El fracaso de la reforma de la Ley Mordaza ha avivado las diferencias entre las distintas facciones dentro de Unidas Podemos provocando una crisis interna que ellos mismos han evidenciado públicamente y en la que Pablo Iglesias ha marcado, una vez más, doctrina confrontando de forma directa con Izquierda Unida y En Comú Podem.
La decisión de EH Bildu y ERC de votar en contra de la Ley de Seguridad Ciudadana que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy en 2015 ha hecho que las distintas formaciones de Unidas Podemos no se pongan de acuerdo ni en quién ha tenido la culpa de que una de las leyes más importantes de esta legislatura no haya salido adelante.
Por un lado, Podemos responsabiliza al PSOE de no ceder a las peticiones de sus socios mientras que Izquierda Unida y En Comú Podem señalan, por el contrario, la actitud de ERC y EH Bildu.
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De esta forma, el espacio confederal y uno de los pilares del Gobierno ha mostrado no tener una voz unitaria al decaer la reforma de la Ley Mordaza con el voto en contra de los independentistas y el sí del PSOE y Unidas Podemos.
Enrique Santiago y Pablo Iglesias
Las diferencias en Unidas Podemos sobre la Ley Mordaza comenzaron a evidenciarse cuando el secretario general del PCE y diputado de Izquierda Unida, Enrique Santiago, que también es ponente en la Comisión de Interior sobre esta norma, se posicionó del lado del PSOE y no de ERC y EH Bildu, como pretendía que hiciera la rama de Podemos dentro del espacio confederal.
De hecho, los morados ya habían expresado el lunes su preocupación por la falta de apoyo de los aliados a la iniciativa legislativa y criticaron la posición del PSOE, al que pedía asumir demandas de Bildu y ERC en materia de prohibición de pelotas de goma, desobediencia, faltas de respeto a la autoridad o devoluciones en caliente.
Nada más confirmarse este martes el voto en contra de los independentistas, la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, censuraba la "cerrazón" de los socialistas y les acusaba de buscar "el choque" como con la modificación de la ley del Sólo sí es sí. Misma línea mantuvo Pablo Echenique, que reprochó al PSOE falta de voluntad política y descargó a su partido de cualquier tipo de responsabilidad por la falta de acuerdo de ERC y EH Bildu.
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A partir de aquí, el cruce de acusaciones dentro de Unidas Podemos empezó a coger velocidad y entró en escena el exvicepresidente del Gobierno y fundador de Podemos, Pablo Iglesias coincidiendo, casualidad o no, con un momento complejo dentro de la izquierda con Sumar y Yolanda Díaz en el horizonte.
La confluencia catalana de Unidas Podemos, En Comú Podem, señaló como culpables a los dos aliados parlamentarios del Ejecutivo, a los que acusó de actuar por "electoralismo". Su portavoz, Aina Vidal, cargaba contra la postura "de máximos" de ERC y Bildu, que han impedido con su voto en contra acabar con una de las "peores normas" que impulsó el Gobierno del PP presidido por Mariano Rajoy. Idéntico discurso defendió su compañero de formación y presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens.
Y es aquí cuando Pablo Iglesias se ha metido en el debate para marcar doctrina entre los suyos a pesar de estar fuera de la política. A través de las redes sociales Iglesias manifestó que "hay gente de izquierdas acusando a ERC y a Bildu de que no se vaya a derogar la ley mordaza".
Y aunque respetaba su "buena intención", ha sostenido que es el PSOE el que "nunca" ha querido acabar con la norma y que por eso ha planteado una negociación donde se ha cerrado en banda a las propuesta de sus aliados parlamentarios, como en el caso de la prohibición de las pelotas de goma. Por tanto, ha dicho que cargar las tintas en estas dos formaciones es una "torpeza" y caer en la "trampa" trazada por los socialistas.
Poco tardó Enrique Santiago, de Izquierda Unida, en responder a Pablo Iglesias sobre un artículo suyo donde exponía que ERC y Bildu tenían razón a demandar la prohibición de las pelotas de goma dentro de esta reforma, para reseñar que la Ley Mordaza "no menciona una sola vez" esta cuestión, que es materia de otras normativas, aunque su grupo ha trabajado para eliminarlas.
"Pero no conseguirlo aún no justifica cuatro años más de Mordaza", ha comentado en alusión a Iglesias, quien a su vez le ha adjuntado su hilo en Twitter sobre sus reflexiones respecto a lo ocurrido hoy en el Congreso.
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Con el objetivo de calmar las aguas, en los pasillos del Congreso, Santiago evitó entrar a valorar los criterios dispares y afirmó que él no responsabiliza a nadie sobre el hundimiento del proyecto legislativo, aunque obviamente "cada uno responde de las opciones que toma".
De hecho, ha lamentado que las formaciones de derechas han celebrado que la reforma no prospere mientras que otras formaciones de izquierda podían haberse abstenido para continuar trabajando en un acuerdo. "No soy quien para criticarlo pero yo no lo habría hecho nunca", ha concluido.
Admiten diferentes criterios
Fuentes del espacio confederal han explicado que el grupo no presenta diferencias sobre el contenido de los cambios impulsados en la ponencia, que apoyan y de hecho han votado a favor, pero sí admiten que sí hay diferentes criterios sobre a quien se debía presionar en el tramo final.
De esta forma, señalan que mientras que sectores del grupo, como el propio Santiago, optaban por tratar de que ERC y Bildu se avinieran a los cambios ya consensuados y buscar compromisos posteriores en otras materias, como las pelotas de goma, el ala morada opinaba que había que reclamar que el PSOE se acercara a las tesis de sus socios.
Así, evocan lo ocurrido con la reforma laboral y la posición firme que mostraron tanto los republicanos como los abertzales, unido a un panorama electoral de cara al 28-M, decantaron a Podemos a demandar que el PSOE diera alguna concesión a sus aliados para salvar la ponencia.
Mientras tanto, Asens ha exhortado a evitar que ocurra una situación similar con la Ley de Vivienda, dado que no pueden perder la oportunidad de conseguir un amplio acuerdo para poder aprobarla esta legislatura.