Yolanda Díaz pasa página de la era Podemos y oficializa la suya propia. Apenas 24 horas después de que los morados aceptasen el veto a Irene Montero para no dividir a la izquierda, la vicepresidenta segunda ha presentado a sus fichajes independientes sin hacer alusión al sacrificio político de sus socios. Además, marcando diferencias también en lo estético.
En su primera aparición en público como líder de Sumar después de la debacle electoral del 28-M, Díaz rehúye de la política clásica y se rodea de afines sin adscripción a ningún partido. De serlo, lo son sólo al suyo, dado que su presencia será la clave para controlar el futuro grupo parlamentario en el Congreso, que se espera conflictivo por la maraña de formaciones que convivirán en él. Es la manera Díaz de blindarse, entre otros, contra Podemos.
Su grupo de fichajes electorales, que será registrado oficialmente mañana, cuenta con la escritora y cabeza de lista en León, Violeta Serrano; el embajador de España ante las Naciones Unidas y ahora número 2 por Madrid, Agustín Santos Maraver; la exdirectora del Ministerio de Trabajo y cabeza de lista por Pontevedra, Verónica Martínez; y el economista Carlos Martín, número seis por Madrid y hasta ahora director del gabinete económico de CCOO.
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"Somos una fuerza tranquila porque deseamos vivir en un país tranquilo y somos una fuerza alegre porque queremos que la gente viva mejor", señaló Díaz en el Espacio Rastro de Madrid, ya como candidata a la Presidencia del Gobierno. En este mismo papel, y con el precedente del paso atrás de Podemos ayer mismo, la vicepresidenta ha dejado claro que sólo ella dirigirá el tono de la campaña.
Falta poco más de un mes para las elecciones, pero Sumar ya se está atando los cordones del 23-J. El acto de este domingo, que llevaba el título La España que merecemos, pretendía ser una introducción económica al "proyecto de país" de Díaz, lo que será su programa electoral, pero también un marcaje estilístico que la diferencie de Podemos.
La vicepresidenta, quien ha recogido el testigo del "malestar social" debido a la crisis o la inflación, ha reconocido que el tono de Sumar irá más por "una visión optimista de los macrodatos". Todo en positivo, sin crispación, basado en el diálogo y las buenas palabras que, opinan en la formación, funcionan mejor que la vieja política del enfado. En cuanto a temas, la economía tendrá un papel fundamental.
Salvando las críticas al PP durante la traca final, todo el acto estuvo marcado por una evidente reverencia a la figura de Díaz y su trayectoria política. Sus primeras espadas hablaron de ella tanto tiempo como de sus propuestas, que entre las novedades incluyen un bono de emergencia para que las familias puedan costear la subida de las hipotecas a tipo variable y paliar así la pérdida de poder adquisitivo de los hogares.
A nivel interno, y a través del que será su número 2 por Madrid, avanzó que Sumar será el eje que agrupará a todas las izquierdas para ganar una mayoría social y ser "un Gobierno del ciudadano" basado en que todos ellos lleguen a fin de mes para decidir con autonomía. En el internacional, instó a un alto el fuego inmediato en Ucrania y no sacrificar vidas cuando se puede conseguir lo mismo con una diplomacia progresista.