Zaragoza

La historia de Miguel comienza a finales del año 2012. Es ahí cuando se le pide a sus padres que no vuelvan a llevar a su hijo a la ludoteca municipal “Barbol”, en el zaragozano barrio del Actur. El motivo: una discapacidad del 75 por ciento que padece Miguel desde los tres años de edad. Los padres, desde entonces, han emprendido una lucha por reivindicar el derecho de su hijo a acudir a un servicio municipal para recrearse y poder disfrutar del ocio pese a su discapacidad.

Una movilización que ha concienciado a entidades sociales e instituciones para exigir que el Ayuntamiento de Zaragoza (Podemos e IU) legisle el acceso de niños discapacitados a cualquier servicio municipal y evitar la discriminación que sufren a día de hoy en la capital del Ebro. Sin embargo, el Ayuntamiento de Zaragoza “discrimina” al pequeño Miguel sin aportar ninguna solución política –casi un año después de conocer el caso- ni tampoco permitir una reunión entre el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, y los padres del pequeño Miguel.

LA HISTORIA DE UN NIÑO “SIN DERECHOS”

Alberto y Arantxa, padres del pequeño Miguel Garicano, muestran su orgullo por la capacidad diferente de su hijo, diagnosticada con tan solo tres años. El pequeño zaragozano tiene alterado el cromosoma número cuatro, una alteración genética que le afecta a nivel cognitivo provocándole un 75 por ciento de discapacidad. Pese a ello, muestra una vigorosa movilidad y ejerce sus funciones con plena autonomía. Los padres de Miguel abren las puertas de su casa a EL ESPAÑOL para denunciar la “discriminación” que sufre su hijo por parte del consistorio y del alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve.

“Queríamos que Miguel jugara con otros niños que no tienen necesidades especiales, que salga al parque y lo conozcan. Siempre pensamos que inscribirlo en una ludoteca era algo positivo para que pueda socializarse”, apuntan los padres de Miguel. En conversación con este diario, explican la lucha por reivindicar un derecho fundamental para cualquier discapacitado que consideran de “justicia”.

Miguel Garicano asiste al colegio de educación especial Fundación Cedes, pero sus padres valoraron la opción de que acudiera a una ludoteca municipal dos días por semana durante una hora para fomentar su relación con otros chavales. Miguel comenzó a asistir a la ludoteca “Barbol” en septiembre del año 2012. Sin embargo, “un mes después nos dijeron que ya no podía volver, así, sin más”, afirma Arantxa, madre de Miguel, mientras repasa la historia de su hijo.

Queríamos que Miguel jugara con otros niños que no tienen necesidades especiales, que salga al parque y lo conozcan

“Hablamos con un técnico del Ayuntamiento y nos dijo que Miguel necesitaba un apoyo particular –los trabajadores municipales no podían hacerse cargo plenamente- por su discapacidad, si no, no entraría nunca más en ninguna ludoteca municipal. Y obviamente, nos negamos a pagar de nuestro bolsillo un voluntario para nuestro hijo, es una ludoteca municipal pagada con nuestros impuestos”, cuenta Arantxa.

Durante un tiempo exigieron explicaciones al consistorio zaragozano, que por aquel entonces dirigía Juan Alberto Belloch (PSOE), sobre la expulsión de su hijo por necesitar un apoyo extra debido a su discapacidad. Reclamaron al Ayuntamiento una justificación por esa decisión, pidiendo sucesivas reuniones con el área de acción social municipal. Pero durante ese tiempo, “conseguimos inscribir a Miguel en otra ludoteca municipal, en el mismo barrio, y no nos pusieron ningún problema por su discapacidad”, explica Alberto, padre de Miguel.

Pero hace casi un año, desde la ludoteca "Os Mesaches" –la cual atendió a Miguel durante casi tres años-, se reiteró un aviso que Alberto y Arantxa esperaban no volver a escuchar nunca más. “Nos dijeron que al cumplir 9 años, Miguel no podría acudir más si no pagábamos un apoyo externo”, relata Arantxa. A su vez, el padre de Miguel cuenta que “nunca nos comunicaron ninguna incidencia en tres años, fue de la noche a la mañana el aviso, sin un motivo de peso o médico”.

“EL AYUNTAMIENTO LO TRATA COMO SI FUERA UN MUEBLE”

A partir de ese instante, al constatar la imposibilidad de que su hijo pueda ejercer el derecho a asistir a una ludoteca municipal sin prohibiciones o exigencias, emprendieron diversas peticiones o requerimientos para pedir explicaciones al Ayuntamiento de Zaragoza. E incluso movilizaron a varios colectivos sociales e instituciones para promover, según explican los padres, “un grito ciudadano que cambie la injusta decisión del Ayuntamiento”.

En febrero de 2016 “solicitamos una entrevista a Luisa Broto –vicealcaldesa de Zaragoza- pero no nos pudo atender, y eso que estuvimos en la puerta de su despacho. Al final nos atendió un asesor”, explica Arantxa. Según cuentan los padres de Miguel, desde esa reunión no han vuelto a obtener respuesta de “nadie del Ayuntamiento” para proponer una solución o conocer de primera mano la situación de Miguel. Es más, reconocen ambos padres a este diario que “hemos echado cuatro instancias para pedir una reunión con el alcalde Santisteve y no hemos recibido respuesta. Un año después, todavía esperamos una contestación”.

El pasado mes de septiembre se abrió el plazo de inscripción en la última ludoteca que estuvo Miguel, "Os Mechades", donde se les pidió a los padres un apoyo externo para admitir al pequeño. Los trabajadores del centro, según relata Arantxa, “explicaron que no podían aceptar a Miguel porque el Ayuntamiento no había contestado aún sobre el asunto de Miguel, si pondrían un apoyo desde el Ayuntamiento o algo”. Pese a ello, seguían insistiendo en reunirse con el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve. Durante el mes de octubre plantearon un recurso de alzada “pidiendo una respuesta por la inadmisión de Miguel en la ludoteca municipal, pero no contestó en los dos meses que tuvo de plazo”, cuenta Alberto.

El Justicia de Aragón junto al alcalde de Zaragoza. Efe

La conversación con EL ESPAÑOL sucede en su confortable salón, mientras los comentarios o reproches a la actitud del consistorio se mezclan con informes médicos avalando el beneficio de asistir a una ludoteca, requerimientos al Ayuntamiento para exigir explicaciones o cartas al defensor del pueblo autonómico, el Justicia de Aragón.

“En un año no han contestado a nada de lo que hemos enviado al Ayuntamiento. Creo que mi hijo tiene el mismo derecho que cualquier otro. A veces pienso que el Ayuntamiento lo trata como si fuera un mueble, ni siquiera Pedro Santisteve ha dedicado cinco minutos en conocerle. Es más, fuimos al Debate del estado de la ciudad y sus asesores sabían que estábamos dispuestos a reunirnos con él”, detalla con crispación Arantxa. “Esto no es un capricho, es un derecho”, matiza Alberto.

AMENAZA DE DENUNCIA

Los padres de Miguel Garicano están desesperados ante la pasividad del Ayuntamiento de Zaragoza por atender un caso de “justicia social”. De hecho, según confirman a este diario, se están planteando llevar a un contencioso-administrativo al consistorio. “Parece que lo están esperando”, remarca Alberto.

Hasta la toma en consideración de una posible denuncia al Ayuntamiento de Zaragoza, los padres de Miguel están esperando la contestación del consistorio a la petición que envió el Justicia de Aragón, el pasado 27 de diciembre. El defensor del pueblo aragonés elaboró un informe, al cual ha tenido acceso EL ESPAÑOL, pidiendo al Ayuntamiento a que “revise su actuación en el caso” y que estudie la redacción de una ordenanza para que “establezca un protocolo y tipifique las situaciones que podrían ser atendidas en las ludotecas municipales (…) y aquellos casos que, en función de la discapacidad del menor, precisarían disponer de recursos humanos adicionales”.

El mismo Justicia de Aragón, en el informe enviado al consistorio zaragozano, recalca: “Las administraciones públicas protegerán de forma especialmente intensa los derechos de las personas con discapacidad (…) en el acceso a la cultura, el deporte o el ocio”. Los padres de Miguel confían “en que al menos contesten al Justicia de Aragón, aunque pasen de contestarnos a nosotros”.

De hecho, el defensor del pueblo autonómico da un toque de atención al Ayuntamiento por su ausencia de respuesta, y expresa que es “obligación de toda Administración dar respuesta al ciudadano en relación con sus escritos y solicitudes, sin que resulte legítimamente admisible acudir a una postura de silencio”. A su vez, el Justicia de Aragón añade que “la falta de respuesta (…) restringe las posibilidades de defensa del ciudadano”.

Alberto y Arantxa insisten: si el consistorio que lidera Pedro Santisteve no impulsa una ordenanza para regular la admisión de casos como los de Miguel Garicano “denunciaremos al Ayuntamiento, así habrá una sentencia firme que siente precedente, y nunca más un niño pasará por esta discriminación”.

“NOS SORPRENDE EL SILENCIO DE ECHENIQUE”

Los padres de Miguel Garicano reconocen a este diario que no están pasando momentos fáciles durante este conflicto con el Gobierno de Zaragoza. “Mi mujer como madre está mal, pero nos damos apoyo mutuo. Luego escuchas al Gobierno de Zaragoza y te dan ganas de dejarlo, pero mi hijo se merece una Zaragoza más justa”, detalla Alberto.

La reivindicación social siempre ha estado auspiciada por el colectivo Plena Inclusión Aragón. “El Ayuntamiento conculca el derecho básico de asistencia a un discapacitado, y pedimos al alcalde que el Ayuntamiento preste ese servicio sin discriminación”, explica a este diario el director gerente de Plena Inclusión Aragón, Ramón Álvarez. “Nos preocupa Miguel”, detalla, “y hemos ofrecido voluntarios pagados por nosotros pero el Ayuntamiento aún no nos ha contestado, y fue hace seis meses”.

Sin embargo, los padres de Miguel son conscientes de que la decisión depende de la “voluntad política” por parte del Ayuntamiento que gestiona Zaragoza en Común (Podemos e IU). Por eso, la parte que más hiere a Alberto y Arantxa es la politización de la situación de su hijo. El Partido Popular, al conocer el caso de Miguel, instó al Gobierno de Zaragoza liderado por Santisteve a que regulará una ordenanza para solucionarlo y dar explicaciones a los padres del pequeño. Desde entonces, apunta Alberto –el padre de Miguel- “se ha politizado hasta el punto de que llaman a mi hijo 'el del PP', cuando no somos del PP ni de lejos”.

El pequeño Miguel, en el salón de su casa. Álvaro Sierra

-¿Habéis pensado en tirar la toalla?

-¿Tirar la toalla? Ni de broma. Aunque nos cueste lo que sea, mi hijo se merece una Zaragoza mejor. Merece la pena esta lucha, aunque haya excesiva presión política.

El padre de Miguel, notablemente afectado al tratar la situación política que cubre el caso de su hijo, reconoce que “me han dicho que si estuviera en una asociación afín a Podemos, ya estaría resuelto. Es que, joder, está Podemos cuestionando a mi hijo en una lucha política en vez de luchar por sus derechos. La realidad es que el único grupo que está ayudándonos es el PP, y de una manera sincera. Nos gustaría que se sumaran más grupos políticos”. Y matiza: “Nos sorprende el silencio de Pablo Echenique y que no se haya hecho eco de la situación de Miguel, siendo mi hijo discapacitado como él. Se jacta de lo social en televisión y aquí no dice ni mu”.

EL AYUNTAMIENTO RESPONDE

Pese a las duras críticas emitidas hacia el consistorio zaragozano por los padres de Miguel Garicano, así como la reprimenda del colectivo Inclusión Social Aragón o la petición expresada por el Justicia de Aragón, el Ayuntamiento se defiende. En declaraciones a este diario, fuentes municipales no concretan si se promoverá una ordenanza –como pide la familia de Miguel- para regular el acceso a las ludotecas de los niños con una amplia discapacidad, sin coste añadido a sus familias.

Desde el consistorio afirman a EL ESPAÑOL que “a lo largo de todo el proceso, la familia ha mantenido reuniones con el Gabinete de la Consejera como con la Jefatura de Servicios Sociales en las que se han atendido sus demandas”, y precisan: “Se han propuesto diferentes alternativas, siempre desde la primacía del interés del menor y la correcta atención de sus necesidades”.

Las mismas fuentes municipales explican que “a falta de una regulación específica, el acceso a las actividades de la red de centros de tiempo libre y ludotecas está abierto a todos los niños y niñas de la ciudad, sin hacer excepciones por causa alguna”, pero precisan que “dependiendo del tipo y grado de discapacidad (…) se propone a las familias una programación para su participación en el centro”. Según se detalla en las explicaciones del consistorio zaragozano a este diario, la inscripción en una ludoteca municipal de un niño discapacitado será siempre con la exigencia de “un recurso alternativo o un apoyo externo por parte de la familia”.

Noticias relacionadas