Varios informes municipales ponen algunas trabas a la construcción del Buda gigante, de 47 metros de altura, en Cáceres. A ellos hay que sumar el recurso administrativo interpuesto por una empresa, que explota una zona minera cercana a la parcela en la que se instalaría la enorme efigie. Y que, en su escrito, asegura que el proyecto, "a buen seguro, podría vulnerar" sus "derechos".
Todos estos documentos forman parte de la documentación sobre el Gran Buda a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. Para que el proyecto se haga realidad —o, al menos, comience a hacerse realidad—, el Ayuntamiento de Cáceres deberá ceder gratuitamente una finca municipal de 111 hectáreas.
La parcela está situada en el Monte Arropez, a unos 4,7 kilómetros del centro de la ciudad. La zona está calificada como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). Y forma parte de la Red Natura 2000. Aún así, pese a las limitaciones medioambientales, un informe jurídico avala que se construya la estatua de Buda.
[El suelo municipal que Cáceres debe ceder para construir el Buda gigante vale 472.000 euros]
En un inicio, estaba previsto que, a su alrededor, se erigieran un monasterio budista, una residencia para peregrinos, una tienda de artesanía, jardines que mezclasen vegetación oriental y extremeña y un centro de interpretación. No obstante, posteriormente, se planteó la posibilidad de colocar junto al Gran Buda el pabellón de Nepal de la Exposición Universal de Milán de 2015. Se instalaría de forma provisional, para ser sustituido después por obras estables.
Dicho informe avala también esta posibilidad. El resto de instalaciones —el servicio de restauración, el albergue para los peregrinos, las residencias de los monjes budistas o la tienda de artesanía— "no son autorizables con las condiciones urbanísticas vigentes".
El actual alcalde de Cáceres, Rafael Mateos, del PP, exige que se construya todo el complejo, no sólo la enorme estatua del Gran Buda. Y así se lo trasladó a la delegación del Gobierno de Nepal que viajó a Extremadura hace apenas dos semanas. La comitiva exigió que se "agilice" este proyecto. El regidor cacereño exigió "garantías" y apeló a la "cautela".
Ahora bien, este informe avisa de los "derechos mineros" que afectan a zonas cercanas. También, de "la servidumbre de paso a favor del Ayuntamiento". Es por ello que un informe elaborado por los servicios jurídicos del consistorio subraya que "la concesión minera podría interferir en la compatibilidad de los usos que se pretenden ahora en el citado monte", por lo que habría que contar con el visto bueno de la Junta de Extremadura.
La parcela también necesitaría suministro de agua potable y de saneamiento, que actualmente no posee. La finca también está afectada por un consorcio para la repoblación forestal, firmado en 1965, pero el Ayuntamiento ya pidió rescindirlo.
"Con carácter previo a la adopción del acuerdo definitivo de cesión que se adopte se deberían resolver las cuestiones puestas de manifiesto en este informe", concluyeron los servicios jurídicos del consistorio.
A todo ello hay que sumar el recurso administrativo interpuesto por la empresa minera G2 Áridos SL, en contra del informe medioambiental que avala las obras. Según indica en su escrito, la compañía tiene otorgada por la Junta de Extremadura "una concesión de explotación de diez matrículas mineras", que se vería afectada por el proyecto.
"Pese a la existencia de dicha concesión, [la Dirección General de Sostenibilidad] no realiza mención alguna a la repercusión que podría tener el proyecto Estatua de Gran Buda en el Monte Arropé sobre aquella ni sobre los derechos que de la misma se derivan", indica el recurso de alzada de G2 Áridos SL.
Por otro lado, no queda muy lejos de la finca el Centro de Formación de Tropa (CEFOT) número 1 de Cáceres, un terreno, propiedad del Ministerio de Defensa, donde se instruye a los soldados y se realizan entrenamientos militares.
La finca
El Pleno del Ayuntamiento de Cáceres deberá acordar la cesión de la finca municipal, que tiene un valor de más de 472.000 euros. Todavía no hay fecha para su celebración. En todo caso, la cesión sería gratuita y temporal, por un plazo máximo de tres décadas.
Por todo ello, el proyecto sigue aún en el aire. En conversación con EL ESPAÑOL, Rafael Mateos exige que el proyecto se ejecute "en su totalidad". Es decir, el Gran Buda y el resto de instalaciones. "Cáceres no quiere quedarse sólo con la estatua", indicó a la comitiva nepalí que visitó la ciudad.
Según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), Cáceres cuenta con una población de unos 95.000 habitantes. Fue el anterior equipo municipal, del PSOE el que eligió la finca que deberá ser cedida para la instalación de la enorme figura.
Tal y como está proyectada, con sus 47 metros de altura y sus 350 kilos de peso, sería la estatua de Buda sentado más grande del mundo. Estaría recubierta de jadeita blanca, un mineral muy parecido al jade.
Gracias a este proyecto, Cáceres ya es una "ciudad hermanada" con Lumbini, el pueblo natal de Buda y del que la fundación privada impulsora del proyecto, Lumbini Garden, toma el nombre. De hecho, ambas urbes forman parte de la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad, reconocimiento otorgado por la Unesco.
La Junta de Extremadura, cuando estaba presidida por el socialista Guillermo Fernández-Vara también dio su aval a estas construcciones. De hecho, el dirigente estuvo invitado a visitar Nepal, pero únicamente acudió el anterior alcalde de Cáceres, el socialista Luis Salaya. Tras el viaje, el Gran Buda fue presentado en el stand de Extremadura de la edición de la Feria Fitur de 2020, donde se mostró por primera vez la proyección 3D de la estatua.
El exótico proyecto recayó en Cáceres después de que el relevo político en Madrid frustrase las aspiraciones de la Fundación Lumbini. En 2019, tras convertirse en alcalde de la capital José Luis Martínez Almeida —en sustitución de la izquierdista Manuela Carmena—, el equipo del PP rechazó acoger en la capital la estatua gigante.