El Congreso de los Diputados ha aprobado definitivamente el proyecto de Ley de Derechos y Bienestar de los Animales, que tras diferentes polémicas y traiciones desde su primer borrador no mantendrá las enmiendas del Senado en la parte penal. Finalmente, la norma tampoco amparará la protección de los perros de caza por decisión del PSOE, que se allió con PP y Vox para excluirlos.
El quid de la cuestión este jueves estaba en la modificación del Código Penal y en la aprobación de las enmiendas de la Cámara Alta, a las cuales ERC ha votado en contra por sorpresa (esto es, en contra de sus propias enmiendas) en una decisión sin precedentes después de haberla salvado hace un mes, todo para mostrar su enfado con la decisión del PSOE. Así, el texto ha quedado listo para ser publicado en el BOE al rechazar las modificaciones con 176 votos en contra, los justos para llegar a la mayoría absoluta.
El Congreso tenía que refrendar únicamente si mantenía o no los cambios incorporados por el Senado, que tras un bronco debate superó las propuestas de veto hace dos semanas. A pesar de ello, hubo partes del texto que no tuvieron más respaldo que el del PSOE y EH Bildu, mientras que el resto de grupos del bloque progresista se situaron entre el rechazo y la abstención.
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En la sesión plenaria se votaron las enmiendas parciales incorporadas en el Senado para la protección de los animales domésticos y silvestres en cautividad, tramitada en paralelo al proyecto de ley de reforma del Código Penal sobre maltrato animal. Ninguna ha salido adelante, dejando la parte penal de la ley exactamente igual que como salió del Congreso hace un mes, cuando recibió el apoyo de PSOE, Unidas Podemos y otras pequeñas formaciones y fue rechazada por PP, Vox, ERC, Cs y otros grupos minoritarios.
En concreto, la Cámara ha rechazado eliminar varios artículos, el capítulo II completo, y mantendrá la obligación de contar con programas de voluntariado y colaboración de las entidades de protección animal.
El texto original de la Ley fue aprobado en el Consejo de Ministros el pasado 1 de agosto y se tramitó por la vía urgente para que viera la luz antes de 2023. Sin embargo, en septiembre, los socialistas presentaron una enmienda tras las presiones de los barones de comunidades rurales, como Extremadura o Andalucía.
PSOE y Podemos habían llegado a un acuerdo en diciembre tras una reunión del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, con la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. En el mismo, firmaban que los perros de caza quedaran excluidos de la protección doméstica sólo mientras participan en las actividades cinegéticas, una regulación que aprobó el socialista Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha.
Sin embargo, los socialistas se retiraron del acuerdo horas después, esa misma tarde. Lo que sí pactaron fue retrasar los tiempos para seguir negociando, aunque no se llegó a nada.
Finalmente, Podemos tragó contra la modificación de su ley.
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Los cambios
Una de las principales novedades de la nueva ley es que elimina el listado de ocho razas de perros potencialmente peligrosos, que tenían una legislación distinta sobre su manejo; ahora tendrán que pasar un test de sociabilidad para sobrepasar las restricciones. También penará duramente las peleas de gallos, las crías descontroladas, los circos animales y los zoos.
Pero, sobre todo, si un precepto ha sido especialmente conflictivo en la norma ha sido que deja fuera a los perros de caza, trabajo y deporte, una exigencia del PSOE, con el apoyo de la derecha y de la Real Federación Española de Caza, que no estaba planteada en el texto inicial que salió del Consejo de Ministros. Podemos le reprochó a sus socios que esto supondría devaluar la ley, pero al final tuvo que aprobarla con la nariz tapada para no tumbar la ley en su conjunto.
Este cambio supone que queden fuera de la protección todos los perros que realizan algún tipo de actividad profesional, como los perros policías, del Ejército, de trabajo, de asistencia, perros guía, de caza y pastores, además de la cetrería y el tiro al pichón. El Ministerio de Agricultura tendrá que elaborar una norma específica para cada uno de ellos, que se entiende que están expuestos a mayores peligros que los domésticos.
Precisamente sobre estos últimos, los domésticos, la ley también contempla que no se puedan exponer o exhibir en escaparates para promocionar su comercialización. Asimismo, se vetan prácticas como "mantener de forma habitual a perros y gatos en terrazas, balcones, azoteas, trasteros, sótanos, patios y similares o vehículos" o "dejar sin supervisión a cualquier animal de compañía durante más de tres días consecutivos", un plazo que se reduce a 24 horas en el caso de los perros.