Sánchez y Aragonès celebrarán "pronto" una cumbre como prólogo de una nueva mesa
Moncloa y el 'Govern' vuelven al punto de partida. Se busca una fecha antes del 2 de agosto, día del último Consejo de Ministros antes de verano.
22 junio, 2022 20:31Félix Bolaños se ha reunido con Laura Vilagrà por segunda vez en dos meses, desde el estallido del llamado caso Pegasus. La cita no ha servido para más que dos cosas. La primera y principal, anunciar que habrá una cumbre "lo más pronto posible" entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès. Esta cita se dará, si los equipos de ambos mandatarios logran cuadrar una fecha, antes del 2 de agosto, cuando se celebra el último Consejo de Ministros del curso.
Ese encuentro será el preámbulo de una nueva Mesa de diálogo con Cataluña que, ya sin duda, queda para después de verano. Pero antes del mismo, habrá otra reunión entre Bolaños y Vilagrà. Todo muy preparatorio, como si no hubieran pasado ya casi tres años de legislatura, reuniones de la Mesa, cumbres bilaterales, indultos...
Y esto demuestra que, lejos de lo que ha dicho la consejera en su rueda de prensa en la Librería Blanquerna -sede de la Generalitat en Madrid- este encuentro con Bolaños sí ha servido para "descongelar las relaciones". Es más, ha establecido calendarios y eso demuestra que, si bien "aún no hay confianza", sí hay voluntad compartida de recuperarla.
La segunda noticia que sale de la reunión es que esa Mesa de diálogo, negociación y pacto, hasta el momento, no ha tenido un plan de trabajo concreto. Porque el ministro explicó que uno de los pocos puntos de encuentro con Vilagrà ha sido el de ponerse a trabajar en una metodología para las próximas reuniones de este foro de diálogo político entre los dos gobiernos.
Lo cierto es que, mientras el titular de Presidencia salía satisfecho en una rueda de prensa en Moncloa, su homóloga catalana comparecía en Blanquerna completamente insatisfecha, explicando que "todo sigue bloqueado" y que "las explicaciones del Gobierno del estado sobre Pegasus no son satisfactorias".
¿Fue la misma reunión a la que acudieron ambos? "Sí", dijo sonriendo Bolaños. "Es cierto que hay discrepancias y posiciones muy alejadas, pero este Gobierno apuesta por el diálogo, sobre todo para tratar las discrepancias".
Hoja de ruta
Lo cierto es que, a la vista de lo dicho por Vilagrà, queda mucho diálogo por delante, porque el enfrentamiento es patente. Por no hablar, no se habló del regreso de ERC a la llamada "mayoría de investidura" en el Congreso. Y eso es clave para la estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez en el tramo que le queda de legislatura, que se promete muy accidentado.
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Aun así, Bolaños dijo que la cita con la consejera catalana fue "cordial, sincera y fructífera". En ella, dijo, se ha logrado recuperar "la estabilidad institucional, el diálogo político, que estaba roto, y se abre un tiempo nuevo que mira al futuro". ¿Cuánto de lejos? "Para los próximos meses o años", dijo críptico el ministro.
Bolaños anunciaba esa nueva "metodología de trabajo" para la mesa con Cataluña como "un acuerdo marco que establezca una hoja de ruta". Unos términos, curiosamente, muy parecidos a los utilizados en la reanudación de relaciones con Marruecos, hace tres meses.
Pero la realidad es que la primera reunión de la Mesa tuvo lugar en febrero de 2020. Ya ha habido tiempo para que se le haya dotado de una estructura de trabajo. "Es que se trata de reforzarla", explicaron fuentes de Moncloa después de la rueda de prensa.
Es cierto que sólo ha habido otra cita más, en septiembre de 2021. Y que la que estaba prevista para enero se suspendió por el interés de Moncloa, ante las elecciones en Castilla y León. "Siempre hay una excusa", apunta un dirigente de ERC a EL ESPAÑOL. "Primero fue el 13-F, luego las andaluzas, ahora el verano... nosotros siempre estamos dispuestos a reunir la Mesa". Claro, que lo mismo dicen en Moncloa. Así que salta la duda de si la Mesa es un medio para algo o un fin en sí mismo.
"Ahora, retomamos el diálogo para la normalización de relaciones. Queremos el reencuentro con Cataluña y entre catalanes. Queremos unir lo que se separó durante una época". ¿No suena todo eso a que el reseteo es una vuelta al punto de partida? En todo caso, de ser así, se partiría de una situación menos tensa que la del inicio, pocos meses después de los altercados de otoño de 2019, tras la sentencia del procés.
Diálogo entre catalanes
Bolaños insistía en que "nunca jamás debemos volver a la situación de tensión que había en Cataluña en 2017. Y repitió, al menos, en dos ocasiones que el objetivo de Moncloa no es sólo el diálogo con Cataluña, sino también "entre catalanes".
En una de esas veces que lo nombró, el ministro dejó claro que ése había sido uno de sus mensajes a la consejera catalana. No es baladí, para Moncloa (y para el PSC de Salvador Illa) ésta es una condición imprescindible para la verdadera "normalización" en la región.
El ministro concluyó explicando que, en su opinión, la cita con Vilagrà se podía resumir en tres pilares. El primero, "la defensa a ultranza del diálogo, la negociación, los acuerdos y la confianza". Ése es su método, dijo: "Primero hablar y luego resolver las diferencias".
El segundo, que "Cataluña y España necesitan soluciones políticas y acuerdos. Tanto entre sus gobiernos como entre los propios representantes catalanes". Esto quiere decir, apostilló, que "necesitamos buena política, no judicializar la política".
Y el tercero, el "pleno respeto a todos los planteamientos y posiciones políticas". Bolaños constató que éstas todavía "están muy distantes, pero en democracia todas las ideas son posibles y respetables".
Sobre el asunto de la falta de confianza, que Gabriel Rufián había sacado a colación en la sesión de control del Congreso por la mañana, Bolaños tiró de cifras para demostrar el compromiso del Ejecutivo de Sánchez con la Comunidad Autónoma. "En este año, se ha incrementado el ritmo de inversión en un 36%", refiriéndose a la de Estado en Cataluña. "Y la región ha recibido un 40% más de recursos con este presidente que los que recibió con Rajoy en la Moncloa".
De hecho, el ministro recordó que a Cataluña han llegado ya 2.217 millones de euros de los Fondos de Recuperación y otros 1.706 del Plan ReactEU "para fortalecer Estado del bienestar, para mejorar los servicios públicos y blindar la economía".
En definitiva, que en Moncloa se respiraba con cierto alivio y satisfacción tras las dos horas largas de encuentro entre el ministro y la consejera catalana. "Esto es lo que pide la sociedad, hallar soluciones y no cronificar los conflictos" con una región que "tiene unos retos políticos, económicos, sociales y políticos que son los mismos que los del resto de España".