La descomposición de Podemos en la Comunidad Valenciana, evidenciada con la dimisión del vicepresidente segundo de la Generalitat Valenciana, da una nueva razón a Ximo Puig para adelantar las elecciones autonómicas. Se trata de una posibilidad que contempla de nuevo el círculo de confianza del presidente valenciano, quien ya recurrió a esta fórmula en 2019 para obtener un mejor resultado en las urnas.
La marcha de Rubén Martínez Dalmau, a su vez conseller de Vivienda de la autonomía, supone un doble contratiempo para Puig. Se trataba de su vicepresidente más afín y leal en el tripartito, lejos del perfil más combativo de la líder de Compromís y vicepresidenta primera, Mónica Oltra.
Está por ver si su sustituto, el actual director de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social del Gobierno de España, Héctor Illueca, hereda el rol de su antecesor. En caso de adoptar un perfil similar al de Oltra, Ximo Puig se encontraría con dos contrapesos importantes que dificultarían su acción de gobierno. La inminente negociación de los presupuestos autonómicos será una buena ocasión para comprobarlo.
Al margen de afinidades, entre los socialistas preocupa la salud política de un partido a la baja, tal y como recogió este martes el diario Valencia Plaza. El adelanto electoral de 2019 movió las elecciones autonómicas a la misma fecha que las generales, y permitió tanto al PSOE como a Podemos beneficiarse del tirón de sus marcas nacionales.
En cualquier caso, el resultado fue del 8% de los votos para Unides Podem, solo tres puntos por encima de la barrera electoral del 5% vigente en la comunidad autónoma. Aquello ocurrió dos años antes de las recientes elecciones madrileñas, en las que el apoyo de Podemos se redujo a un exiguo 7% y tras las que dimitió Pablo Iglesias.
La tendencia es decreciente, y poco ayuda la crisis interna que ha exhibido el partido en la Comunidad Valenciana con la dimisión de su vicepresidente tras solo dos años en el cargo. ¿Será capaz Podemos de entrar en el parlamento valenciano con estos mimbres?
Esta es la pregunta que se hacen algunos en el PSPV-PSOE, que además subrayan que Puig disfrutará en el próximo año de un contexto favorable. Consideran que sale bien parado de la gestión de la pandemia y que la llegada de los fondos europeos generará un contexto propicio para su reelección. Además, recortaría los plazos previstos por el PP para asentar a su candidato in péctore, Carlos Mazón.
Preguntado al respecto, Ximo Puig, niega que vaya a adelantar los comicios. "No hay ningún motivo en estos momentos para adelantar las elecciones", respondió en la reciente entrevista concedida a EL ESPAÑOL, si bien recurrió en repetidas ocasiones al mismo complemento circunstancial: "en estos momentos". ¿Podrían cambiar estas circunstancias?
Un extraño movimiento alimentó esta suspicacia el pasado mes de junio. Tal y como reveló Las Provincias, el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) recogió una delegación de competencias entre consellerias para "iniciar la contratación del servicio de captura, tratamiento y difusión de los datos de las elecciones a Les Corts".
El PSPV-PSOE, en bloque, negó con insistencia al día siguiente que fueran a adelantar las elecciones autonómicas. "Si pudiera convocar algo sería un adelanto de vacaciones, no de elecciones", llegó a decir el presidente socialista. Pero nada se puede descartar tras lo ocurrido en 2019.
Dalmau por Illueca
El vicepresidente saliente del Gobierno valenciano, Rubén Martínez Dalmau, anunció este martes que el propio Héctor Illueca ha dado el sí para relevarle en el cargo, una sustitución de la que fue informado previamente el propio Ximo Puig, que es quien ha de nombrar al nuevo número tres de la Generalitat Valenciana.
Según ha podido contrastar este periódico, en el movimiento se implicaron también de forma directa la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra. La mandataria se marcó el propósito de coordinar las grandes decisiones que afectan a la formación en los territorios, y el relevo de Dalmau era una de ellas.
Belarra, junto a la secretaria de organización de la formación morada, Lilith Verstrynge, controló la operación desde Madrid al conocer la voluntad de Dalmau de marcharse. Ambas escogieron a Illueca por tratarse de un alto cargo de eficacia probada, y la decisión contó además con el visto bueno de Yolanda Díaz, que es quien pierde a Illueca en el Ministerio de Trabajo.
Dalmau, ante las repetidas preguntas de los medios de comunicación, insistió una y otra vez en que su salida no responde a sus discrepancias con Pilar Lima, portavoz de Podemos en el parlamento valenciano desde enero de este año. Lima hizo valer su control del partido para relevar a Naiara Davó, la líder en Les Corts con la que sí sintonizaba Dalmau.
El choque entre Lima y Dalmau a la hora de nombrar al secretario autonómico de Justicia que corresponde a Unides Podem fue el detonante para la marcha del segundo, sobre la que ya se había especulado meses atrás. El dirigente, por contra, circunscribió la decisión de marcharse a un "cambio de ciclo" y a su voluntad de regresar a la docencia en la universidad.
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