Es la responsable de Igualdad de Podemos. Es diputada en la Asamblea de Madrid. Y es una de las cabezas pensantes del errejonismo, esa corriente antes negada y ahora más afianzada que nunca. Clara Serra, una de las hacedoras de la hoja de ruta de la corriente liderada por Íñigo Errejón, repasa con EL ESPAÑOL el difícil momento que vive el partido de los círculos.
Primero fueron las dimisiones contra Luis Alegre, después vinieron unas primarias muy peleadas entre Rita Maestre y Ramón Espinar. Y por último el cese de José Manuel López. ¿Es Madrid el epicentro de una lucha por el poder en Podemos?
Yo creo que no hay una batalla de poder en Podemos. No la llamaría batalla, sino una disputa de ideas. Es muy peligroso que los partidos se conviertan en luchas de poder y en reparto de tartas, como decía Echenique el otro día, pero es igualmente peligroso y conduce a lo mismo que llamemos a los debates políticos luchas de poder. Es decir, es peligroso que entendamos la unidad en un sentido que pasa por anular las discrepancias y los disensos. Dicho esto, y esto creo que es la cuestión fundamental en la que está Podemos, no me gusta la lógica del enemigo interno y no estoy de acuerdo con cómo se están haciendo las cosas en Madrid porque siembra una forma de hacer política que el 15-M dejó atrás y que es vieja.
No estoy de acuerdo con cómo se están haciendo las cosas en Madrid porque siembra una forma de hacer política que el 15-M dejó atrás y que es vieja
¿Usted considera injusto que José Manuel López dejase de ser el portavoz?
Me parece orgánicamente posible, pero me constituye un ejemplo de una manera de hacer política que no me gusta. Y creo que José Manuel López ganó su propio proceso con mucho apoyo; en segundo lugar firmó los documentos políticos que deben dirigir la hoja de ruta de Podemos en la comunidad de Madrid -muchas de las cosas que tiene que defender Ramón Espinar llevan la firma de José Manuel López-; y en tercer lugar, en procesos en los que no se presentó a secretario general fue de las personas más votadas. Siempre ha tenido un enorme respaldo de la militancia y de los inscritos. Su cese no es bueno para Podemos y creo que no le ha gustado a la militancia de Madrid.
Dicen que la campaña del día de Nochebuena contra Errejón se alentó precisamente desde el entorno de Ramón Espinar. Llama la atención que nadie le haya pedido disculpas al propio Errejón...
Efectivamente, nadie le ha pedido disculpas. Creo que el tema está zanjado y lo mejor que podemos hacer todos es no hablar más de ello.
Tras todo lo sucedido, ¿cómo es la relación entre los miembros de las diferentes corrientes aquí, en la Asamblea de Madrid?
Hemos pasado por un momento interno en el que hemos hablado mucho de nosotros mismos. Es importante limitar esto porque creo que la gente se cansa de ver a Podemos hablando de sus diferencias internas. En una Asamblea nos tocaba hablar de nosotros mismos. Ahora mismo toca ponernos a trabajar, tenemos mucho trabajo por delante y nos vamos a poner todos a una.
Hay un debate de ideas absolutamente necesario, que lo ha habido siempre y que es la fortaleza de Podemos
¿No tiene la sensación de que los españoles, en general, y los madrileños, en particular, perciben que Podemos vive enfrentado y sin pensar en los problemas de la gente?
No ayuda mucho la manera de contar las cosas en Podemos. Tengo la sensación de que hay un debate de ideas absolutamente necesario, que lo ha habido siempre y que es la fortaleza de Podemos. En Vistalegre 1 hubo grandes debates, con posturas diferentes, algo raro en otros partidos en los que se escenifican debates de cartón piedra. Me parece importante cuidar y proteger esa fortaleza de los debates. Hay gente cansada de vernos discutir porque ha habido la tendencia de convertir inmediatamente algunas discrepancias políticas en guerras internas, enfrentamientos, luchas... Es importante distinguirlas y preservar la lógica el debate, porque preservarla es lo que hace posible acabar con las otras.
Usted forma parte del equipo técnico que prepara Vistalegre II. ¿No cree que la propia composición del equipo muestra un Podemos muy dividido en corrientes enfrentadas, con cuotas de poder? ¿Está funcionando bien?
A nadie se le escapa que hay diferencias entre quienes formamos ese equipo técnico. Pero desde que nació tiene la intención de llegar a los acuerdos por consenso. Es decir, no va a ser una pelea entre bloques porque vamos a trabajar y trabajar hasta que lleguemos a un acuerdo. Por ahora estamos tomando las decisiones así.
Se ha publicado que ustedes reclaman algunas secretarías clave pero Irene Montero ha dicho que "Podemos no es una tarta a repartir". ¿Son más importantes los puestos o las ideas?
Hay una tendencia muy fuerte desde fuera que hace daño a Podemos: con una asamblea ciudadana en ciernes, donde debe haber máxima libertad, el relato es constantemente el reparto de esa tarta. Y me preocupa que haya gente dentro de Podemos que alimente ese relato de fuera. No hay ninguna negociación sobre secretarías, porque hay un planteamiento de documentos sobre el rumbo de Podemos. También ha habido un intento de plantear un debate entre “Pablo Iglesias sí o no”, cuando es una cuestión que está fuera de debate. Plantear un plebiscito sobre Pablo secuestra los debates políticos. Esto no es un debate en torno a Pablo, todos hemos dicho que él es nuestro mejor candidato a secretario general. Toda discusión debe ser sobre el rumbo y después ya hablaremos sobre quiénes tripulan el barco. Sí hay diferencias políticas que debatir.
Esto no es un debate en torno a Pablo, todos hemos dicho que él es nuestro mejor candidato a secretario general
Esa lógica plebiscitaria se alimenta desde fuera y desde dentro, pero quizás el que más la alimenta es el propio Pablo Iglesias al decir que si no ganan sus propuestas se irá.
Creo que Pablo no está diciendo esto en estos momentos. En cualquier caso, es desafortunado un planteamiento así. Cuando la gente dice, como ha dicho Echenique, que se debe ser coherente y 'si no ganan tus ideas, no puedes estar al frente'. Todos los que somos miembros de Podemos asumimos muchas veces decisiones colectivas. Es básicamente lo que consiste en ser compañero de una organización. Cuando formas parte de un consejo o una asamblea, tomas como decisión tuya lo que decide el conjunto de tus compañeros aunque tú no estés de acuerdo. Esto lo haces porque entiendes que hay más cosas que te unen que las que te separan. Creo que hay muchas más cosas que nos unen que la que nos separan. Y asumiremos lo que se decida siempre que hayamos podido plantear nuestras ideas.
Ha dicho Errejón que su propuesta se basa sobre todo en no resistir sino en recuperar la iniciativa. ¿Cuáles son, a grandes rasgos, las principales líneas de su corriente, "Recuperar la ilusión", para recuperar la iniciativa?
Nuestra propuesta política sigue conservando el espíritu del Podemos original. Se trata de ser una fuerza política que iba a la ofensiva, que iba por delante, que marcaba los ejes del debate para que los demás partidos se posicionen con respecto a Podemos. Durante mucho tiempo hemos llevado la iniciativa, pero la hemos perdido en los últimos meses. Hay quienes piensan que Podemos está más limitado para llevar esa iniciativa de lo que nosotros pensamos.
Hay quienes piensan que solo cabe la posibilidad de replegarse y resistir y otros pensamos que seguimos teniendo margen para llevar la iniciativa, por ejemplo en la cuestión institucional: no hay que abandonar las instituciones, sino demostrar que somos útiles en ellas y aprovechar nuestro margen para conseguir cosas. Podemos aspira a gobernar, pero mientras tanto podemos conseguir cosas. Tenemos muchas iniciativas que hacer. La ventana de oportunidad política sigue entreabierta.
Todas las corrientes de Podemos apuestan por restar poder a la secretaría general, por descentralizar el partido para que sea menos piramidal. ¿Esto cómo se hace?
Se hace de muchas formas, descentralizando el partido en muchos sentidos, llevando muchas más tomas de decisiones a espacios más horizontales y no a esa cúspide de la pirámide. Que los territorios tengan más poder de decisión, más autonomía y más recursos. También en el caso de los órganos municipales, que son pata fundamental para las cosas que hay que hacer. También descentralizar es feminizar el partido. Cuando un partido tiene un poder muy concentrado, suele tener un poder muy masculinizado, con una imagen muy masculina. Y hace falta un partido más coral, con la presencia de las mujeres en las portavocías como caras visibles y también en las tomas de decisión. Esto pasa por muchísimas cosas. No solo se trata de restar poder al secretario general, sino también de hacer un Podemos más democrático y proporcional que ahora mismo sería más eficaz.
¿Es el Podemos actual machista?
Podemos es un partido donde hay machismo, pero esto no lo define como partido político diferente de otros. Los partidos políticos incorporan inercias de la sociedad y de la política que se dan en todos los espacios, hasta en una asamblea del 15-M. Y esas inercias florecen en los partidos a no ser que seamos muy conscientes de que hay que contrarrestar esas dinámicas que se lo ponen más difícil a las mujeres. Un partido no es feminista porque en su organización no ocurran comportamientos machistas, sino porque busque soluciones para enfrentar unos problemas que existen. Lo que tenemos que hacer es establecer mecanismos para afrontar y resolver el machismo.
¿Qué proponen ustedes? ¿En qué se concreta ese cambio? ¿Cómo se feminiza un partido?
Se hace dotando a las compañeras de Igualdad de mayor incidencia en el partido. Creo que muchas compañeras han sentido que tenían pocos medios para hacer un trabajo que tiene que hacer todo el partido. Cuando el feminismo en el partido lo hacen solo mujeres, la cosa suele acabar mal. Por ejemplo, una forma es que Igualdad debería ser una secretaría de la Ejecutiva. Igualdad tiene que tener más recursos. Durante mucho tiempo este partido ha sido una maquinaria de guerra electoral y eso ha tenido el coste de que las prioridades han sido unas y no otras. Yo creo que la Igualdad en Podemos no puede esperar. Es el momento en que las prioridades tienen que estar claras. Tiene que haber más mujeres como portavoces y más feministas.
Uno de los asuntos que más enfrenta a las diferentes corrientes es la relación con IU. ¿En su corriente creen que deben acercarse más, alejarse o mantenerse como están?
Podemos tiene que ser un partido fuerte y autónomo, pero que siempre esté abierto a la alianza electoral con IU y con otras fuerzas políticas que en algunos casos, como hemos visto, han sido enormemente fructíferas. Y todo tiene que depender de lo que decidan los inscritos en cada territorio, algo que tiene que ver con esa descentralización del partido. Sobre una fusión orgánica, estamos de acuerdo en que no la queremos, lo tenemos muy claro.
También todas las corrientes de Podemos dicen apostar por una limitación de los cargos públicos que debe ostentar una persona. Sin embargo, Espinar acumula tres y con permiso de la comisión de garantías. ¿Eso tendría que cambiar tras Vistalegre?
Sí, tenemos que ir a un modelo de limitación de cargos. En Madrid lo defendimos con un criterio bastante sensato, que es que una persona puede tener un cargo orgánico y un cargo institucional. Sería absurdo decirle a Pablo Iglesias que puede ser secretario general pero no diputado, por ejemplo. Respecto al caso de Ramón Espinar, su cargo de senador es doble, porque es senador por designación autonómica, pero yo creo que había una manera muy fácil de cumplir lo aprobado por los inscritos: ser diputado y no ser senador. Si ser senador conlleva ser diputado, ser diputado no conlleva ser senador. Hay mucha gente en este grupo parlamentario muy capacitada para estar en el Senado. Había maneras para respetar la idea de los dos cargos que aprobaron los inscritos y hubiera sido mejor ejemplo…
En los últimos días parece que las cosas se han calmado un poco. ¿Ve usted factible un acuerdo entre las corrientes de Pablo Iglesias e Íñigo Errejón antes de Vistalegre II para que no haya un choque de trenes?
Me parece que sería muy bueno que hubiera un acuerdo, siempre y cuando sea un acuerdo sobre políticas. Todo acuerdo sobre ir juntos en una lista tiene que estar supeditado a un acuerdo político, a cuál es el rumbo, porque esta es la mayor preocupación de los que estamos en "Recuperar la ilusión". La función que va a tener Podemos y su rumbo. Creo que Podemos no siempre se ha parecido a Podemos. Nuestro objetivo es que seamos el Podemos de las europeas, de la marcha del 31 de enero y del 20-D. Si Podemos acuerda el rumbo del barco, estupendo. Creo que durante mucho tiempo el barco lo han llevado Pablo Iglesias e Íñigo Errejón y lo han hecho estupendamente. Sería una gran noticia que nos pusiéramos de acuerdo.
¿Y habría dos capitanes de barco?
No, no, tiene que haber muchos más. Y muchas mujeres.
Si finalmente no hubiera acuerdo y tendrían que competir y confrontar ideas, ¿teme usted por su puesto en caso de perder? ¿Cree que podrían laminarla y perder su relevancia en el partido?
No creo que deba pasar eso y confío en que no pase. Tenemos que construir un Podemos amable hacia dentro, plural e integrador. Y creo que los resultados de la última consulta son en ese sentido una llamada a la unidad entendida como la convivencia y la integración de diferencias. Creo que ese mandato va a volver a aflorar en Vistalegre. Si después no se asume ese mandato, se incumpliría lo pedido por los inscritos. Tiendo a pensar que no. Lo que tenemos que hacer entre todos en Vistalegre es conseguir un Podemos más unificado e integrador de las diferencias. No siempre hemos sido todo lo integradores que podíamos haber sido. Hay que hacer autocrítica y reconocer que uno de los costes del modelo de Vistalegre 1 fue un partido con un hiperliderazgo. Ahora no hay justificación alguna para no construir un Podemos que tenga como fortaleza la integración.
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