El obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, se ha mostrado radicalmente en contra de la gestación subrogada tras el caso de Ana Obregón y ha criticado que en la sociedad actual "la dignidad de la vida humana se supedite al mero deseo" de ser madre o padre.
También ha lamentado que formaciones políticas legislen sobre "sueños" y hayan dejado a un lado el "bien común", en clara referencia al Partido Popular, que se ha mostrado abierto a regular esta práctica "sin interés mercantil", es decir, de manera altruista.
Munilla, el obispo más mediático de España y quizá el más polémico, no ha dudado en utilizar las redes sociales para rechazar la gestación subrogada o el vientre de alquiler y señalar de forma directa al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
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"La dignidad de la vida humana se supedita a nuestro mero deseo y la política deja de buscar el bien común para limitarse a dar marco legal a nuestros sueños", ha escrito en su perfil personal de Twitter.
Este mensaje lleva adjunto dos fotografías, una de Ana Obregón y otra de una noticia sobre que el PP está dispuesto a regular la gestación subrogada si no hay interés económico. En esta última aparece Feijóo junto a la secretaria general del PP, Cuca Gamarra.
El PP rechaza la "mercantilización"
Aunque existe una reflexión abierta en el partido, la dirección nacional del PP aboga por abrir un debate para regular la gestación subrogada con el requisito de que no exista "en ningún caso" ningún tipo de pago económico de forma indirecta o directa a la madre gestante.
Ante la polémica abierta por el caso de Ana Obregón, que a sus 68 años ha tenido una niña por gestación subrogada en Miami, la dirección del PP defiende que en primer lugar debe cumplirse la ley, dado que esta práctica es "ilegal" en España, y apuestan después por abrir el debate y regular los casos no mediados por el mercado.
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Denuncia el PP que actualmente existen "vacíos legales" por los que los niños son registrados en los consulados españoles, como se ha hecho aportando una resolución judicial del país de origen en la que se determina la filiación del bebé, una vía que el Supremo declaró nula en 2022 al entender que la filiación de una madre no biológica debe obtenerse a través de la adopción.
La línea roja para el PP es la "mercantilización" que en la dirección del partido consideran "execrable" y de lo que no pueden hablar. Sí son favorables a discutir el resto de casos, siendo conscientes en todo caso de que este es un debate delicado en el que hay "distintas sensibilidades".
El Gobierno: "Es explotación y violencia"
Desde el Gobierno, la posición es diametralmente opuesta al PP y rechazan el gesto de Ana Obregón y otros famosos y familias españolas al considerar esta práctica "explotación y violencia" contra la mujer.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, señaló este miércoles que la gestación subrogada "no es legal en España" y que es "una forma de violencia contra la mujer". "Pido, por favor, a los medios que nunca se olviden de mostrar la realidad de las mujeres que hay detrás y de que hay un sesgo de discriminación por pobreza claro", opinó.
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En este contexto, advierte de que las mujeres que dan a luz por vientre de alquiler son "mujeres precarias" que están "en una situación de pobreza y de absoluta precariedad". "Está regulado, es una práctica que no es legal, también está prohibida su publicidad y la nueva ley lo reconoce como una forma de violencia contra las mujeres", insistió Montero.
También la ministra de Hacienda, la socialista María Jesús Montero, dejó muy claro que "no estamos de acuerdo" con la decisión de Ana Obregón de recurrir a la gestación subrogada porque "es explotación de la mujer".
Preguntado también el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, se limitó a decir que están "en contra de todas estas cosas". "Estamos en contra de que se mercantilicen los embarazos, que se puedan vender y comprar los embarazos y la utilización del cuerpo de la mujer", dijo.
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La posición de la Iglesia
La posición de la Iglesia católica sobre la gestación subrogada es clara: están totalmente en contra. El Catecismo, en el punto 2.376, asegura que "las técnicas que provocan una disociación de la paternidad por intervención de una persona extraña a los cónyuges (donación del esperma o del óvulo, préstamo de útero) son gravemente deshonestas".
Y van más allá al afirmar que "estas técnicas (inseminación y fecundación artificiales heterólogas) lesionan el derecho del niño a nacer de un padre y una madre conocidos de él y ligados entre sí por el matrimonio".