El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha desembarcado esta tarde en Alicante -feudo popular en la Comunidad Valenciana gobernada por el socialista Ximo Puig- para arropar las candidaturas socialistas a la Generalitat y la Alcaldía de la ciudad. Y como reclamo, ha anunciado la inversión 560 millones de euros para reforzar su "gran obsesión", la Educación pública.
Así, ha prometido que empleará esa inversión, que se hará efectiva el próximo martes en el Consejo de Ministros, para que los 5,5 millones "de chavales de primaria y secundaria aprendan el idioma de las máquinas, la programación y la robótica, porque es el mundo en el que van a vivir".
No sólo eso, también habrá dinero para alumnos con dificultades y la compra de material escolar y libros. Sánchez usaba así el escenario del Paraninfo de la Universidad de Alicante para asegurar que "el futuro da siempre la razón al progreso y deja en evidencia a la derecha".
"Si hemos sido capaces de hacer todo lo que hemos hecho en el contexto de la pandemia y la guerra, qué no seremos capaces de hacer cuando sople el viento a favor", ha dicho al público que abarrotaba la institución académica.
Sánchez aseguró sentirse muy orgulloso de "caminar al lado de Ximo Puig". "Nuestra gestión es nuestro mayor aval para solicitar más confianza", ha resumido.
La cita estaba marcada por el final de la emergencia sanitaria declarado hoy por la OMS, sirviendo de muleta para iniciar todos los discursos. También el de Ximo Puig, que hasta en cuatro ocasiones ha arremetido contra el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, al que sólo ha citado explícitamente una vez. Y el de Sánchez, que ha reivindicado su "fortalecimiento del sistema nacional de salud".
Como cabía esperar, no ha habido ni un solo reproche del presidente de la Generalitat y candidato del PSPV-PSOE a su compañero de partido y presidente del Gobierno en los temas que enfrentan a ambas administraciones: la infrafinanciación autonómica y los recortes del trasvase Tajo-Segura. Eso sí, Puig le ha repetido a Sánchez que es "irrenunciable" pero que todo se puede solucionar con diálogo.
Por su parte, Sánchez ha recogido el guante y ha manifestado que su proyecto es invertir 542 millones de euros de 2022 a 2027 en la generación de agua desalada. Y que 42 de esos millones ya se han invertido para ayudar a los regantes y agricultores alicantinos "para afrontar la emergencia climática". "España es el primer país de Europa y está entre los cinco primeros del mundo en desalación de agua", le ha dicho al presidente autonómico, sin siquiera nombrar el trasvase.
El presidente del Gobierno también ha incidido en el gran eje de su precampaña de las municipales y autonómicas, la vivienda, afirmando que su objetivo es que al final de esta década no sólo se llegue al 9% de vivienda pública, como en el resto de Europa, sino hasta el 20%.