Irene Montero arremete contra la reforma del PSOE al 'sí es sí': "Será un calvario para las mujeres"

La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha cargado duramente contra la reforma que propone el PSOE a la Ley de Libertad Sexual, conocida como sólo sí es sí. En conversación con los periodistas en el pasillo del Senado, la ideóloga de la norma ha acusado al socio mayoritario del Gobierno de "querer volver al modelo [penal] anterior" a la aplicación de la ley. Esto es, "el Código Penal de La Manada".

"Es un código que está basado en la violencia o la intimidación", ha criticado Montero, quien cree que la propuesta socialista supondría "un retroceso" para los derechos de las mujeres. "No vamos a volver, vamos a trabajar por el consentimiento. Todo lo que no sea consentimiento será agresión", ha sentenciado.

El objetivo del Ministerio de Igualdad, que lleva negociando con Justicia desde mediados de noviembre, es seguir trabajando en un acuerdo que "evite el retroceso que se está planteando en este momento" y defender que la falta de consentimiento –y no la violencia y la intimidación– siga siendo el elemento que defina una agresión sexual.

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"Quiero que todas las mujeres sepan que sabemos que no es fácil probar la violencia y la intimidación, sino que supone un calvario probatorio para las mujeres que ya se acabó con el sólo sí es sí", declaró la ministra, que en las últimas semanas de negociación ha cedido aspectos menores de la norma con tal de no pervertir ese eje –el consentimiento– de su ley estrella.

Ahora, tanto el PSOE como Unidas Podemos están de acuerdo en subir las penas de la ley, pero chocan en la fórmula jurídica para hacerlo y en las formas políticas sobre cómo argumentarlo.

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En el Ministerio de Justicia de Pilar Llop creen que estas subidas se deben vincular a la violencia o la intimidación; en Igualdad, por contra, creen que esta vinculación afecta a la esencia de la ley, que es poner el foco en el consentimiento de la víctima y no en la forma de agresión sexual.

"Antes se suponía que las mujeres se les tenía que preguntar si habían cerrado bien las piernas... Sabemos que no es fácil probar la violencia, que supone un calvario probatorio enseñar las marcas y las heridas de esa violación", ha valorado Montero, que lleva semanas recordando que no se moverá "ni un centímetro" del corazón de su ley.