Pedro Sánchez se ha negado a aceptar la imposición de Pablo Iglesias en la estructura de su Gobierno. "Por coherencia" en la misma, según confirman fuentes del Ejecutivo, Yolanda Díaz será vicepresidenta tercera para que no mande sobre Nadia Calviño en la contrarreforma laboral, aunque mantendrá su cartera de Trabajo.
El presidente y su socio han renegociado este martes los términos del pacto de coalición, dado lo irreconciliable de sus posiciones de partida. A Sánchez no le cuadraba tener a Calviño por debajo en la jerarquía política de Díaz, una ministra que responde ante ella en las políticas económicas. La hasta ahora vicepresidenta tercera -que pasará a ser segunda- es quien preside la Comisión Delegada de Asuntos Económicos y tiene serias divergencias con Díaz.
Para empezar -ideológica y cronológicamente-, las normas del mercado laboral, cuya reestructuración era una de las prioridades en la legislatura de la ministra ungida por Iglesias como heredera, y cuya reforma se ha visto postergada en sus planes por la pandemia.
Díaz siempre defendió la "necesidad de derogar completas las reformas laborales de los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy". Una vez iniciada la negociación de la coalición, tras las elecciones del 10-N de 2019, centró su objetivo en la ley del PP, y después del pacto entre PSOE y Unidas Podemos pasó a asumir un discurso más cercano al de Calviño: "Hay que eliminar los aspectos más lesivos de la reforma laboral", decía, y abordándolo por fases.
La ministra de los pactos
Pero en su fuero interno Díaz aún mantiene su deseo de desmantelar una ley que considera que "genera precariedad laboral" y "no frena el desempleo en momentos de crisis".
De hecho, el éxito de los ERTE para mantener el empleo durante la depresión económica causada por el coronavirus -más allá de los problemas para cobrarlos en decenas de miles de casos- ha sido reivindicado por su equipo como un éxito personal de la ministra: sus exitosas negociaciones con empresarios y sindicatos han incluido diferentes versiones y protecciones distintas en sectores diversos "según ha ido evolucionando la situación".
Según las fuentes de su Ministerio, si "los ERTE han venido para quedarse" no es tanto porque éstos fueran una invención de la reforma laboral de Fátima Báñez -como defiende el PP-, sino a causa de las negociaciones y los acuerdos liderados por Díaz. "El instrumento de los ERTE ya estaba en la legislación antes del PP", asegura un portavoz de la ministra a este periódico, "ellos los impulsaron y Yolanda Díaz los ha perfeccionado en cada negociación".
Ahora, parte de la negociación consistirá en establecer un mecanismo "estable y flexible". Y para eso comienzan las reuniones este mismo miércoles en la sede del Ministerio de Trabajo.
Era urgente
Díaz ha convocado a los agentes sociales para comenzar la negociación. Y ésa es la razón por la que la hasta ahora vicepresidenta tercera -que defiende que la norma se quede "esencialmente como está, porque lo que funciona no se debe tocar"- dejó claro que no convenía aceptar lo dictado por el líder saliente de Unidas Podemos. Es decir, ése es el motivo de la urgencia en la renegociación del pacto de coalición.
Ese acuerdo [consúltelo aquí en PDF] asegura que en cualquier crisis de Gobierno ambas partes deben mantener el mismo peso en la estructura del Ejecutivo. Únicamente en caso de "una reestructuración que implique una alteración sustancial de lo acordado previamente" se deberá renegociar "las cuestiones esenciales".
Iglesias dejó deberes a Sánchez al anunciar su salida del Ejecutivo. Yolanda Díaz lo sucedería como vicepresidenta segunda del Gobierno y Ione Belarra como ministra de Derechos Sociales. Y el presidente respondió que no habría "malentendidos ni sorpresas".
Aunque, en realidad, el ascenso de Díaz provocaba problemas. La ministra de Trabajo, como vicepresidencia segunda, habría quedado políticamente por encima en la estructura del Ejecutivo de Calviño. Por ello, Sánchez planteó que la titular de Trabajo ocupe la vicepresidencia tercera del Ejecutivo para poder conservar al mismo tiempo su actual cartera.
Hasta última hora del martes, ni el equipo de Díaz ni el de Moncloa -ni el de Nadia Calviño- confirmaban que las cosas fueran a ser como quiso imponer el líder de Unidas Podemos. Fuentes de Moncloa se limitaban a asegurar que "falta rematar algunos detalles en base al acuerdo de Coalición".
"Manda el presidente"
"La estructura del gabinete pertenece a las atribuciones del presidente", explica una fuente del Gobierno. "Y él dibujó una al inicio de la legislatura que tenía un motivo. Él habría preferido no tener que tocarla, pero si ahora hay razones para cambiarla, le tenía que dar coherencia... no puede ser que el arreglo cause más ruido que soluciones".
Pero lo cierto es que eso obliga a abrir todo el melón del acuerdo de coalición. Las fuentes socialistas del Ejecutivo han subrayado que no era planteable que Calviño dejara de presidir la Comisión Delegada.
Aunque la verdad es que si "falta rematar algunos detalles en base al acuerdo de coalición", como explicaba el comunicado conjunto de Moncloa y Unidas Podemos, es que el problema estaba en la estructura del Gobierno.
Es decir, que no había acuerdo sobre si Yolanda Díaz finalmente quedaba, como vicepresidenta segunda, por encima de Nadia Calviño, hasta ahora responsable de su área como vicepresidenta tercera de Asuntos Económicos. Eso es lo que obligaba a "renegociar" todo, según el protocolo de funcionamiento de la coalición entre PSOE y Unidas Podemos.
Belarra, ministra
María Jesús Montero, eso sí, estaba encantada en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. La dimisión de Iglesias supondrá un descanso en el seno del gabinete. Tan satisfecha se mostró la portavoz del Ejecutivo como para insistir un par de veces en que "su salida es para no volver, así lo ha expresado él mismo". Y como para mirar a largo plazo, negando cualquier desestabilización en el seno de la coalición que vaya a anticipar las elecciones generales.
Sin querer hacerlo y huyendo de cualquier palabra que pudiera confirmarlo, la ministra portavoz convalidó la información de EL ESPAÑOL: Ione Belarra será ministra y todo queda pendiente de la renegociación sobre la posición de Díaz.
En cuanto a la otra petición, la de Ione Belarra como responsable de Derechos Sociales, este periódico pudo confirmar desde primera hora que entre Iglesias y Sánchez no hubo discusión para que la navarra sea ministra. Es decir, que la discrepancia está en "la coherencia de la estructura del Gobierno", tal como confirman fuentes gubernamentales.
La tormenta política la provocó el órdago de Iglesias, que este lunes decidió dejar el Ejecutivo y presentarse como candidato de Unidas Podemos a las elecciones de la Comunidad de Madrid del 4 de mayo.
Por fin hubo reunión, cara a cara, mano a mano entre Sánchez e Iglesias. Después de postergarla durante casi dos meses, hizo falta que el vicepresidente segundo anunciara su dimisión este lunes por la mañana, con el presidente de cumbre bilateral en Francia, para que este martes, después del Consejo de Ministros, los dos socios del Gobierno de coalición tuvieran un encuentro personal.
Según la nota asumida por ambas partes como conjunta, "el presidente del Gobierno y el vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, han mantenido una reunión breve esta mañana posterior al Consejo de Ministros".
Las mismas fuentes aseguraron que Sánchez e Iglesias consideraban "que hay acuerdo en los cambios que deben acometerse", pero aclaraban esa salvedad: "Falta rematar algunos detalles en base al acuerdo de Coalición", lo que provocó malestar en el seno de los morados, si bien oficialmente se negaron a hacer comentarios al respecto.
Sea como fuere, las alteraciones en el Ejecutivo "no van a cambiar los planes del Gobierno de no dejar a nadie atrás" en la recuperación económica y social provocadas a raíz de la pandemia del coronavirus, según aseguró la ministra portavoz, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes.