El PSOE aviva una nueva campaña de desprestigio contra Alberto Núñez Feijóo para frenar su subida en las encuestas. Esta vez, la orden que Ferraz ha dado a los suyos es que ataquen al líder de la oposición por la fotografía de 1995 donde éste aparece con un narcotraficante, Marcial Dorado, navegando en aguas gallegas a bordo de una lancha.
La imagen en cuestión salió a la luz casi veinte años después, en 2013. En aquel momento, el entonces presidente de la Xunta ofreció explicaciones en rueda de prensa sobre la relación que mantuvo con Dorado. La comparecencia se prolongó durante hora y media. Por ello, en las filas del Partido Popular hoy abunda la calma.
Para la cúpula del PP, el hecho de que Pedro Sánchez trate de rebuscar en el pasado de su rival político para desviar el foco de polémicas como el sí es sí o el supuesto caso de corrupción urdido por el exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo, apodado Tito Berni, sólo confirma su nivel de "desesperación".
Este viernes, la dirección del PSOE emitió un comunicado a los medios de comunicación que indicaba que Feijóo había "desaparecido" desde que Sánchez mencionó el miércoles en el Congreso de los Diputados la foto con el narcotraficante. Al rato, fuentes populares apostillaron a EL ESPAÑOL: "Esa es la mejor encuesta".
La primera persona del Ejecutivo que sacó a relucir este tema fue Nadia Calviño, en agosto del pasado año. Sin embargo, esta semana han hecho lo propio y de forma coral la portavoz Isabel Rodríguez, el martes; Sánchez en la Cámara Baja, el miércoles; y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el jueves. La consigna es clara: argumentar que la foto con Dorado "inhabilita" a Feijóo para presidir España.
El PSOE aseguró este viernes ser "consciente del nerviosismo que afecta al señor Feijóo cuando se mencionan barcos, viajes o amistades peligrosas". "Pero no imaginábamos que esto supusiese la práctica cancelación de su agenda pública", remarcó la formación.
En el citado comunicado, Ferraz criticaba: "La amistad del Sr. Feijóo con el que fue un conocido narcotraficante gallego es un hecho, el Sr. Feijóo lo sabe, y por eso acusa el golpe de forma tan clara". Por otro lado, el PSOE advertía al líder del PP: "Esconderse en la sede de Génova no hará desaparecer las preguntas sobre esa relación".
El miércoles, el presidente de los populares pasó toda la jornada en el Senado, donde cumplió con sus obligaciones como parlamentario al participar en las votaciones previstas. En un momento dado, mantuvo un encuentro informal con periodistas.
La agenda de Feijóo
El jueves, recibió en su despacho a los embajadores de Reino Unido, India y Alemania, reuniones de las que dio cuenta en Twitter. El viernes no tuvo ninguna actividad pública y está previsto que acuda este sábado en Madrid al acto de homenaje a las víctimas del 11-M.
Sánchez, por su parte, ha protagonizado una actividad muy similar esta semana. Tras abandonar el Congreso el miércoles, participó en un encuentro privado en la Moncloa con mujeres para celebrar el 8-M. Como ya es norma, desveló la reunión a través de distintos vídeos promocionales.
El jueves repitió la misma estrategia con mujeres rurales en un pueblo de Toledo de 200 habitantes, que visitó por sorpresa. El viernes visitó una empresa en Cataluña y protagonizó una breve intervención en la que, además, no admitió preguntas. Este sábado estará en una visita institucional en Huelva y en un acto de precampaña del PSOE.
Está previsto que, en este contexto, Sánchez prosiga con su ofensiva contra Feijóo a cuenta del narco. Esto supone para el PP "una muestra de debilidad" en un momento en el que el presidente se encuentra "asediado" por diversos frentes, como la ruptura de facto de la coalición que preside por la reforma del sí es sí.
Distintas personas del entorno de Feijóo restan importancia a la relación con Dorado, un asunto que enmarcan en el pasado y que, a estas alturas, aseguran que no tiene coste electoral. De ahí que no haya intención de entrar al trapo ni de responder a las "provocaciones" del presidente del Gobierno.
A Marcial Dorado el Ministerio del Interior le concedió el tercer grado a las puertas del verano de 2020, ya iniciada la pandemia de la Covid-19. Por aquel momento le faltaban cinco años de condena, que empezó a cumplir en régimen de semilibertad. Ahora le restan dos para salir a la calle.
Lleva tres años dependiendo del Centro de Inserción Social (CIS) de La Coruña. Antes de empezar esa nueva vida, el narcotraficante ya había disfrutado de seis permisos de salida ordinaria de la cárcel de Teixeiro, en esa misma provincia gallega.
En una entrevista en La Sexta hace tres años, coincidiendo con la flexibilización de su régimen penitenciario, aseguró que se seguía considerando amigo de Feijóo. Dijo también que el presidente del PP llegó a dormir en su casa y que la confianza era tal que su mujer incluso le hacía el desayuno. También señaló que rompieron la relación entre el año 2000 y el 2001.