Muchos de los problemas políticos que padece España desde la restauración de la democracia guardan relación con iniciativas legislativas que han excedido el marco competencial de una Comunidad Autónoma o con cuestiones que afectan a pilares fundamentales de nuestra Constitución como es la Monarquía parlamentaria y la inviolabilidad que se le otorga al Jefe de Estado.
Todas estas cuestiones están muy presentes en el debate público, han abierto múltiples disquisiciones entre juristas y, a menudo, el Tribunal Constitucional le ha tocado la ingrata labor no solo de interpretar la Ley Fundamental sino de resolver conflictos de naturaleza política que enfrentaban a dos partidos políticos o al Gobierno central con ejecutivos autonómicos.
La impugnación de la Ley del matrimonio homosexual o la sentencia sobre el Estatuto catalán son solo algunas de estas cuestiones que ha tenido que abordar el Alto Tribunal y que lejos de darse por zanjadas siguen estando presentes en el debate político.
Ahora se les unen nuevos temas como la posibilidad de que políticos huidos de la justicia como Carles Puigdemont se presenten a unas elecciones en España o que políticos de EH Bildu puedan jurar o prometer su cargo con fórmulas que, a simple vista, parecen contradecir los compromisos que les vincula a su cargo.
Para desgranar muchas de estas problemáticas, el catedrático en Derecho Constitucional, Agustín Ruiz Robledo, acaba de publicar La mirada de Argos (Ed.Reus), que es una recolección de sus artículos más célebres sobre las problemáticas que han tenido que afrontar los tribunales españoles. Algunos de ellos, publicados en EL ESPAÑOL.
"El libro sirve para que una persona pueda informarse de los grandes problemas constitucionales y políticos de España y tenga un material de cierto nivel jurídico”, ilustra el profesor granadino. Se trata de un pequeño tratado constitucional de política española ordenado en grandes apartados: Constitución como norma y su reforma, Derechos Fundamentales, el encaje del Rey o el modelo territorial basado en las Comunidades Autónomas.
Soluciones
A diferencia de muchos de los debates que ocupan las páginas de opinión de los periódicos -más dirigidos a los expertos en la materia que al gran público-, su libro aporta “soluciones” para acabar con “el circo de los juramentos” o con algunos elementos del estatuto del rey (como la preferencia del varón sobre la mujer, la tutela penal reforzada contra las injurias o su inviolabilidad) que en la actualidad son poco asumibles para un Estado democrático.
Asimismo, ofrece respuestas ceñidas al análisis jurídico de por qué debe prevalecer la presunción de inocencia de Puigdemont cuando decide ser cabeza de lista de una candidatura pese a estar huido de la justicia o que el brazo político de la ETA pueda concurrir a unas elecciones una vez se ha puesto fin a la vía armada.
Con lucidez, Ruiz Robledo discierne entre las garantías jurídicas que debe ofrecer una democracia plena y el hecho político relativo a que los principales partidos de ámbito nacional les legitimen como interlocutores políticos para alcanzar acuerdos.
El título de la obra es una declaración de intenciones en este sentido, con un guiño a La Odisea de Homero: "Cuando Ulises vuelve de Ítaca disfrazado de mendigo nadie lo reconoce salvo su perro Argos. He jugado con esa idea de una mirada que intenta ver detrás de las noticias políticas, sin fijarme de qué partido se trata. Priorizando la postura jurídica que a mí me parece correcta".
Y es que el libro escapa de sectarismos y busca hacer un análisis jurídico de los temas de actualidad que comprenda cualquier ciudadanos con inquietudes políticas. Por ejemplo, critica que tanto José Luís Rodríguez Zapatero como Mariano Rajoy abusaron del Decreto Ley. Una fórmula de gobernar que rehuye de la búsqueda de consensos amplios y a la que han recurrido tanto PSOE como PP de forma indiscriminada.
Reforma constitucional
De hecho, la falta de alcanzar grandes acuerdos transversales, añade el autor, es una de las razones por las que la Constitución Española solo se haya reformado dos veces en 40 años (en 1992 por el proceso de Maastricht y en 2011 por los acuerdos de estabilidad europea).
"En España los partidos no están de acuerdo con las decisiones políticas fundamentales de la Constitución y por eso no se reforma más, porque no se ponen de acuerdo", explica.
Respecto al debate de si hay que reformar la Constitución o abrir un proceso constituyente, el catedrático sostiene que a quienes esta Carta Magna no les sirve es a las formaciones que se oponen a alguna de sus tres “grandes decisiones políticas fundamentales”, que son el Estado Social y Democrático de Derecho, el Estado Autonómico y la Monarquía parlamentaria.
El resto, son “normas de desarrollo” y que solo requieren de voluntad política para modificarse. Sin embargo, aquellos que quieran acabar con el modelo autonómico o con la monarquía parlamentaria se verán excluidos del texto legal.