Podemos se rinde ante Yolanda Díaz: sacrifica a Irene Montero y podría quedarse sin diputados
Belarra irá de número cinco por Madrid, pero en Podemos admiten que es "muy posible" que no alcancen esta vez esa representación.
10 junio, 2023 03:18Yolanda Díaz se ha salido con la suya: Podemos se integra en Sumar y concurrirán coaligados a las elecciones del 23-J. Pero, por lo visto en las últimas fechas, hasta podría haberse dudado de que ésa fuera su intención.
Al mediodía de este viernes, la líder de Sumar trasladó a sus interlocutores que "no garantiza" que en la próxima legislatura vaya a haber un solo diputado de Podemos en el Congreso.
Eso significa que, aunque el veto de Díaz fuera sólo contra Irene Montero, e incluso concediendo que éste hubiera estado inspirado por otros socios minoritarios de su plataforma -esencialmente Compromís y Más Madrid-, el gesto de la ministra de Igualdad de dar un paso a un lado para facilitar la integración podría no servir de nada.
Aunque a Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y secretaria general de los morados, se le ofrece ser la número cinco por Madrid, en Podemos admiten que es "muy posible" que esta vez no alcancen esa representación, que fue la que obtuvieron en 2019.
El resto de posiciones que Sumar entrega a Podemos son aún más complicadas. Yolanda Díaz les cede los cabezas de lista de Teruel, Guadalajara, Ávila, Palencia, Segovia, Cáceres y Badajoz. Pero en estas circunscripciones en 2019 Podemos ya se quedó en cero. Y las circunstancias han ido para la izquierda a peor.
También se entrega a Podemos los primeros puestos de Cádiz, Granada, Las Palmas, Murcia, Navarra, Álava y Guipúzcoa donde, hace cuatro años, los morados sacaron un solo representante. Con el precedente de lo ocurrido el 28 de mayo, es muy probable que el resultado sea también de cero escaños.
A Lilith Verstrynge se la envía de 4 por Barcelona. Aunque en 2019 los comunes sacaron seis, la situación ahora es mucho más complicada. Al actual portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ni siquiera se le ha incluido en las listas.
Yolanda Díaz tenía diseñado un plan a mucho más largo plazo. Y no fue hasta que se encontró con la sorpresa de que Pedro Sánchez anticipaba las elecciones generales tras el batacazo del 28-M, que se puso las pilas y quedó con Belarra. En la tarde del lunes 29 de mayo, ambas dirigentes se vieron para tratar de limar asperezas.
La jugada del presidente no sólo trataba de evitar su propio desgaste interno en el PSOE y una agonía larga hasta diciembre con un PP en alza, sino acorralar a sus socios a la izquierda: o se ponen de acuerdo ya o, efectivamente, las generales serán un Sánchez-Feijóo, un izquierda-derecha, un plebiscito entre "la mejor España" y "la ola reaccionaria".
Como explicitó a los pocos días Nadia Calviño, a la vista de que ya se filtraban las peleas entre sus socios, "cualquier voto de izquierdas que no vaya al PSOE facilitará la llegada de la ultraderecha al Gobierno". Daba por muerto a Podemos... y mataba a Sumar.
Pero las prisas, que han dejado a la vista unas rencillas políticas y personales larvadas desde que hace dos años Díaz asumió el liderazgo de Unidas Podemos en la coalición, han acabado favoreciendo la estrategia de largo plazo de la líder gallega: todas las formaciones, mayores o menores, se pusieron en fila a lo que ella dijera... Todas menos Podemos. Y todos los líderes que no eran ella se hicieron a un lado... Todos menos Montero y Belarra.
Con su táctica de no confirmar ni desmentir nada, Díaz afirmaba ser "discreta, como en toda negociación que una quiere que triunfe". Pero en este caso lo que no desmentía era el veto a Montero.
Manteniendo su tradición de evitar tomar postura pública sobre cualquier asunto conflictivo, dejaba correr un tiempo que a ella le perjudicaba menos que a Podemos, cuyos resultados electorales del 28-M lo debilitaban tanto como para vaticinar una desbandada de cuadros que finalmente se vio confirmada.
El dedazo de mayo de 2021 de Pablo Iglesias se volvía en su contra. Porque del "sin Yolanda no se puede" se había pasado a un diagnóstico más elaborado en Podemos: "Pero con ella se ve que tampoco".
"Una imagen terrible"
De forma paulatina, los desacuerdos en asuntos como la OTAN, el sí es sí o la Ley de Vivienda se tradujeron en desconfianza cruzada y una negociación, al final, estos días, que no ha tratado de nada programático, sino de nombres.
"Estamos dando una imagen terrible", confesaba esta semana una de las máximas dirigentes moradas. "Cada día perdido es un desastre", respondía después a la pregunta de si había acuerdo en las políticas. "Se ha hablado de monarquía y república, de lo de la inversión en Defensa, de plurinacionalidad... pero el escollo está en los vetos".
Pocas horas antes de que Podemos se entregara, Compromís había confirmado que irá de la mano de Sumar. Y los morados se quedaron solos con su oferta de presentarse en coalición en toda España salvo en la Comunidad Valenciana.
La jugada era puramente retórica: sólo se llevó a la mesa de negociación para castigar a los de Joan Baldoví con una filtración a la prensa que nadie pudiese desmentir. Así todos los votantes sabrían quién era el más beligerante contra Irene Montero y Pablo Echenique entre los socios de Yolanda Díaz.
"Nunca aceptaremos el veto", explica un alto dirigente de Podemos en conversación con este diario. "Seguiremos luchando para que Irene Montero pueda ser diputada". Y, efectivamente, aún es posible. El plazo que se cerraba en la medianoche de este viernes era el del registro de coaliciones, pero aún quedan 10 días más para pelear las listas.
Si a pesar del gesto final de Montero de hacerse a un lado, el veto sigue en pie hasta el día límite de las listas, ¿es posible que Podemos rompa la baraja? "No", confirman fuentes de la dirección morada: "Pase lo que pase, iremos con Sumar".
Las mismas fuentes confirman que lo de registrar un nuevo partido, como ocurrió el jueves, fue un error. "Ya está eliminado. Quien lo hizo se equivocó al tomar una iniciativa que sí se hace en IU, por ejemplo. Si van en coalición, suelen crear partidos instrumentales con NIF propio por cuestiones administrativas, para separar cuentas y responsabilidades... pero Podemos no hace eso".
Aún queda hasta el 19 de junio para estar seguros de que no habrá más sorpresas.