Que Unidas Podemos uniese el sentido de su voto a Bildu no es noticia. Que junto a ellos se alineara el Partido Popular ya resultó mucho más llamativo. ¿Pablo Casado, de la mano de Pablo Iglesias y de los herederos de Batasuna? Sí, sí, como suena. Votando lo mismo, por motivos muy distintos, eso sí, y con más comprensión de los populares hacia el PSOE que de sus socios de Gobierno y parlamentarios.
La formación de Iglesias se abstuvo desde el escaño, y evitó ir a la guerra contra el PSOE por "invadir las competencias" de Irene Montero, ministra de Igualdad. Pero acusó desde la tribuna al partido de Pedro Sánchez de "contribuir a la expansión del neofascismo", al tiempo que advertía entre pasillos de que "el daño ya está hecho".
¿Qué daño? El de la "deslealtad", el de "querer disfrazar una ley de lo que no es" abusando del nombre de Pedro Zerolo y, sobre todo, de "desvirtuar en su fondo y en su forma el pacto de coalición" entre PSOE y Unidas Podemos.
El discurso de Ismael Cortés, diputado morado y experto en discriminación del pueblo gitano del que forma parte, fueron seis minutos y 51 segundos de andanadas -éstas también- al fondo y a la forma de la proposición de ley del Grupo Socialista: "¿Qué les ha movido a actuar de esta manera desleal con UP presentando esta ley de manera unilateral? Esta ley es demasiado tímida, no responde a los seis meses de trabajo conjunto y disfraza de igualdad de trato lo que no es".
Total, que en realidad, la Ley Integral de Igualdad de Trato y No Discriminación del partido mayoritario del Gobierno pasó su primer trámite en el Congreso con menos críticas del PP, cuya oradora Marga Prohens confesó que "comparte la filosofía que la inspira", que de Unidas Podemos, la otra pata del Ejecutivo de coalición.
Cómo evitar el 'no'
La posición del voto de Unidas Podemos fue un secreto hasta que acabó el debate de la norma. Y fuentes parlamentarias llegaron a insinuar que sólo una conversación privada entre el presidente y su socio, el vicepresidente segundo, podía evitar que Unidas Podemos votara en contra de la norma. No habría sido la primera vez.
A las 16.45 fuentes de Unidas Podemos confirmaban a este periódico que la dirección de Pablo Iglesias había decidido finalmente ordenar que sus 35 diputados se abstuvieran. Hasta ese momento, el entorno del vicepresidente temía tener que votar 'no', lo cual admitían que pondría en problemas el pacto de coalición.
De hecho, su diputado Cortés así lo dijo desde la tribuna: "Según la Real Academia, un pacto es un acuerdo de voluntades que conlleva el cumplimiento de determinadas obligaciones", fue su inicio del dicurso. "Y nuestro pacto implicaba presentar esta ley consensuada y con la firma de los dos grupos políticos que forman parte del Gobierno de coalición, pero nos tuvimos que enterar por las redes sociales de que sus señorías la habían presentado de manera unilateral y hoy vemos cómo el Consejo de Ministros bloquea la ley LGBT".
Esconder la 'ley trans'
Para la banda morada del Gobierno, la "deslealtad" del PSOE sólo se explica por el empeño en esconder su empeño en frenar la tramitación de las leyes de Libertades Sexuales -la del 'sólo sí es sí', que lleva un año dormida en los cajones del Ejecutivo-, la "famosa Ley Trans" -que Unidas Podemos filtró hace unas semanas para presionar a Carmen Calvo, a quien acusan de estas maniobras- y la de los derechos de las personas LGTBI -que, según la banda socialista del Ejecutivo aún está siendo revisada por otros ministerios, tras ser redactada por Igualdad, "para su seguridad jurídica"-.
Y es que la realidad de lo que ocurría en el pleno del Congreso fue interpretado por al menos siete de los grupos parlamentarios como una pelea de bandas callejeras, con desplantes y refriegas a golpes dialécticos. Es decir, una de las crisis más graves que en realidad ha sufrido la coalición que gobierna España.
Porque tanta pelea interna en el Ejecutivo, evidentemente, ha traspasado las paredes del Consejo de Ministros. Se ha visto reflejada en los medios de comunicación. Y, este martes, llegó a los discursos de los portavoces. Bildu, ERC, PNV, Más País, BNG, Ciudadanos y Partido Popular les reprocharon la lucha de egos. El más explícito de todos ellos fue el peneuvista Joseba Agirretxea, que acusó a PSOE y Podemos de "jugar vergonzosamente con la igualdad, que es mucho más importante que la maternidad de la norma".
"Platos rotos"
Hasta ahora, el juego de deslealtades se había limitado a las maniobras tácticas de Unidas Podemos para arrancar medidas o sacar ventajas en las negociaciones. Y a sus consiguientes rifirrafes dialécticos -por la Ley de Vivienda, el Ingreso Mínimo, la reforma de las pensiones...- pero todos se solventaron con acuerdo final.
Pero en este caso, Unidas Podemos acusa al PSOE de "haber traspasado una línea roja al invadir las competencias de un Ministerio que no es suyo". Y han trasladado al PSOE su inquietud ante la posible puesta en marcha del vaticinio que ya fuentes de Moncloa anticiparon a este periódico el pasado mes de noviembre: "En el nuevo periodo de sesiones se romperán los platos, y se verán las diferencias entre los dos lados del Gobierno", explicaba un colaborador cercano al presidente. Y ponía ejemplos: "Como en las pensiones o la Ley Trans".
Es más, en Unidas Podemos desafían a los socialistas a ponerse en su lugar. Y se preguntan cómo les sentaría que, después de las arremetidas públicas contra Margarita Robles de la secretaria de Estado morada Ione Belarra, a Pablo Iglesias se le ocurriera impulsar una ley "por ejemplo, sobre Defensa".