autodeterminación y no negociará con Puigdemont.
De hecho, quienes fueron colaboradores más cercanos de Rubalcaba al frente del partido se han pronunciado también en contra de dicho pacto si incluye la amnistía, con la salvedad de los dos que trabajan ahora en el círculo más próximo al exlíder del PSOE: Óscar López y, sobre todo, Antonio Hernando.
El primero es el jefe de Gabinete de Sánchez, mano derecha del presidente, recién elegido diputado y, por ello, participa en las gestiones con Junts y ERC para facilitar la investidura. Hernando dejó de ser el número dos del Gabinete de Sánchez en julio para ser diputado, y es posible que pueda formar parte del nuevo Gobierno.
El 27 de octubre de 2016, Hernando subió a la tribuna del Congreso como portavoz del PSOE, entonces controlado por una gestora para defender la abstención en la investidura de Rajoy, para que pudiera gobernar el líder del PP. Rechazó expresamente la posibilidad de pactar con partidos independentistas con frases como esta: "No creemos que se pueda gobernar España con los votos de quienes en este momento quieren separarse de España”.
Por contra, otros tres miembros destacados del equipo de Rubalcaba se han pronunciado abiertamente en contra del pacto con Puigdemont: Elena Valenciano, Ramón Jáuregui y Jesús Eguiguren.
Habría que sumar un cuarto, Eduardo Madina, que, además, fue aspirante a la secretaría general del PSOE frente a Sánchez. Madina explicó estos días en la SER que no se puede llegar al Gobierno de la mano de Puigdemont.
Madina, que estuvo muy vinculado a Zapatero, consideró esta semana un error discutir los contenidos de la negociación (amnistía sí o no, referéndum sí o no), porque hay que negar que se pueda llegar al Gobierno con Puigdemont tras haber perdido las elecciones.
Valenciano fue número dos del PSOE y mano derecha de Rubalcaba. Este viernes aseguró en Onda Cero que el Gobierno en funciones tendrá que tratar de negociar "hasta el límite", pero ese límite "tiene que ser la Constitución". "Por eso yo quiero creer que esta amnistía, tal y como está planteada por el señor Puigdemont, no se llevará a cabo”.
Hace unos días dijo algo similar Ramón Jáuregui en Radio Nacional. Fue ministro de Presidencia y persona de estricta confianza de Rubalcaba. "Yo interpreto que la amnistía no es constitucional. Supone una legalización encubierta de actos contra el Estado que en todo el mundo están penados”, aseguró.
Repetición electoral
Eguiguren era presidente del PSE en tiempos de Zapatero y Rubalcaba y la pasada semana escribió un artículo en El Diario Vasco en el que aseguraba que los constitucionalistas solamente exigen que "se respete la Constitución", y que "no se les ofenda". "En caso contrario, sinceramente preferimos que se repitan las elecciones generales".
Eguiguren no discutía que se negocie y que se busquen fórmulas distintas a la amnistía. El antiguo líder de los socialistas vascos colaboró estrechamente con Rubalcaba en el fin de ETA y en las conversaciones previas con Batasuna.
Otros exministros socialistas como Jordi Sevilla o Tomás de la Quadra, entre otros, han criticado estos días el acuerdo si incluye la amnistía.
Esta separación entre épocas distintas del PSOE se produce poco después de una campaña electoral en la que, precisamente, el equipo de Sánchez buscó el apoyo de socialistas históricos para evitar el triunfo de la derecha, apelando al orgullo del partido.
En esa campaña hubo un manifiesto de exministros socialistas en apoyo del actual líder socialista y el equipo de Moncloa agitó esos apoyos. Ahora han aflorado estas críticas internas al pacto y la amnistía.
Y en ese ambiente, Ferraz anunció la expulsión este jueves de Nicolás Redondo Terreros, histórico líder de los socialistas vascos, por sus posiciones contrarias a la estrategia de la actual dirección del partido.
María Jesús Montero explicaba este viernes en Radio Nacional que "el señor Redondo ha hecho de forma reiterada falta de respeto a las siglas de un partido centenario, conformado por muchos militantes que trabajan para que los valores del socialismo se abran camino; por tanto, se aplican los mecanismos internos que hacen que una persona, cuando tiene un comportamiento no adecuado, sea expulsado del partido siguiendo todos los procedimientos".
La número dos del PSOE dijo que la expulsión se ha llevado a cabo "con todas las garantías". También negó, según recoge Europa Press, que la decisión sea un mensaje a los críticos, tras ser preguntada por el rechazo de González, Guerra o Page a una amnistía al procés.