Albares se reúne con el canciller chino en el G-20 y le reclama "colaboración activa" en parar la guerra
La reunión, a petición española, es la primera de Pekín con un país OTAN tras la cumbre de Madrid, que acusó a China de "subvertir el orden internacional".
9 julio, 2022 03:03José Manuel Albares ha pasado de la cumbre de la OTAN, en Madrid, a la del G-20, en Bali. En la isla indonesia, el ministro de Asuntos Exteriores se reunió con su homólogo chino, Wang Yi. En la cita, celebrada a petición española, Albares ha reclamado que Pekín esté a la altura de su responsabilidad como gran potencia global "colaborando activamente en poner fin a la guerra en Ucrania".
Este mensaje ya lo envió el ministro español durante la cumbre de la Alianza, la semana pasada. En conversación con este periódico, Albares recordó que "esperamos que China utilice su relación privilegiada con Rusia" para ejercer la influencia que se espera de un miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. "Es decir, trabajar por la paz y la estabilidad mundial".
Según fuentes de Exteriores, ambos acordaron en el transcurso de la reunión un acercamiento de alto nivel entre los dos países. En 2023, dos hitos marcarán la fortaleza de estas relaciones bilaterales.
[Lavrov, protagonista del G-20: Blinken se reunirá con China pero no con Rusia por su "brutalidad"]
Por un lado, se cumplirán 50 años de relaciones diplomáticas entre ambos países. Por otro, en el segundo semestre del año, España ocupará la presidencia de turno del Consejo Europeo. Y pretende desarrollar una agenda profunda con China "como actor fundamental en asuntos globales".
Primera con un ministro OTAN
Ésta ha sido la primera bilateral del jefe de la diplomacia de Pekín con un miembro de la OTAN después de la cumbre de la semana pasada en Madrid.
En ella, el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, llegó a afirmar que "China y Rusia son dos regímenes autoritarios que están poniendo en riesgo la seguridad global". De hecho, los aliados situaron a Pekín como un "desafío sistémico" que pretende "subvertir los fundamentos del orden mundial basado en reglas".
La reunión entre Wang y Albares adquiere más peso a la vista de esas frases, recogidas en el Concepto Estratégico de Madrid, que fueron tomadas como un movimiento "agresivo" desde Pekín, y de que, precisamente, la cumbre se desarrollara en la capital de España. Por eso, desde el entorno del ministro español se remarca esta cita como muestra de la fuerza de la política exterior española.
De la entrevista entre ambos ministros salió, además, el compromiso de que Wang visitará España en los próximos meses y, después, recibirá a Albares en Pekín. También trataron sobre la próxima apertura en Shanghái de un segundo Instituto Cervantes en suelo chino.
La "autonomía" de Borrell
En el marco de la misma cumbre del G-20, Wang se reunió también en una bilateral con otro político español, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell.
El también exministro de Exteriores transmitió a su homólogo chino que la UE está comprometida con su propia "autonomía estratégica". Una manera de abrirse una rendija, tras la fuerte asociación de "complementariedad" fraguada en Madrid entre la Unión y la OTAN. En ese sentido, Borrell reconoció ante Wang que "los intereses comunes entre la UE y China superan con creces las diferencias".
No es baladí el matiz, teniendo en cuenta que el Concepto Estratégico de la OTAN -con apenas una semana de vida, pero que debe permanecer durante una década en vigor- coloca a Pekín en el segundo escalón de los riesgos para Occidente, sólo detrás de Rusia, y de la mano por su "privilegiada relación" y "confluencia de intereses".
A la vista de las reuniones de Borrell y de Albares, ambos quisieron aclararle a las autoridades chinas que una cosa es la Alianza Atlántica y otra la Unión europea. La OTAN "es defensiva", sí, pero es militar. La UE -y España con ella- quiere ser competidor de China, efectivamente, pero también compartir alianzas en donde confluyan los intereses estratégicos.
Porque los 23 países que son OTAN y UE asumen, en el foro de los 32 aliados, los postulados más firmes de parte de Estados Unidos, cuya confrontación por el control del Indo-Pacífico es más personal... pero le conviene a Europa. Pero otra es la "complementariedad" de la Unión con la OTAN: en ese aspecto, los Veintisiete jugarán hasta donde se pueda al pragmatismo chino de comunidades de intereses.
Así, según fuentes de la oficina de Borrell, el Alto representante llegó a explicitar ante Wang que "la Unión apoya el principio de una sola China" y que está preparada para "impulsar una mayor coordinación y cooperación estratégica con Pekín".
Es más, en el momento en el que ambos abordaron el capítulo de la invasión rusa en Ucrania, Borrell dio algún paso más allá de Albares. El Alto Representante afirmó estar "profundamente preocupado" por las consecuencias del conflicto y sugirió que el papel que puede jugar China es "importante" para el logro de la paz.
Pero le añadió este matiz: todos los implicados deben reflexionar profundamente sobre las causas profundas del conflicto y encontrar soluciones fundamentales. Un enfoque muy similar al del ministro chino. Aunque Pekín reclama que se "aborden adecuadamente las preocupaciones razonables de todas las partes y eliminar fundamentalmente los riesgos de guerra".