Un largo silencio de cinco segundos. Es lo que ha tardado Santiago Abascal, el presidente de Vox, en comenzar a pronunciar una respuesta sobre Macarena Olona. Ha acudido este jueves a esRadio, donde ha querido poner el foco en las "decisiones políticas" del Gobierno -y no la guerra, ha recalcado- que dificultan y en no pocos casos imposibilitan a los españoles llegar a fin de mes. Pero la pregunta sobre Olona, una de las principales protagonistas este verano, no podía faltar.
"Me hubiera gustado no hacerla, pero esto no sería esRadio, sería la SER", ha bromeado Federico Jiménez Losantos, que ha ido al grano: "¿Qué ha pasado con Olona? Ayer vi una foto que estaba con Mario Conde. Una abogada del Estado con un ladrón de bancos. ¡Nuestra Macarena! ¿Qué pasa?" Y aquí es cuando ha llegado el silencio, que ha roto así Abascal: "No soy capaz de explicar muchas cosas, Federico. Una vez una persona abandona Vox no puedo juzgar lo que hace. (...) Es libre de hacer su vida y defender lo que ella quiera".
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Abascal no "cree" que Olona "esté pensando" en fundar otro partido. "Que haya gente pensando en plantear otra alternativa política -ha continuado- es posible y lícito y creo que tendría cabida en España si Vox traicionara sus planteamientos, pero Vox es un partido muy firme con un discurso muy distinto al del resto de los partidos".
El líder de Vox mantiene que Olona "tiene las puertas abiertas" en el partido pero considera que "es importante que pase el tiempo" puesto que "el tiempo lo cura todo". Lo ha hecho deslizando que Olona "tenía un compromiso en Andalucía, un compromiso muy serio con los electores de permanencia, de entrega". Pero éste, como es sabido, no se cumplió: el 29 de julio, la dirigente anunció que dejaba la política "por prescripción médica incompatible con la exposición mediática".
Un dilema para Vox
Como informó EL ESPAÑOL días más tarde, no todos en Vox dieron por buena esta razón, no al menos como la única. Veían "motivos políticos" además de los personales. Las fuentes consultadas por este periódico hablaron de "un pulso político entre ella y los jefes" y del poco interés de la alicantina "por quedarse en Andalucía", donde Vox subió dos escaños pero se quedó en la práctica irrelevancia por la incontestable mayoría absoluta de Juanma Moreno, cuando pretendía ser decisivo.
Este periódico habló con la propia Olona para tratar de aclarar si tras su marcha de Vox había algo más que la prescipción médica. "Mi lealtad con los españoles incluye mi silencio sobre cuestiones internas", zanjó.
Pero lo que parecía un prolongado parón de Olona en cuanto a esa exposición que quería evitar no llegó ni al final del verano: publicó en sus redes sociales que haría el Camino de Santiago e invitó a todo el que quisiera a sumarse a hacerlo con ella, dispuesta a "correr con los gastos". Abascal no se sumó: "Buen camino y pronta recuperación", le deseó.
La abogada del Estado no estuvo sola en su peregrinación y volvió a un primer plano que no había llegado a perder. Allí dejó caer un regreso a la política: "Soy un caballo esperando que levanten la barrera". Para Vox, con el PP en alza y a poco más de un año de las elecciones generales, no es una situación cómoda.