Guerra total por las pensiones dentro del Gobierno. Por ahora, la reforma que incluye la ampliación del periodo de cotización hasta los 35 años sigue adelante, quiera o no Unidas Podemos. El ministro José Luis Escrivá tiene un mandato que está decidido a cumplir.
Ahora bien, Pablo Iglesias manifestaba anoche en La Sexta que ese asunto es "una línea roja" para Podemos, y recordó que en el acuerdo de gobierno sellado con Pedro Sánchez se pactó "una revalorización de las pensiones". Por tanto, Iglesias no considera que la propuesta que redacta Escrivá pueda siquiera votarse: "Creo que esa reforma no llegará al Parlamento".
El vicepresidente segundo se mostró convencido anoche de que arrastrará a Sánchez a su posición en materia de pensiones -""vamos a convencer al PSOE", dijo- y aseguró que en entre los socialistas hay muchos partidarios del criterio que viene manteniendo Podemos.
Las espadas están en lo alto, porque la reforma de las pensiones es un must del Gobierno, según fuentes de Moncloa. No hay más remedio que hacerla por tres razones, a cuál más importante.
La primera, porque así lo establece el acuerdo de recomendaciones del Pacto de Toledo [consúltelo completo aquí], sellado por los grupos del Congreso el pasado 27 de noviembre. La segunda, porque es imprescindible para el sostenimiento de este pilar del Estado del bienestar. Y la tercera, porque lo exige la Unión Europea... el mismo Gobierno reconoce que Bruselas pone "como condición" revisar (y dar el visto bueno) a la reforma para que España acceda a los fondos de recuperación.
Nadia Calviño, con Escrivá
Escrivá, ministro de Seguridad Social, ha sido designado por el presidente Sánchez para tres cosas en concreto: crear el Ingreso Mínimo Vital "para la inclusión" (hecho), hacer sostenibles las pensiones "y evitar la quiebra de la Seguridad Social" (en trámite), y crear una nueva política de inmigración que "afronte el reto demográfico" de nuestro país (por abordar).
Pero tras lograr el acuerdo parlamentario que debe abordar la reforma de las pensiones, el Gobierno se ha descolgado con una propuesta que lo parte de modo irreconciliable. Porque Pablo Iglesias, no acepta de ningún modo ampliar de 25 a 35 años el periodo de cotización para el cálculo de la prestación. Es más, como ya anticipó este periódico, Unidas Podemos "dará por rota la coalición" si José Luis Escrivá sigue adelante con esta idea.
Pero el caso es que el ministro de las pensiones no ve otro camino para cumplir las tres premisas: hacer caso al Pacto de Toledo, evitar la quiebra del sistema y cumplir con las exigencias de Bruselas. Escrivá cuenta con el amparo de Nadia Calviño, vicepresidenta económica, y por ende, del presidente. Así las cosas, la guerra es total.
En fuentes de Unidas Podemos desafían al ala socialista del Ejecutivo: "No se atreverán, no lo llevarán a votar a ningún sitio, el papel que lleven a Bruselas será una reforma fake, y luego la guardarán en un cajón". Eso, o el PSOE ya sabe qué pasará.
Quién engaña a quién
Dirigentes de ambos partidos dentro del Gobierno ya han mantenido contactos discretos para intentar rebajar la tensión. En esos contactos, según fuentes conocedoras de esas conversaciones, los socialistas habrían intentado tranquilizar a los morados indicando que parte del conjunto de medidas de la reforma de las pensiones quedará sin aplicación, a pesar de haberse presentado ante Bruselas.
Sin embargo, en las negociaciones formales que se están celebrando en el seno del Gobierno esta posibilidad no se pone sobre la mesa, ni tan siquiera de soslayo. El incremento del periodo de cálculo de las pensiones permanece sobre la mesa. ¿Quién engaña a quién? ¿Sánchez a Iglesias, los morados a los socialistas, el Ejecutivo en su totalidad a Bruselas...?
Porque, ¿podría acordar esta reforma el PSOE con el PP en el Congreso sin contar con su socio de Gobierno? ¿Le daría ese balón de oxígeno Pablo Casado? No está claro con qué apoyos podría sacar adelante el jefe del Gobierno esta medida. Porque Pedro Sánchez no sólo no contaría con el apoyo de Unidas Podemos, sino que también se echaría encima a los sindicatos.
Cabe recordar que, además del Pacto de Toledo, el Ejecutivo quiere acordar la reforma de las pensiones con los agentes sociales. Fuentes del Ministerio de Escrivá afirman que, una vez se cierre el pacto de la renovación de los ERTE, empezarán las reuniones formales para la reforma de las pensiones, y que las tres partes -Gobierno, empresarios y trabajadores- ya se están intercambiando documentos.
Curiosamente, el polémico incremento de los años para el cálculo de las pensiones todavía no se ha puesto sobre la mesa, apuntan otras fuentes de la negociación. Y eso a pesar de que ya se han celebrado al menos tres citas de toma de contacto.
Por qué se oculta
Posiblemente esto se deba a que ni siquiera en el seno del Gobierno se interpreta del mismo modo el texto acordado en el Pacto de Toledo. Para fuentes del PSOE en la negociación, el punto 5 de las recomendaciones, bajo el título Adecuación de las bases y periodos de cotización, "no sólo ampara, sino que pide sin duda" este tipo de reforma. Unidas Podemos lo rechaza de plano: "Ni de lejos, ni está, ni lo firmamos en el pacto de coalición ni lo aceptaremos".
Ese punto del documento dice textualmente que la reforma de las pensiones debe "evaluar la ampliación progresiva del período de cálculo de la base reguladora de las pensiones" y "la ampliación del periodo cotizado exigible, por ley, para alcanzar una pensión del cien por cien de la base reguladora".
Para que Escrivá vaya con pies de plomo en este aspecto también influye, sin duda, el hecho de que los sindicatos, en todas sus intervenciones públicas, hayan rechazado la medida.
Como ya ha explicado este periódico, el Gobierno argumenta que la reforma viene motivada por las exigencias de la Comisión Europea. Con todo, aún no ha comunicado a Bruselas los capítulos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia correspondientes a las reformas de las pensiones y del mercado laboral. Las medidas en estas parcelas están lejos de estar cerradas.
En Podemos insisten en que la reforma de las pensiones es una línea roja. Y dan por hecho que "Pedro Sánchez no se atreverá a llevarla a ninguna votación".