Pedro Sánchez ha anunciado que hará "una rebaja de impuestos" para "amortiguar los efectos de la guerra de Putin". Eso sí, sólo aclaró cuándo la aprobará, vía decreto: el 29 de marzo. Pero no dijo qué impuestos bajará ni en qué cuantía.
A esa fecha esperará para presentar el Plan Nacional de Respuesta a las Consecuencias de la Guerra, que después deberá ser convalidado por el Congreso. "Por eso, las vicepresidentas económica y de Transición ecológica, la ministra de Trabajo y el resto del Gobierno hablarán con los grupos políticos y las Comunidades Autónomas".
El objetivo, lograr la unidad en España que se jugará unos días antes en el Consejo Europeo de los días 24 y 25 de marzo. "Allí creo que conseguiremos desacoplar el gas del precio de la electricidad", una idea que España propone desde el pasado septiembre. En estas dos semanas, mientras, el presidente hará una gira por Europa para "tratar de convencer a los jefes de Estado y de Gobierno que aún no están convencidos" de las medidas que plantea su Gobierno.
Y que ha abrazado la presidenta Ursula von der Leyen, a pesar de que, de inicio, fue rechazada de plano por la Comisión y los Veintisiete y que ahora "tiene un apoyo mayoritario" de los Estados miembros. "Sólo que Bruselas abriera la puerta a esta medida, la semana pasada, ya ha bajado los precios un 42%".
Más gasto en Defensa
Sánchez también ha anunciado un aumento del presupuesto en defensa. Medida a la que ha sido reticente hasta ahora, a pesar de las presiones de sus ministros de Exteriores y Defensa, José Manuel Albares y Margarita Robles, respectivamente. Tal como informó este periódico, Sánchez ha decidido "proponer a los grupos políticos que los próximos Presupuestos", los de 2023, ya contemplen un alza "para cumplir, en los próximos años, el mandato de la OTAN de llegar al 2% del PIB".
Según Sánchez, la situación derivada de la guerra es comparable "a las enseñanzas de la pandemia": Si entonces, España se dio cuenta de que tenía necesidades no cubiertas en materia sanitaria, "ahora nos hemos despertado de un espejismo, que no podría haber una guerra en Europa".
Para el presidente del Gobierno, "tenemos que tomar nota, los europeos debemos ganar autonomía". Y no sólo energética, sino también en la Defensa. "Hay que reforzar la política exterior y de seguridad común, en complementariedad con la OTAN". Precisamente, nuestro país será anfitrión de la histórica cumbre de la Alianza Atlántica a finales de junio.
Sánchez comparecía en una entrevista televisiva, la segunda en apenas dos semanas. La anterior se programó para que fijara la posición de su Gobierno a los pocos días de la invasión rusa de Ucrania. Ésta ya, en realidad, para tratar de explicar cómo afrontará Moncloa "las consecuencias de la guerra de Putin". Ésas que al Ejecutivo le dio tiempo a prever, con un mes de tensiones y acumulación de tropas mientras recibía informes de inteligencia que confirmaban que el inquilino del Kremlin no iba de farol.
Llegaba este lunes a La Sexta, en directo, después de pedir "unidad" a los presidentes autonómicos el domingo. A los líderes regionales les anunció las líneas maestras de su plan, en tres pilares: el "pacto de rentas" para evitar una espiral inflacionista, la protección a los consumidores, y las medidas fiscales, en coordinación con Europa, para "amortiguar los efectos de la guerra, proteger a los más vulnerables y hacer un reparto equilibrado de los costes". Sánchez repitió hasta la saciedad el concepto "solidaridad".
El "chascarrillo" de Feijóo
El presidente calificó de "chascarrillo" la invectiva de Alberto Núñez Feijóo, a punto de ser el nuevo líder de la oposición y de presidir el PP. "El Gobierno se está forrando con los impuestos", proclamó el político gallego, para reclamar esa rebaja fiscal que esta noche confirmaba Sánchez.
"Él lleva muchos años presidiendo una autonomía y él sabe que es a sus gobiernos a los que van esos impuestos", respondió el jefe del Ejecutivo. "Pero más allá de ese chascarrillo, vayamos a lo importante", repuso, "sigamos unidos, rebajemos impuestos y amortigüemos los efectos de esta terrible guerra con un reparto justo de la carga".
Repasando las posiciones de otros grupos, Antonio García Ferreras le insistió en varias ocasiones para evitar que se escabullera de las divisiones internas en su Gobierno a consecuencia de la entrega de armas a Ucrania. "Hay un dilema moral, y yo me hago cargo. Pero en lo fundamental, estamos todos de acuerdo", respondió Sánchez. "Yo ya les dije en el Congreso que su posición no la creía correcta", argumentó el presidente.
"Mire, los ucranianos se abrazan llorando a quien les entrega el material bélico enviado por España, y el presidente Volodímir Zelenski me lo agradeció personalmente el fin de semana pasado, en nuestra última conversación".
En todo caso, sobre la batalla política diaria, Sánchez dejó claro que ahora mismo está por encima de ella. Se le preguntó por un eventual adelanto electoral, y poco menos que abrió los ojos y encogió los hombros. Como si no se esperara la cuestión. "Los españoles quieren que nos ocupemos de sus problemas, agotaré la legislatura", cortó de plano.
¿Por qué se empeña tanto en el sintagma "la guerra de Putin"? Eso no se lo preguntó el periodista, pero sí lo aclaró Sánchez. "Es la guerra de Putin porque sólo él la quiere", aclaró como vía de escape a las broncas de la coalición. "Pero la batalla de Ucrania no es sólo la libertad y la independencia frente a Rusia, sino que Putin quiere atacar los principios y valores fundamentales de la UE: la democracia, la libertad, los derechos humanos y la Justicia Social".
Y es que, aclaró por fin el presidente, "si ese proyecto se sigue consolidando en Ucrania, Moldavia y Georgia", que han pedido su ingreso en la Unión, "los rusos un día se preguntarán por qué ellos tienen que sufrir a un dictador".
Y por eso, concluyó, "por eso ataca Putin".
Sánchez admitió su cambio de opinión en la entrega de armas, el que causó la bronca con Unidas Podemos hace sólo 12 días. Pero lo comparó con el de Suiza "que ha dejado de ser neutral por primera vez en décadas". Porque, dijo, "a la vista de los hechos, la comunidad internacional, Europa y España deben movilizarse para equiparar en lo posible una agresión tan injusta y desequilibrada".
Una invasión que, en la misma frase, definió de dos modos contradictorios. Por un lado, dijo que la decisión de Putin "nos pilló desprevenidos" y, por otro, que "llevaba preparando la guerra más de un año".
Y es que el inicio de la oración la recogía Sánchez del argumentario necesario para apuntalar su decisión de aumentar la inversión de Defensa; y la segunda parte se enfocaba a demostrar "con pruebas" que la empresa pública rusa "Gazprom redujo sus reservas para subir los precios desde hace meses".