Pedro Sánchez ultima una revolución en la Ejecutiva del PSOE y cambios en los grupos parlamentarios

Cada vez más, queda claro que la dimisión, este lunes, de Adriana Lastra como vicesecretaria general del PSOE fue el inicio de una operación de gran calado de Pedro Sánchez para recuperar el pulso político. Tras el éxito de la cumbre de la OTAN y su llamativo "giro a la izquierda" en el Debate sobre el estado de la Nación, el presidente del Gobierno se apresta a ejercer de implacable secretario general del PSOE ultimando una revolución en todos los cuadros del partido.

El secretismo es absoluto. De hecho, la convocatoria del Comité Federal para este sábado se supo antes en los titulares de los periódicos que en los despachos de Ferraz. Y, a pesar de haber sido anunciado el martes, el orden del día no ha sido publicado hasta este miércoles.

Todo, para ir ocupando los medios poco a poco, día a día. El lunes cae Lastra, el martes se dice que Sánchez reúne al máximo órgano entre congresos, y el miércoles se conoce que más que bisturí se usará el hacha en la dirección del PSOE, y en la del Congreso, el Senado y la Eurocámara.

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El nerviosismo es patente en el entorno socialista y, en estos momentos, nadie apuesta un euro por mantenerse en el mismo sillón en el que está. Algunos, porque suenan de salida -como Santos Cerdán, el presunto ganador de la guerra interna con Lastra- y otros porque podrían ser aupados a mayores responsabilidades, como Patxi López o la ministra Pilar Alegría, que reforzaría su papel en la Ejecutiva con el aval de ser ministra.

"Alegría tiene experiencia orgánica", destaca un alto dirigente del partido, "es ministra y ya fue candidata a la Alcaldía de Zaragoza". Hace un año que la política aragonesa es ministra de Educación, su nombramiento se interpretó como una rampa de lanzamiento a la candidatura del PSOE en las autonómicas de Aragón, y ahora está en boca de todas las facciones del partido, como favorita para tomar poder.

A sus 44 años, Alegría ha ocupado responsabilidades de gobierno, de oposición y de gestión interna del partido. No en vano, fue mano derecha de Marcelino Iglesias, cuando era secretario de Organización; y de Javier Lambán, precisamente en ese puesto en el PSOE aragonés entre 2014 y 2017.

Otras fuentes del PSOE apuntan a la inminencia de un desembarco de la Moncloa en el partido, de la mano de Óscar López y/o Antonio Hernando. Su papel sería el de coordinar las estrategias del Gobierno con las de la formación política, incluso a nivel electoral. Una de las "disfunciones" identificadas por Sánchez y por las que ya llamó la atención a Lastra en los últimos meses, antes de su dimisión.

Pedro Sánchez, Óscar López y Antonio Hernando el 23 de abril de 2010, en la fiesta de Villalar de los Comuneros. Inma Mesa PSOE

Los dos, López y Hernando, son el director de Gabinete de Sánchez y su segundo. Ambos son amigos personales de Sánchez, y su regreso al entorno del secretario general, hace ahora un curso, se leyó entonces como "una vuelta del PSOE" después de varios años en los que Sánchez se apoyó en otros aliados e independientes.

Y es que, según el orden del día -firmado por Cerdán, como secretario de Organización-, después del "análisis político del secretario general", el siguiente punto es elocuente: "Estructura de la Comisión Ejecutiva Federal y Grupos Parlamentarios".

Elecciones a la vista

Es más, queda claro que el presidente del Gobierno hace todos estos cambios con la vista puesta en el ciclo electoral que se abre desde la vuelta de verano. El punto 4. a tratar será la "Convocatoria y calendario de primarias y del proceso de elaboración de candidaturas a las distintas instituciones".

Las autonómicas y municipales de mayo vendrán precedidas de las elecciones valencianas -que en 2019 se adelantaron a abril, para coincidir con las primeras generales de aquel ciclo-. Y a finales de 2023 debe acabar la legislatura nacional... sólo meses antes de las europeas de mayo de 2024. A la vista de las encuestas, en las que el mapa de España se tiñe de azul PP, Sánchez quiere recuperar la iniciativa y evitar una debacle del PSOE.

Pilar Alegría, ministra de Educación, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EP

Pero para eso tiene que remover el banquillo, que muchos de sus compañeros en la militancia socialista creen agotado. La revolución en el Gobierno de julio de 2021 no surtió los efectos deseados, y el PSOE "ha perdido pulso político, la estructura de Ferraz carece de autoridad y el Gobierno lidia dividido con enormes desafíos que no le dejan más que reaccionar a los acontecimientos", explica una fuente de la dirección socialista.

En esas circunstancias, Sánchez iniciaba la semana con una remontada en las encuestas. Pero se terminaron las noticias positivas muy rápidamente, con la madrugadora renuncia de Lastra el lunes, seguida de la de Dolores Delgado como fiscal general el martes y un barómetro del CIS que, por primera vez, le daba perdedor frente al PP de Alberto Núñez Feijóo.