El suelo municipal que el Ayuntamiento de Cáceres debe ceder para que se construya el Buda gigante tiene un valor de 472.393,10 euros. Así consta en la extensa documentación sobre el proyecto a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
Su nombre oficial es la Parcela 144 del Polígono 23. Está ubicada junto al denominado Cerro Arropé (o Monte Arropéz) y posee una extensión de más de 111 hectáreas.
Diversos informes municipales, consultados por este periódico, constatan que, actualmente, "no existen actuaciones municipales sobre la misma" ni "se ejerce explotación económica alguna de este bien". Se trata de un suelo rural y no urbanizable, de uso agrario, a unos 4,7 kilómetros del centro de la ciudad.
Ahora bien, tal y como señala un dictamen técnico, toda la finca se encuentra situada dentro de una zona ZEPA (siglas de Zona de Especial Protección para las Aves), lo que está obligando al consistorio cacereño a reevaluar el proyecto y a estudiar las vías de salvar escollos como éste.
La finca también forma parte de la Red Natura 2000. Cada una de sus hectáreas tiene un valor de 4.237 euros, por lo que el valor total supera los 472.000 euros.
No obstante, la instalación de la estatua del Gran Buda, de 3.500 kilos de peso y 47 metros de altura, sería viable medioambientalmente y no afectaría a las limitaciones que impone al terreno su condición de zona ZEPA.
Ahora bien, el recién elegido nuevo alcalde, Rafael Mateos, del PP, exige que el proyecto se ejecute "en su totalidad". Es decir, que no sólo se construya la enorme estatua, sino el resto de instalaciones que deberían rodear la enorme figura: un monasterio que acogerá a monjes budistas y parte de las reliquias de Buda, un centro de interpretación, jardines que mezclan vegetación oriental con la extremeña, una tienda de artesanía... De no ser así, el Ayuntamiento dejaría de apoyar el proyecto.
Y así se lo trasladó Mateos a los miembros de la comitiva nepalí que hace varios días visitó la ciudad extremeña, Patrimonio de la Humanidad desde 1986.
La delegación la componían varios miembros del Gobierno del país asiático y el alcalde de Lumbini, la ciudad natal de Buda. También, representantes de la Fundación Lumbini Garden, una de las impulsoras del proyecto y que se propuso recaudar unos 20 millones de euros de donaciones privadas para sufragarlo.
La comitiva nepalí solicitó a Mateos que se "agilice" la construcción del Gran Buda. Por su parte, el regidor del PP insistió en que exigirán "transparencia y garantías" y "que el proyecto se ejecute al completo". "Cáceres no quiere quedarse sólo con la estatua", subrayó el alcalde.
Todavía no hay fecha para que se celebre el Pleno del Ayuntamiento en el que debería aprobarse la cesión de la finca a la Fundación Lumbini Garden. La cesión sería "temporal y gratuita", por un plazo máximo de 30 años.
Un informe jurídico del Ayuntamiento advierte de que determinados escollos burocráticos "deberían estar resueltos y aclarados" antes de acordar la cesión. También es necesario el visto bueno de la Junta de Extremadura.
"Queremos ir con cautela"
Según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), Cáceres cuenta con una población de unos 95.000 habitantes. Fue el anterior equipo municipal, del PSOE el que eligió la finca que deberá ser cedida para la instalación de la enorme figura. Tal y como está proyectada, sería la estatua de Buda sentado más grande del mundo.
"Queremos ir con cautela y contar con garantías", señaló el pasado viernes a EL ESPAÑOL por teléfono Mateos, recién instalado en el Ayuntamiento. "Que el proyecto se ejecute en su conjunto, en su totalidad", recalcó el nuevo regidor, que asume que se trata de un plan tan exótico como complejo y ambicioso. "Cáceres no quiere quedarse sólo con la estatua", subrayó.
Mateos también se mantiene en su idea de que la construcción "no cueste dinero a los cacereños", más allá de la cesión de la finca municipal.
"Cuando se nos confirme que el terreno es susceptible de acoger el proyecto y por parte de la Fundación Lumbini se garantice que se sigue adelante y que nos constaten que tienen esos compromisos, pues adelante, pero siempre el complejo completo", explicó el nuevo regidor por teléfono a EL ESPAÑOL.
Gracias a este proyecto, Cáceres ya es una "ciudad hermanada" con Lumbini, el pueblo natal de Buda y del que la fundación toma el nombre. De hecho, ambas urbes forman parte de la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad, reconocimiento otorgado por la Unesco.
La Junta de Extremadura, cuando estaba presidida por el socialista Guillermo Fernández-Vara también dio su aval a estas construcciones. De hecho, el dirigente estuvo invitado a visitar Nepal, pero únicamente acudió el anterior alcalde de Cáceres, el socialista Luis Salaya. Tras el viaje, el Gran Buda fue presentado en el stand de Extremadura de la edición de la Feria Fitur de 2020.
El exótico proyecto recayó en Cáceres después de que el relevo político en Madrid frustrase las aspiraciones de la Fundación Lumbini. En 2019, tras convertirse en alcalde de la capital José Luis Martínez Almeida —en sustitución de la izquierdista Manuela Carmena—, el equipo del PP rechazó acoger en la capital la estatua gigante.