El Senado gastará 1 millón al año en traductores tras apoyar el PSOE el "Estado plurinacional" de Junts
El Reglamento de la Cámara asumirá las lenguas cooficiales porque "tras la dictadura de Franco", España es "un Estado plurinacional y plurilingüístico".
23 septiembre, 2021 02:50El Senado se verá obligado a aumentar su presupuesto en casi un millón de euros al año para contratar traductores simultáneos y por escrito, además de acometer una inversión inicial para comprar equipos, instalar cabinas y habilitar oficinas que alojen a su nuevo personal. Será todo esto necesario para que los gallegos se entiendan con los andaluces, los extremeños con los vascos, los catalanes con los castellanos y todos con todos.
Este miércoles, el pleno de la Cámara Alta ha aprobado por mayoría absoluta, gracias a los 113 senadores del PSOE, una proposición de Junts per Catalunya para la Reforma del Reglamento del Senado para la integración total de las lenguas cooficiales. Y con ella, el PSOE ha avalado la exposición de motivos de la iniciativa del partido de Carles Puigdemont, que dice textualmente que "el Estado español basó su recuperación democrática, después de la dictadura del general Franco, en un Estado plurinacional y plurilingüístico".
La iniciativa, de sólo dos artículos y dos disposiciones finales, salió aprobada con los apoyos del PSOE, de ERC, de PNV, Bildu... y por supuesto Junts. Sólo recibió el voto en contra de los 105 parlamentarios que suman el PP, Vox, Cs y UPN. Unos bloques que recuerdan sin matices a los apoyos que sumó el Gobierno para los Presupuestos de 2021, y que ahora ya se comienzan a negociar en las cuentas públicas para 2022.
Se universalizará el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara Alta, que en la actualidad sólo se permite para los debates de mociones en el pleno, tendrá un coste de 950.000 euros, según cifraba el portavoz de Junts, Josep Lluís Cleries, firmante del un documento.
Curiosamente, esto sucedía sólo un día después de que los exconvergentes machacaran al PSOE en la sesión de control. Cleries acusó al ministro Félix Bolaños de haber estado "en el 'a por ellos' del 1-O" y de formar parte de un Gobierno "que mantiene la represión y niega la realidad existente en la nación catalana".
Mientras el titular de Presidencia defendía el "reencuentro y el diálogo", el representante de Junts despreciaba la llamada mesa de diálogo porque en ella "no había orden del día ni contenido, sólo una foto y nada más". Y al día siguiente, JxCat, en realidad, podía presumir de haber tenido el foco en el ruido un martes y los resultados en los votos un miércoles.
Porque a la mañana siguiente, el Grupo Socialista en la Cámara Alta asumió con su voto que España es "un Estado plurinacional". Justo lo contrario de lo que dice la Constitución, que en su artículo 2) dice fundamentarse "en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles".
Lo cierto es que el PSOE, en realidad, se limitaba a recuperar una idea dormida, asumiendo que fue Pedro Sánchez el que imprimió ese carácter en el partido, abriendo enormes heridas. En junio de 2017, el 39º Congreso Federal del PSOE que lo consolidó en la Secretaría general, impulsó el reconocimiento del "carácter plurinacional del Estado", tal y como propuso el hoy presidente del Gobierno tras ganar las primarias.
Eso sí, con la cabriola lingüística de que esas naciones alternativas son "naciones culturales" y manteniendo que, por ello, la soberanía reside en el conjunto del pueblo español... como dice la Carta Magna.
La idea servía en 2017 -antes del referéndum ilegal-, pero luego el PSOE la dejó de exhibir. Tanto que en la última campaña electoral, la del 10-N de 2019, Pedro Sánchez desplegó un mensaje puramente españolista, prometiendo "traer a Puigdemont ante la Justicia" desde su fuga en Waterloo, "recuperar el delito de referéndum ilegal" reformando del Código Penal, el "cumplimiento íntegro" de las penas de los condenados por el procés... y ahora actúa exactamente en sentido contrario:
El nuevo Reglamento
La nueva redacción del Reglamento del Senado, cuando termine la tramitación ya en marcha de esta iniciativa de JxCat, plantea la reforma de su artículo 84.5 para que los senadores puedan "intervenir en los plenos, en las comisiones y en toda la actividad parlamentaria en cualquiera de las lenguas que tengan el carácter de oficiales en alguna Comunidad Autónoma de acuerdo con la Constitución y el correspondiente Estatuto de Autonomía".
Es decir, que la Cámara Alta dependerá de que cualquier región española incluya en su Estatuto de Autonomía la oficialidad de lenguas propias, sean éstas más o menos minoritarias. En este trance pueden verse en breve tanto el bable asturiano como la fabla aragonesa, por iniciativa de sus presidentes, los socialistas Adrián Barbón y Javier Lambán.
Además, la iniciativa del partido de Puigdemont impulsa una nueva redacción de la disposición adicional del Reglamento del Senado para que, como cámara territorial, ampare "el normal uso oral y escrito de cualquiera de las lenguas que tengan el carácter de oficiales en alguna Comunidad Autónoma en [...] todas las intervenciones" de los senadores en el uso de la palabra, "en las publicaciones de iniciativas" de cada grupo político; "en la presentación de escritos en el Registro de la Cámara" ya sea como proposiciones o para instar al Gobierno; y "en los escritos que los ciudadanos y las instituciones presenten al Senado".
Junts proclama que "en base a este objetivo, se realizaron anteriores reformas del reglamento del Senado, como la aprobada en el pleno de 21 de julio de 2010". La reforma pasará ahora a ser debatida y votada en la Comisión correspondiente. Tras este trámite, se volverá a votar en pleno.