El futuro del Partido Popular es más incierto que nunca. Si los 2.612 compromisarios elegidos en urna se ciñeran en la segunda vuelta a la voluntad de los 58.219 militantes censados que votaron el jueves, Soraya Sáenz de Santamaría sacaría casi cinco puntos de ventaja a su rival, Pablo Casado. Con el escrutinio de la primera vuelta en la mano, la exvicepresidenta del Gobierno sumaría 1008 compromisarios (el 38,5% del total) frente a los 882 (33,7%) del vicesecretario de Comunicación. Son casi puntos de diferencia, una distancia más amplia que la que obtuvieron este jueves: Santamaría obtuvo el 36,95% del voto total y Casado el 34,3%.
La llave que abrirá la puerta de la Presidencia del PP a un candidato u otro la tienen los 725 (27,7%) compromisarios que se decantarían por María Dolores de Cospedal si la secretaria general hubiera pasado la criba. También es un misterio a quién respaldarán los 522 compromisarios natos que por sus cargos tienen derecho a participar en este histórico proceso.
Los estatutos del partido son muy claros: el voto de los afiliados que participaron en la primera vuelta puede ser corregido por la decisión de los compromisarios, los únicos que participarán en la segunda vuelta para elegir al nuevo líder. La altísima competitividad que ha habido en estas históricas primarias ha despertado todo tipo de críticas a un sistema que muchos en el PP consideran imperfecto.
El Comité Organizador del Congreso es implacable: las normas son las mismas que se utilizaron en congresos regionales y provinciales previos y ahora, en mitad del partido, no se pueden reescribir las reglas del juego para favorecer a aquellas candidaturas que consideran que el sistema les perjudica.
Si los compromisarios elegidos en urna en la votación del 5 de julio apostasen por el mismo candidato que los militantes de sus distritos, Santamaría conseguiría el respaldo de la mayoría de compromisarios de Melilla (19 de 24) y de seis autonomías: Andalucía (261), Comunidad Valenciana (159), Castilla y León (278), Canarias (70), Cantabria (25) y País Vasco (25). Su equipo resalta que es la favorita de las dos regiones que más delegados llevan al Congreso, la andaluza y la valenciana.
La victoria definitiva, en el aire
Fuentes del equipo de la candidatura de Santamaría destacan que ganó en 30 circunscripciones, un dato que creen que podrían darle la victoria definitiva en el cónclave. La exvicepresidenta ganó en cinco de las ocho provincias andaluzas -todas excepto Almería, Córdoba y Jaén- y en siete de las nueve provincias de Castilla y León -menos en Ávila y Palencia-. Los compromisarios de La Rioja están prácticamente partidos en dos: 13 estarían con la más votada y 13 con su rival.
Pablo Casado, el candidato que llegó a la primera votación sin el respaldo oficial de ningún barón territorial, ha conseguido imponerse en siete regiones. Con el mismo baremo, el vicesecretario de Comunicación llegaría al Congreso con el respaldo indiscutible de 56 compromisarios catalanes, 118 madrileños, 36 extremeños, 55 murcianos, 37 aragoneses, 33 baleares y 8 navarros.
Quién ocupará el despacho de Mariano Rajoy en la séptima planta de Génova a partir del 22 de julio lo decidirán los compromisarios que, hasta este jueves, apostaban por Cospedal. La secretaria general solo consiguió vencer a sus adversarios en tres autonomías: Galicia, donde se hizo con 114 compromisarios, Asturias (27) y su feudo, Castilla-La Mancha, donde 130 de los 199 delegados apoyarían con su presidenta. En Ceuta conseguiría el respaldo de 22 de los 27 compromisarios adscritos.
Sondeo a los compromisarios
El gran misterio que recorre ahora todos los rincones del PP es si los apoyos de Cospedal se traducirán en el Congreso en respaldo absoluto a Pablo Casado. La secretaria general y la exvicepresidenta protagonizan desde hace años una gran rivalidad y por eso ahora la gran mayoría del PP interpreta que Cospedal trabajará ahora para que venza finalmente la candidatura que lidera el vicesecretario de Comunicación. Los dos candidatos oficiales a presidir el PP trabajan desde este viernes en convencer a cada uno de los compromisarios de por qué deberían apoyar sendas candidaturas. A pesar de los gestos y las manos tendidas, los dos quieren llegar hasta el final para imponerse en el Congreso.
La distribución de delegados que elegirán en el Congreso al futuro presidente o presidenta se ha realizado de acuerdo al censo de junio y que, según los datos que maneja el PP, son 869.535 afiliados. Unos datos inflados si se tiene en cuenta el dato de los que se inscribieron para participar en este proceso histórico: 67.158, apenas el 7,6% del supuesto número de militantes total.