Estaba escrito que la supuesta contratación de un detective por parte de la dirección nacional del Partido Popular para investigar los negocios del hermano de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, en el sector sanitario iba a llegar de un modo u otro al pleno que se ha celebrado este jueves en la Asamblea de Madrid. Y así ha sido...
Ayuso era consciente de ello, y por eso ha llegado a la Cámara regional rodeada por sus asesores y flanqueada por sus consejeros, evitando las preguntas de los periodistas y entrando al pleno por una de las puertas secundarias. Se ha sentado en su escaño y la lluvia de flashes ha sido el preludio de la tormenta, aunque ella no se ha despeinado. Ha sido, de hecho, la calma ante la tempestad.
Nada más arrancar la sesión, la portavoz de Unidas Podemos, Carolina Alonso, ha utilizado su turno de pregunta (que versaba inicialmente sobre la reforma laboral y cómo ésta afecta a la región) para acusar a la presidenta regional de "usar la Comunidad de Madrid para sus guerras internas, sus episodios de espionaje y para regar con dinero público a familiares y amigos".
"Está mucho más preocupada en tomar el poder en el saco de gatos que se ha convertido el Partido Popular que en gobernar la región", ha criticado Alonso, que ha tildado al partido de Pablo Casado de "mafia siciliana" y ha pedido a Díaz Ayuso que se centre en gobernar y "no impida que investiguemos las contrataciones irregulares".
También ha metido el dedo en la llaga el secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato, que ha solicitado a la presidenta "que comparezca ante esta Cámara, que ponga en marcha una comisión de investigación y que dé traslado a la Fiscalía de toda la información relevante". Además, ha criticado que la "libertad" que defiende la baronesa popular sólo es para "chantajear y amenazar"; una "libertad siciliana", en definitiva.
La presidenta madrileña, acostumbrada a la gresca con la bancada de la izquierda, primero se ha salido por la tangente y ha eludido referirse a la situación de guerra interna que se vive en el seno del Partido Popular, para, al final, espetarle a Lobato: "Le animo a que traiga una sola prueba. Demuéstrelo".
La más dura ha sido, como viene siendo habitual, la portavoz del principal partido de la oposición, Mónica García, que ha empleado su turno de pregunta en exclusiva para atender el escándalo que podría saplicar a Ayuso. "Han vuelto a saltar las costuras de la decencia política. Le cedo el tiempo para que dé explicaciones sobre las contrataciones irregulares que ha hecho a empresas relacionadas con su hermano", ha sostenido la dirigente de Más Madrid, dando por ciertos los rumores.
"Como no hay ninguna prueba y no he adjudicado nada a nadie de mi entorno, doy por respondida su primera pregunta", ha contestado Isabel Díaz Ayuso.
Pese a la actitud prudente de la dirigente regional, Mónica García ha lamentado que "hoy no es el día para venir altiva y faltona", y ha zanjado el asunto con sorna: "Ni con todas las mascarillas de la empresa de su hermano se puede tapar el olor a podrido de su partido".
Vox y los menas
Quien no ha querido hacer sangre es Vox, socio del Gobierno regional que amenaza ahora con tumbar la Ley de Autonomía Financiera como "medida de presión" (así lo entienden desde Puerta del Sol, según ha podido saber EL ESPAÑOL) para que el Partido Popular pacte con ellos en Castilla y León.
Su portavoz, Rocío Monasterio, se ha centrado en una de las obsesiones de la derecha dura: los menores extranjeros no acompañados (menas). "Se debería preocupar por la ovación de la izquierda la semana pasada", ha dicho Monasterio, que ha pedido "que nuestros barrios vuelvan a ser seguros" y que "las madres volvamos a estar tranquilas" ya que "sin seguridad no hay prosperidad".
Isabel Díaz Ayuso le ha respondido reprochándole que suelte un "mitin" y que trate de "politizar" cuestiones que "nada tienen que ver con esta Cámara": "¡Qué barbaridades dicen una y otra vez!".
Tomás Díaz Ayuso
No es ni mucho menos la primera vez que el hermano de la presidenta madrileña, Tomás Díaz Ayuso, centra el debate de un pleno en la Asamblea de Madrid. En noviembre, la diputada socialista María del Carmen López Ruiz aseguró que el interfecto "se dedica a ir por los hospitales a sugerir a las unidades de contratación a qué empresa hay que contratar". La presidenta de la Cámara, María Eugenia Carballedo, le reclamó que retirara sus palabras y, al negarse, acabó expulsándola.
En ese momento, toda la oposición de PSOE, Unidas Podemos y Más Madrid -también Vox- decidieron dejar vacío el pleno, sólo con los representantes del PP. Al día siguiente, Más Madrid registró una petición de comparecencia de Tomás Díaz Ayuso. Y a pesar de que la diputada socialista finalmente hubo de reconocer que su afirmación no se sustentaba más que en "rumores", una semana después, PSOE y Unidas Podemos pidieron una comisión de investigación. Así lo han vuelto a hacer este jueves.
"Como unos y otros no han podido ir contra mí, me están haciendo pagar tener 65 escaños y van contra lo más importante que tiene una persona, su familia", ha zanjado en esta jornada Isabel Díaz Ayuso, que ha abandonado sigilosamente la Asamblea de Vallecas a la media hora del inicio del pleno en dirección Puerta del Sol.
Ahí, en la sede del Gobierno de la Comunidad del Madrid, comparecerá a las 13 horas para abordar la situación provocada por su propio partido, que lidera la investigación y extiende las dudas sobre la gestión de la baronesa. Quizá entonces diga lo que ha callado en la Cámara regional, pese al asedio de la izquierda.