Ni Calvo ni la Generalitat dan por roto el diálogo: "Seguimos en la mesa", dice Aragonès

El Gobierno ha dado por "encallado" el diálogo con la Generalitat porque los independentistas piden un referéndum de autodeterminación que "no es aceptable", según ha asegurado la vicepresidenta del Gobierno y la ministra de Igualdad, Carmen Calvo. 

Previamente, la vicepresidenta había anunciado que los independentistas habían rechazado el marco trazado por el Gobierno para abordar la negociación, es decir, la polémica mesa de partidos organizada por un relator que coordinara esos trabajos.

Tras la intervención de la vicepresidenta, muchos medios titulaban que Gobierno y Generalitat rompían las negociaciones. "¿Ha roto el Gobierno el diálogo con Cataluña?", preguntaba una periodista a Calvo. Y ella aclaraba cualquier duda: "En absoluto". 

Tras las palabras de Calvo, la Generalitat también ha convocado una rueda de prensa y ha acusado al Gobierno de Pedro Sánchez de "falta de valentía" y que con su discurso se agarra "a los argumentos del tripartito de derechas", en referencia a PP, Cs y Vox.

Los independentistas han instado a seguir negociando sobre la independencia y han acusado al Gobierno de romper el diálogo. "Es el Gobierno el que rompe el diálogo. Nosotros seguimos en la mesa", ha respondido el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

El PP no se cree que Sánchez rompa con los 'indepes'

El PP no se cree que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya roto el diálogo con los independentistas catalanes después de que éstos hayan rechazado el marco trazado por el Ejecutivo para Cataluña y considera "intolerable" que "mantengan el relator y la mesa de partidos" porque suponen un "ataque al sistema de libertades".

"No se les puede creer. Son el Gobierno de la mentira", ha manifestado el portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso Carlos Floriano, tras la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde la vicepresidenta, Carmen Calvo, ha anunciado que la negociación con el independentismo ha "encallado" porque exige un referéndum de autodeterminación que el Gobierno no puede aceptar.