El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha inaugurado este lunes el curso político en el palacio de la Moncloa. Lo hecho asumiendo como propias las propuestas que defiende la vicepresidenta Yolanda Díaz, como la subida del SMI o el derecho a paro para las empleadas del hogar, que aprobará este martes el Consejo de Ministros.
Siguiendo la estrategia de girar a la izquierda y de marcar cada vez más distancia con los "poderes económicos", el líder del Ejecutivo ha protagonizado un acto que recuerda al formato asambleario de Podemos, rodeado de un centenar de ciudadanos anónimos que le han escrito cartas en los últimos cuatro años.
Sánchez, de hecho, ha compartido protagonismo con cinco de los invitados, de distintas edades y profesiones. Ellos han sido los primeros en intervenir desde el atril, expresando sus principales inquietudes: la subida de la inflación, los efectos del cambio climático o el futuro de las pensiones.
Después, el jefe del Ejecutivo ha trazado un discurso en el que ha querido hacer pedagogía de las diferentes medidas aprobadas a lo largo de la legislatura, con especial hincapié en el reciente paquete de ayudas sociales que contiene medidas como la bonificación de los trenes de RENFE o las becas a estudiantes.
"Gobernamos contigo"
Si el lema elegido por el PSOE para la campaña con la que busca revertir la tendencia que dibujan las encuestas es "El Gobierno de la Gente", Moncloa ha recurrido a "Gobernamos contigo" para el primer acto institucional del presidente en el arranque del curso político.
Cabe destacar que el formato de este lunes en la sede de la Presidencia dista mucho de otros inicios de curso. Sin ir más lejos, el pasado año el escenario elegido fue la Casa de América y los asistentes eran representantes del ámbito político, sindical o empresarial, como la presidenta de Banco Santander, Ana Botín.
Esta vez Sánchez no ha contado con la presencia de ninguno de sus ministros, y mucho menos de los principales dirigentes del Ibex 35. En repetidas ocasiones ha querido trasladar que su Ejecutivo está "del lado de la clase media trabajadora" frente al "interés particular de poderes económicos".
Por ello, el único anuncio de calado que ha realizado el presidente, tras escuchar a una limpiadora, es que mañana el Consejo de Ministros dará luz verde a una medida procedente del departamento de Trabajo, de Yolanda Díaz: el acceso al subsidio para el colectivo de empleadas del hogar.
Salario Mínimo
Sánchez ha destacado que "por fin" se va a acabar con "una injusticia inaceptable". También ha valorado que la agenda del Gobierno pasa por "reconocer derechos laborales a distintos colectivos que han sido excluidos" por otros gobiernos.
Sobre los salarios, ha repetido, palabra por palabra, lo que viene defendiendo su vicepresidenta segunda en las últimas semanas: "Hay que seguir subiendo el salario mínimo interprofesional".
Pese al rechazo de la CEOE para llevar a cabo esta medida en el actual contexto con los precios desbocados, el líder del Ejecutivo ha recordado que el mandato del Consejo de Europa es que los países de la Unión Europea "por dignidad tienen que elevar el SMI al 60% del salario medio".
En ese sentido, ha reconocido que acometer esa medida en un corto plazo de tiempo "pondría en riesgo a las empresas", pero se ha comprometido a ejecutarla en lo que resta de legislatura.
Ante las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania, el presidente ha pedido una vez más no caer en el catastrofismo, recordando las fortalezas de la economía española. También ha aclarado que eso no supone negar la realidad de que hay una situación compleja en Europa fruto de "la guerra de Putin".
"No tenemos que caer ni en la euforia ni en la autocomplacencia", ha asegurado Sánchez, que se ha mostrado partidario del "realismo". Por otro lado, ha hecho un llamamiento a la "confianza" para "mirar al largo plazo con ambición".
Poderes económicos
En cuanto al resto del discurso, en ese viraje a la izquierda al que se ha encomendado Sánchez para recuperar terreno en los sondeos, ha vuelto a repetir sus ataques a "los poderes económicos".
En un momento dado, ha pedido "a la clase política" combatir una "percepción asumida de que algunas voces de poderes que no se presentan a las elecciones son las que influyen y deciden sobre las políticas que se ponen en marcha desde el Gobierno".
Según el presidente, la ciudadanía percibe que "esas voces del poder económico están por encima del voto que emana del pueblo y de las instituciones públicos". Además ha criticado que esos "poderes" creen "tener el derecho innato a monopolizar el debate en la esfera pública".