Las misas también tienen su desescalada. Pero ser católico en época de coronavirus no resulta sencillo: sin culto público desde hace dos meses, el paso a la Fase 1 del 51% de la población este lunes, significa una nueva manera de celebrar la eucaristía. La Conferencia Episcopal trasladó a sus diócesis y parroquias unas normas esta semana, en un documento al que ha tenido acceso este periódico.

Y todo indica, según las fuentes consultadas, que la Iglesia ha negociado con el Gobierno las normas específicas para volver a la casa de Dios. Las imágenes será muy llamativas, con los fieles obligados a llevar mascarilla.

Además, en lugar de persignarse con los dedos mojados en una pila de agua bendita, deberán hacerlo tras mojar sus manos en gel desinfectante hidroalcoóholico. Por supuesto, deberán ocupar lugares separados por la llamada "distancia social", pero el BOE de este sábado, sobre todo, ha dejado en duda que se vaya a poder comulgar, el verdadero sentido de la reunión semanal de los católicos.

El texto legal

El artículo 9.3) de la Orden Ministerial SND/399/2020 de 9 de mayo, para la flexibilización de determinadas restricciones del estado de alarma, prohíbe específicamente "el contacto personal, manteniendo en todo momento la distancia de seguridad" y "la distribución de cualquier tipo de objeto, libros o folletos".

Es decir, que el reparto de la comunión queda en el aire. ¿Cómo va el sacerdote a dar a sus fieles el Cuerpo de Cristo guardando distancia de dos metros? Y, en todo caso, ¿se considera la hostia sagrada un "objeto"?

Una misa a puerta cerrada en Italia Efe

Consultando uno de los vicarios episcopales de Madrid, este periódico no ha logrado una aclaración. "Según una interpretación estricta del texto del Boletín Oficial del Estado, es cierto que parece imposible el reparto de la comunión", explica, "pero hay que recordar que para los católicos, las formas no son un objeto, sino el mismo Dios, encarnado en su Hijo resucitado... no es una cosa, es Cristo".

Recomendaciones de la Iglesia

Las instrucciones redactadas por el órgano de gobierno de la Iglesia en España, por su parte, explican que "el sacerdote celebrante desinfectará sus manos al empezar el canon de la misa, y los demás ministros de la comunión antes de distribuirla". Pero el BOE no especifica detalles en este aspecto, limitándose a aclarar los aforos, las normas de entrada y salida, para evitar aglomeraciones y la obligatoriedad del uso de mascarillas.

"Comparando las instrucciones de la Conferencia Episcopal y el BOE, los textos son muy similares", explica el vicario consultado. "Pero sí sorprende una cosa, la prohibición expresa de celebrar los actos de culto en el exterior de los edificios ni la vía pública".

La Iglesia transmitió al Ministerio de Sanidad, responsable de las órdenes que están regulando las normas de desescalada, su esperanza en poder oficiar -en algunos casos- en espacios abiertos. "Nunca en la vía pública, claro, pero sí en patios adyacentes a algunas parroquias pobres, con peores instalaciones".

Según las fuentes consultadas, hay numerosos templos en España muy pequeños y con condiciones de ventilación poco adecuadas, dadas las circunstancias. "La Conferencia Episcopal nos dijo que sí podríamos utilizar espacios abiertos, para poder celebrar misa en mejores condiciones... y además eso podría permitir la afluencia de más fieles que dentro del templo, ya que el aforo está limitado a un tercio" durante la Fase 1.

Ramadán y Pascua

Lo cierto es que -quizá por la dificultad de cumplir al tiempo las normas sanitarias y los mandamientos de la ley de Dios- el BOE no aclara el punto más importante para la celebración de las eucaristías católicas, confesión religiosa mayoritaria en España, que profesan más de 30 millones de españoles (un 67,4% de la población, según el CIS). Sin embargo sí detalla cómo deben llevarse a cabo los cultos musulmanes, en plena celebración del Ramadán.

Así, la orden ministerial explica que "en los casos en los que los asistentes se sitúen directamente en el suelo y se descalcen antes de entrar en el lugar de culto", como ocurre en las mezquitas, "se usarán alfombras personales y se ubicará el calzado en los lugares estipulados, embolsado y separado".

Además, en el caso la religión islámica también especifica que "las abluciones rituales deberán realizarse en casa".

Celebración desalojada en la catedral de Granada este Viernes Santo.

Curiosamente, durante la Semana Santa, que tocó en los momentos más duros del confinamiento, no se pudieron celebrar los ritos sacramentales, a pesar de que el decreto de alarma parecía sí permitirlos. 

El Viernes Santo, la catedral de Granada convocó a un pequeño grupo de feligreses a la celebración del Via Crucis junto al Arzobispo, Francisco Javier Martínez. Esta ceremonia, sin embargo, fue desalojada por el Cuerpo Nacional de Policía. Un hecho que fue cuestionado por algunos expertos en derecho penal a través de las redes.

Es fue caso de José María de Pablo, abogado penalista en el Bufete Mas y Calvet, quien argumentó por qué el desalojo de esta celebración de Pascua fue "ilegal". El experto explica que el artículo 11 del Real Decreto 463/2020, en el que el Gobierno regula el estado de alarma, permitía "la asistencia a ceremonias religiosas siempre y cuando se eviten aglomeraciones y se garantice la distancia de al menos un metro entre los fieles".

Cáliz y patena desinfectados



Finalmente, y con carácter general, el BOE de este sábado 9 de mayo aclara que "antes de cada reunión o celebración, se deberán realizar tareas de desinfección

de los espacios utilizados o que se vayan a utilizar, y durante el desarrollo de las

actividades, se reiterará la desinfección de los objetos que se tocan con mayor

frecuencia".

Parecidas disposiciones planteaba la Conferencia episcopal en sus recomendaciones, cuando decía que "el cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio, sino que el servicio de orden lo ofrecerá a la salida de la misa, siguiendo los criterios de seguridad señalados". Y que "el cáliz, la patena y los copones, estarán cubiertos con la 'palia' durante la plegaria eucarística".

El BOE, además, coincide con el órgano de gobierno de la Iglesia en que "se organizarán las entradas y salidas para evitar agrupaciones de personas en los accesos e inmediaciones de los lugares de culto" y "se pondrá a disposición del público dispensadores de geles hidroalcohólicos o desinfectantes con actividad virucida autorizados y registrados por el Ministerio de Sanidad, en todo caso en la entrada del lugar de culto, que deberán estar siempre en condiciones de uso".

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