Espadas mira de reojo a Susana Díaz, en el Congreso del PSOE.

Espadas mira de reojo a Susana Díaz, en el Congreso del PSOE. EP Sevilla

Andalucía

La guerra en el PSOE de Andalucía se intensifica: Todos saben lo que dijo Sánchez, pero Sánchez no dijo nada

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Hubo un tiempo, recuerda la periodista Lourdes Lucio, una de las voces más autorizadas para analizar al PSOE de Andalucía, en que los socialistas de San Vicente ponían la oreja en la vía, como en las películas del Oeste, y eran capaces de oír de lejos si llegaba la caballería enemiga a kilómetros. Conocían el territorio mejor que nadie. El partido funcionaba por un sistema milimetrado de identificación PSOE-Junta-Andalucía.

Atacar al PSOE era atacar a la Junta, era dañar a Andalucía. Y al revés. Fue así durante casi cuatro décadas. Pero en 2018, la hecatombe: perdieron el olfato y la Junta. No perdieron las elecciones, una cuestión que Susana Díaz, expresidenta andaluza, recuerda frecuentemente.

El PP llegó al Gobierno de Andalucía y el PSOE empezó su 'travesía en el desierto' que dura ya seis años y que no parece tener fin. De hecho, lejos de acercarse a San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta, el Congreso Federal socialista que acaba de celebrarse en Sevilla, ha mostrado una federación andaluza en implosión pública e incapaz de respetar, siquiera, la 'pax sanchista' de los días de cónclave nacional. 

El discurso del presidente del Gobierno y del reelegido secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, en la clausura del Congreso Federal son el mejor ejemplo de esas posturas que parecen irreconciliables. Los oficialistas de Juan Espadas, el contestado secretario general, aseguran que Sánchez no está para refrendar candidatos. Los críticos apuntan a que el presidente del Gobierno habló de recuperar Andalucía para el socialismo, pero no nombró a Espadas. 

Ambas interpretaciones, en el fondo, caben. Porque Sánchez está manejando esta cuestión con una estudiada equidistancia. Fuentes del PSOE señalan que el presidente del Gobierno no se va a decantar por Espadas si hay un candidato fuerte. Y tampoco por la oposición interna si no consiguen un nombre de relevancia con garantías. Quiere apostar a caballo ganador, señalan. 

Congreso andaluz

Con ese tablero, Espadas anunció ayer la fecha del congreso regional. Será el 22 y 23 de febrero de 2025 en Granada. Antes, las primarias, donde hay que presentar avales justo después de Navidad. ¿Estrategia para poner las cosas complicadas a los críticos? Él se presenta, lo reconfirmó este domingo. ¿Y enfrente? No hay un nombre aún que aúne las tres corrientes de críticos.

Estos son los clásicos de Luis Ángel Hierro; los de Susana Díaz, viejos conocidos de Espadas, señalan desde su entorno; y los de nuevo cuño, con los secretarios generales de Córdoba, Rafi Crespín, y de Cádiz, Juan Carlos Ruiz Boix.

Son muchas corrientes y cero nombres, por ahora, para aglutinar. Los oficialistas lo saben y añaden leña al fuego: "No han colocado a nadie en la dirección del PSOE. Llegó a haber la tentación de meter a alguno desde la dirección federal para calmar ánimos. Pero nos negamos y no ha pasado", revelaba ayer un dirigente andaluz. 

Desde el equipo de Espadas son claros. Boix "no es un amigo", y por eso no se le invitó a los actos paralelos de la delegación en el congreso de Sevilla. Crespín va camino de la misma consideración tras pedir a Espadas claramente que "sea generoso y se aparte" este fin de semana.

En contra

Jaén es tibio. "Cuando lleguemos al río cruzaremos ese puente", respondió al ser preguntado, de forma directa, si apoyaba a Espadas, su presidente, Paco Reyes. Javier Fernández, de Sevilla, pasó de un "Espadas es el único candidato" ante la misma pregunta a un "apoyo total" tras una conversación, revelan a EL ESPAÑOL, en la dirección del PSOE donde se le pidieron explicaciones por sus declaraciones a la prensa. 

Es momento de sacar la calculadora: Ocho provincias, dos en contra de Espadas de forma clara y una, de perfil. Pero es Jaén, que casi que cuenta doble, por su importancia simbólica e institucional -es una de las dos únicas diputaciones que retiene el PSOE tras la debacle de las municipales de 2023. 

A favor, Sevilla. Los demás, no se pronuncian, algo que es también significativo. Y habrá cambios. Represalias, señalan los críticos. Almería y Málaga, revelan líderes del PSOE andaluz, tienen que renovarse. Los nombres que las dirigen ahora, no les valen a Espadas. 

Señales del líder

"Los críticos que presumían de un hilo directo con Ferraz se han quedado sin un solo asiento en la dirección del PSOE", señalaba otro alto cargo del PSOE andaluz. Eso es prueba, creen, del apoyo de Sánchez. El mismo apoyo que, dicen, Sánchez no tiene que dar porque no es su función. ¿Contradictorio? Así está la cuestión en estos momentos en San Vicente. 

A favor de Espadas (y en contra), su silencio. Es cierto que ha respetado la tregua que se habían dado con los críticos hasta el final del congreso. No así el bando contrario. Pero la oposición interna le afea los gestos como no invitar a todos a encuentros informales paralelos a la agenda del encuentro federal. Y ese no hablar dejó vía libre a la oposición interna para contar su versión de la historia sin que nadie explicara la postura contraria.

En el PSOE de Andalucía tienen mucha plancha por delante para arreglar su situación. Así, ocupados en lo interno, es complicado, señalan en ambos bandos, volver a ser referente para los votantes. Imposible recuperar ese oído prodigioso en las vías del ferrocarril. La caballería de Juanma Moreno, presidente de la Junta del PP, no tiene indios que le tiren flechas. Y las encuestas, que le dan mayoría absoluta tras mayoría absoluta seis años después de llegar a San Telmo, lo acredita.