La investidura de Pedro Sánchez sigue bloqueada, a pesar de que los políticos presos ya hayan movido carta. Esa posible abstención de JxCat por la que apuestan Jordi Turull y Josep Rull le daría la presidencia del gobierno al socialista, pero no es la favorita de Ferraz. Por eso, sigue la presión a los grandes partidos del centroderecha: la solución ideal pasaría por su abstención.
Cada vez son más las voces que apuestan por esta jugada dentro del PP. Lo cierto es que se trata, en su mayoría, de dirigentes que ya están fuera del paraguas de las siglas. Pero aún cuentan con gran respaldo e influencia dentro del partido, especialmente José María Aznar. Sin embargo, fuentes de la dirección nacional consultadas por este periódico descartan que sea una opción sobre la mesa en estos momentos.
“Quizás si se planteara dentro de una negociación, tras un primer intento fallido, igual podría estudiarse. Pero de momento y en las condiciones actuales, nada”, comentan. La opinión es en bloque y sin fisuras, tal y como ha podido testar este diario con diversos miembros de la dirección. Sobre todo, porque tienen poco que perder si Sánchez no consigue ser investido. “No nos vienen mal unas segundas elecciones”, deslizan.
Recuperarían votos
La respuesta es generalizada. “Mucha gente nos lo está diciendo abiertamente. ‘Si hubiese una repetición electoral no votaríamos a Ciudadanos y a Vox, iríamos con vosotros’”, manifiestan. Así, el actual suelo electoral del PP, los 66 escaños con los que cuentan en el Congreso —el peor resultado en su historia—, podría verse aumentado exponencialmente.
Pueden aguantarle el pulso a la Moncloa hasta la fecha que empiezan a barajar para un adelanto electoral. De momento, el PSOE ha asegurado que Sánchez se someterá a la investidura en julio, así que una hipotética repetición tendría lugar el domingo 10 o el 17 de noviembre. Y los populares, que vivirán su Junta Directiva Nacional —el máximo órgano del partido entre congresos— a finales de julio, estarán renovados y fuertes con su líder.
También porque la imagen que ahora proyecta el PP es bien diferente de la que reflejaron las urnas el pasado 28-A. Si entonces el presidente del partido, Pablo Casado, se quedó sin demasiada legitimidad, ahora su liderazgo es incontestable tras la mejora de los resultados en las elecciones municipales, autonómicas y generales. Así lo piensan incluso los barones del partido, aunque algunos, como el canario Asier Antona o la madrileña Isabel Díaz Ayuso, compartan diferentes visiones sobre la abstención.
Casado, tajante en el 'no'
Casado ya se mostró tajante este jueves tras participar en el homenaje a las víctimas del terrorismo en el Congreso. "No puede estar pidiendo responsabilidad a los partidos constitucionalistas mientras pacta con Bildu en Navarra y no puede estar pidiendo a los partidos constitucionalistas que favorezcan su investidura cuando al mismo tiempo no aclara si va a indultar a aquellos que han querido romper la democracia española", exclamó.
Sobre todo, porque considera que Sánchez trata de "proyectar" la responsabilidad en la formación de gobierno a las fuerzas constitucionalistas, pero sin explicar qué proyecto tiene para los próximos años "ni en economía, ni en política social, ni en política territorial".
Casado no piensa hacer ningún movimiento hasta que el presidente en funciones cuente sus planes respecto a los partidos independentistas. Especialmente, si está de acuerdo con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en relación con su afirmación de que el Tribunal Supremo debe modular la sentencia contra los presos independentistas.