Es difícil que a un político que ha ejercido el poder le siente bien... dejar la política. Mariano Rajoy se ha presentado en los estudios de la Cope haciéndole saber a Herrera que le ha fastidiado su caminata mañanera, que sólo ha paseado media hora y que tendrá que completar su marca habitual –75 minutos– cuando se ponga el sol.
Rajoy ha contestado a las preguntas muy relajado, como si la política no fuera con él, sin querer entrar en debates y evitando el cuerpo a cuerpo. Ha transmitido dos mensajes con precisión y sin palabras alambicadas. Por un lado, ha asumido lo que varios actuales dirigentes de su partido llaman el "principio de realidad". Es decir: pactar con Vox de manera desacomplejada si los números lo exigen. Por el otro, una crítica total al "Frankenstein" de Pedro Sánchez.
El expresidente del Gobierno ha dicho ver la campaña "con optimismo". No ha especificado demasiado por qué. Tampoco ha querido entrar a enjuiciar el programa electoral recién estrenado por Feijóo, pese a que se le ha preguntado directamente.
El sosiego que aparentaba es el mismo que ha pedido a los votantes para elegir a Alberto Núñez Feijóo: "Puede cambiar el estado de las cosas y recuperar esos consensos básicos que nunca debieron perderse".
No hay una sola encuesta que augure hoy una mayoría suficiente del PP para que Feijóo pueda gobernar en solitario. Rajoy ha dicho una "obviedad": "Todos queremos gobernar solos. Yo estuve mucho más cómodo así que cuando tuve que hacerlo en minoría". Pero luego ha añadido: "A veces los números no dan y hay que pactar".
Para justificar los acuerdos autonómicos con Vox y el que podría venir a nivel nacional tras el 23-J, ha ironizado: "Es una extraña sensación... Si el PP no tiene mayoría absoluta, tiene que dejar gobernar a la izquierda en minoría o repetir elecciones. Eso es absurdo". Luego se ha reiterado: "Si no es posible gobernar en solitario, habrá que ver cuáles son las posibilidades".
En línea con Feijóo, no obstante, ha querido recordar los lugares donde el PP ha entregado la vara de mando al PSOE con tal de apartar a los separatistas. Véase el Ayuntamiento de Barcelona o el de Vitoria.
El expresidente ha manifestado su deseo de que se produzcan pactos entre "los dos grandes partidos". Una suerte de gran coalición alemana. Aunque después ha reconocido que eso hoy, en España, "es inviable": "Las cosas se han puesto de tal manera...".
Rajoy, cuya conversación con Herrera ha sido la primera entrevista en este ciclo de elecciones generales, ha definido así la gira de Pedro Sánchez por todos esos medios críticos con el Gobierno que no había visitado en cinco años: "Transmite la sensación del mal estudiante que no ha dado un palo al agua y pretende recuperar en media hora lo que no ha hecho".
En varias ocasiones, Rajoy ha empleado la expresión "gobierno Frankenstein" que acuñó un socialista con quien congenió: Alfredo Pérez Rubalcaba. "Sería difícil aguantar otros cuatro años de Frankenstein. Hemos vivido unas cuantas pesadillas", ha dicho.
Sobre el llamamiento de Felipe González para que se deje gobernar a la lista más votada "en caso de que no haya una alternativa", el expresidente popular ha mencionado precisamente la oportunidad que tuvo el socialista en 1996: "Los números le daban, pero no intentó hacer un Frankenstein. El PSOE de hoy ha cambiado".
El PSOE se rompió en 2016 cuando Sánchez se negó a permitir la investidura del propio Rajoy. La dirección federal consiguió echar al líder del 'no es no', pero el ahora presidente se presentó a las primarias y ganó contra todo pronóstico –y contra todo el felipismo–.
Herrera le ha preguntado a Rajoy por los "cambios de opinión" –así los llaman en Moncloa– del hoy presidente del Gobierno. ¿Cuál es la diferencia entre mentir y rectificar? El otrora líder del PP ha elegido como ejemplos dos de los gestos que más se le recuerdan: subir impuestos y nacionalizar bancos.
"A nadie se le hubiera ocurrido que eso pudiera hacerlo un gobierno de derechas. No iba en mi programa electoral, pero tuve que hacerlo porque España se iba a la quiebra. La realidad me lo impuso. Una cosa es que la realidad te obligue y otra es no decir la verdad. Ninguna realidad obligaba a Sánchez a pactar con Podemos, Bildu o Esquerra", ha resumido Rajoy. En ese momento, ha querido citar a Churchill: "Muchas veces me he tenido que comer mis palabras y es una dieta muy sana".
Rajoy debatió cara a cara con Sánchez cuando fue presidente. Ha restado importancia a la cita del lunes en Atresmedia: "No pienso que los debates cambien la voluntad de la mayoría".
Ha opinado que Feijóo "acierta" al ausentarse de las citas a cuatro –en TVE y Prisa con Abascal, Díaz y Sánchez–: "Esos debates falsean la realidad. Porque la alternativa a Feijóo no son Sánchez y Yolanda. Hay que sumarles Bildu, el PNV y ERC". De ahí que tanto Rajoy como Génova propongan debates a siete.
Cuando le han preguntado por sus diferencias con Feijóo, ha contestado: "Es un gobernante contrastado. Ha gobernado doce años una Comunidad y antes tuvo también cargos de responsabilidad autonómicos y nacionales. Es prudente, fiable y capaz. Lo hará mejor que yo y me alegraré mucho".
Por último, ha contestado a su predecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, que en ese mismo estudio asoció al gobierno socialista el mérito de haber acabado con ETA: "Con el terrorismo no acabó Zapatero, Rajoy ni nadie. Fue el conjunto de la sociedad española. Las víctimas, los jueces, los fiscales, la policía. Cada gobierno puso todo lo que pudo".