Carles Puigdemont se cobra el primer anticipo del precio que exige a cambio de investir a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. El expresidente de la Generalitat ha logrado que toda una vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, viaje a Bruselas exclusivamente para encontrarse con él, una foto que buscaba para rehabilitar su imagen de prófugo de la justicia española.
Es la primera vez que un miembro del Gobierno (ahora en funciones) se reúne públicamente con Puigdemont, huido en Bélgica desde la fallida declaración de independencia de octubre de 2017, y al que el propio Ejecutivo le trató como un apestado durante la anterior legislatura. Pero ahora Sánchez necesita de forma imperativa los siete votos de JxCat para alcanzar la investidura.
La reunión ha empezado a las 12:00 horas en una sala apartada del Parlamento Europeo. Los protagonistas han llegado puntuales y juntos, rodeados de una gran expectación entre la prensa. La vicepresidenta estaba acompañada por Jaume Asens, el dirigente de En Comú Podem al que Díaz le encargó la negociación con Puigdemont. Al expresidente catalán le acompañaba su exconseller Toni Comín, que también es eurodiputado.
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El encuentro ha durado casi tres horas. Pero pese al revuelo mediático, los participantes han eludido hablar ante los periodistas al término de la reunión. La vicepresidenta se ha limitado a señalar con monosílabos que el encuentro ha ido bien, que es optimista y que habrá más reuniones. "Sí, por supuesto", ha contestado al ser interrogada por esta cuestión.
Eso sí, Sumar y JxCat han difundido una breve declaración conjunta en la que aseguran estar de acuerdo "en explorar todas las soluciones democráticas para desbloquear del conflicto político". "El encuentro entre Yolanda Díaz y Carles Puigdemont ha discurrido con normalidad y en un tono cordial. La reunión ha sido fructífera y permite establecer una relación normalizada y estable entre ambas formaciones políticas", prosigue el comunicado.
"Compartimos la profunda convicción de que los problemas políticos deben volver a los cauces políticos, para encontrar soluciones basadas en el diálogo. La democracia consiste en el diálogo entre posiciones diferentes", concluye la declaración.
La reunión entre Puigdemont y Díaz se produce justo un día antes de que el prófugo detalle en un discurso sus condiciones para la investidura de Sánchez. JxCat ya ha adelantado que no será suficiente con la ley de amnistía para los implicados en los actos delictivos del procés, sino que también exige un referéndum de autodeterminación.
Desde Moncloa se han desmarcado totalmente del viaje de la vicepresidenta segunda a Bruselas y aseguran que su encuentro con Puigdemont se produce en calidad de líder de Sumar. La reunió ha sido criticada con dureza por el Partido Popular. "Esto es indigno", ha escrito la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la red social X.
"Hoy, el Gobierno se reúne con un prófugo de la justicia en Bruselas. Han ido a negociar una amnistía contraria a la Constitución y referéndums de autodeterminación. Los intereses de Pedro Sánchez no pueden condicionar la política de nuestro país", ha señalado el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo.
"Este es un paso más en nuestra apuesta decidida por abrir un nuevo tiempo de soluciones basadas en el diálogo y la democracia. Lo dijimos desde que nacimos, durante toda la campaña y lo reafirmamos ahora: somos quienes estamos pensando en soluciones para la próxima década. Por eso ésta tiene que ser una legislatura de avance social y plurinacional. Y nosotros estamos manos a la obra", explican fuentes de Sumar para justificar la reunión.
"En nuestro país, el avance social y el territorial siempre han ido de la mano. Estamos convencidos de que así debe volver a ser. Somos demócratas, y por ello respetamos a la ciudadanía y desarrollamos las conversaciones con total transparencia, así como los interlocutores de cada formación", han insistido las fuentes.
Sumar ya ha expresado su apoyo a la amnistía que reclama Puigdemont y sostiene que esta medida tiene encaje constitucional. Además, defiende un referéndum sobre un eventual acuerdo que se alcance en la mesa de diálogo sobre Cataluña. Por su parte, el PSOE tampoco cierra la puerta a un perdón general para los implicados en el procés, pero rechaza de plano la autodeterminación.