Hay imágenes que valen más que mil palabras. Como la de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, acompañando a la líder de Más Madrid, Mónica García, en la presentación de su libro (Política sin anestesia) en plena crisis con Unidas Podemos, a cuyas dirigentes ha plantado en muchos de sus últimos actos públicos —la última vez, en la tradicional Fiesta de la Primavera en Valencia—.
Paradigmático. A un mes de que Díaz arranque su proyecto político —ese "frente amplio" que tanto preconiza—, ha exhibido perfecta sintonía con Íñigo Errejón, dirigente de Más País, y la encargada de su filial autonómica en el Espacio Bertelsmann de la capital. Su enésima aparición pública con dirigentes del partido que aspira a seducir en los mismos días en los que se ha consumado su alejamiento definitivo de la formación que dirige tras ser elegida por nadie pero aceptada por todos...
... Aceptada por todos hasta ahora. Y es que la relación entre la vicepresidenta y sus compañeras de formación en el consejo de ministros, Ione Belarra e Irene Montero, no pasa por su mejor momento. Pero está especialmente rota con Pablo Iglesias. El exdirigente de Unidas Podemos cargó duramente contra su sucesora después de que impusiera a su candidata en Andalucía, Inmaculada Díaz, para luego desmarcarse del proyecto públicamente con un "mi proyecto no tiene nada que ver".
Su proyecto, tras muchos meses de especulaciones y retrasos, se llamará Sumar. Con él pretende presentarse a las elecciones generales de 2023 aglutinando a formaciones como Compromís o Más País en un "frente amplio" inspirado en la coalición argentina.
Pero aquí se ha venido a hablar del libro de Mónica García. La portavoz de Más Madrid no ha hecho caso a las palabras de Isabel Díaz Ayuso, que le espetó que a la política "se viene llorado de casa", y se ha mostrado visiblemente emocionada —los sentados en las primeras filas, sus familiares, le han visto lágrimas en los ojos y todo— en un encuentro moderado por la humorista y presentadora Inés Hernand, perejil de todas las salsas en eso que ahora llaman "la izquierda a la izquierda del PSOE" (sic).
Mónica García ha defendido que "la política lo es todo" (parafraseando el adagio marxista que dice que lo personal es político), y que eso mismo ha tratado de plasmar en su obra, que cuenta su experiencia como médico en el Hospital 12 de Octubre y cómo ha compaginado ese papel con el de política en la Cámara regional. Una doble labor que, por cierto, abandonará para preparar a conciencia las próximas elecciones autonómicas. Acaso porque quiere dejar de ser lo que su hija llama "subpresidenta", y que es la versión infantil de lo que los medios llamamos líder de la oposición.
En la contraportada, que es todo lo que un servidor ha podido leer de momento, García promete "un testimonio honesto, no exento de ironía y humor, y en el que ajusta cuentas con aquellos que fueron negligentes", al tiempo que reflexiona sobre "la banalización de la política o la degradación del debate en una realidad que algunos tratan de convertir en un lugar cada vez más individualista y competitivo".
La portavoz de Más Madrid ha hecho un alegato en favor de "la política" y en contra de "el politiqueo, el ruido y la crispación": "Politicémonos. La política social es fundamental para sostener un sentido común político más institucional. Quieren que la política sea un coto privado porque nos han considerado intrusos. Que nos roben el arte de transformar la sociedad tiene que estar en el Código Penal, claramente".
La casualidad ha querido que el arribafirmante, al salir del acto, se haya cruzado con un joven fumándose un porrillo. Una práctica que la portavoz de Más Madrid en el consistorio, Rita Maestre, ha defendido antes de entrar a la presentación del libro... Y que podría colocar a muchos españoles.