De lo que más se ha hablado en el XX Congreso Nacional del PP, además del liderazgo de Alberto Núñez Feijóo y de la marcha de Pablo Casado, ha sido del posible adelanto electoral en Andalucía. Las elecciones tocan oficialmente en noviembre, pero las cábalas llevan meses haciéndose y este fin de semana el runrún ha sonado con más fuerza.
Aunque Juanma Moreno siempre ha dicho que quería agotar la legislatura, sus últimos movimientos indicaban que podrían ser en junio. La crisis agravada por la guerra en Ucrania y el crecimiento que las encuestas dan a Vox han cambiado el panorama. Ahora el presidente andaluz se inclina por el principio del otoño para apretar el botón electoral.
Moreno es consciente de que tras la celebración del congreso el PP ha salido reforzado, pero el partido necesitará tiempo para engrasar la nueva maquinaria. Además, si las elecciones son en octubre, realmente se consideraría un adelanto técnico, pues los comicios deberían ser formalmente en noviembre.
Los populares han detectado un crecimiento de Vox, pero creen que es una burbuja que el nuevo PP de Feijóo podría pinchar. En Castilla y León, con un candidato desconocido para el electorado, Juan García-Gallardo, ha conseguido un buen resultado. Ahora en el PP quieren ver cómo los de Santiago Abascal se desenvuelven en la gestión.
"Una cosa es criticar el problema y otra cosa gestionar para solucionarlo", ha remarcado en más de una ocasión Juanma Moreno. Vox no tiene infraestructura ni experiencia de gestión y en el PP andaluz se espera que ellos mismos pinchen su globo.
Gobierno en solitario
Está claro que Moreno tendrá que jugar sus cartas con habilidad al estar Ciudadanos, su actual socio en el Gobierno, en horas bajas.
Tiene a su favor que la izquierda andaluza a la izquierda del PSOE está más que fracturada y que los socialistas no pasan por su mejor momento. Además de los 37 años gobernando en la Junta, las primarias a cara de perro entre Susana Díaz y Juan Espadas el pasado mes de junio ha conllevado un desgaste.
La gestión de Pedro Sánchez también está afectando a la marca del PSOE en Andalucía con la crisis sanitaria, la guerra de Ucrania y la galopante subida de la inflación, con el precio de la electricidad y los carburantes disparados. En el PP creen que la crisis seguirá desgastando a los socialistas.
Además, si no surge ninguna variante extraña de Covid, se esperan unos buenos resultados económicos en los meses de verano con la recuperación del turismo casi al 100% en Andalucía y una vuelta a la normalidad prácticamente instaurada.
Respiro al nuevo PP
A su vez, los populares también quieren darle un respiro al nuevo presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, para que engrase la maquinaria con su nueva dirección. Tras el congreso, Juanma Moreno ha ganado poder en la nueva dirección nacional con Elías Bendodo en la sala de máquinas de Génova.
Sus primeras palabras tras el nombramiento como número tres fueron examinadas con lupa: "El PP de España se pone en modo Andalucía ya: el inminente proceso electoral de este año hace que sea prioritario el trabajo en esta comunidad".
En cualquier caso, si Moreno convocara en junio apenas tendría margen de maniobra para disolver la Cámara andaluza. Debería hacerlo este mismo mes de abril para que se cumplan los 54 días estipulados por la ley.
Sin embargo, otros miembros del partido se inclinan a que pulse el botón electoral cuanto antes con la idea de ganar tiempo y poder confeccionar unos nuevos Presupuestos para 2023.
También Moreno tiene otro as bajo la manga para no incumplir su palabra respecto a culminar la legislatura: si su agenda legislativa se ve bloqueada en el Parlamento andaluz, no tendría más remedio que convocar, pero ya no sería por su culpa sino por la de los demás.