Marruecos ofrecerá a España colaboración para luchar contra el narcotráfico en la visita que el presidente Pedro Sánchez realizará este miércoles a Rabat, donde será recibido por Mohamed VI. El ofrecimiento llega una semana y media después de que varios narcos mataran a dos guardias civiles en Barbate tras embestirles con su lancha.
Cuatro días después del crimen, el director general de Seguridad Nacional y Vigilancia del Territorio Nacional de Marruecos, Abdellatif Hammouchi, recibió en Rabat al comisario general de Información de España, Eugenio Pereiro Blanco, para abordar asuntos clave en materia de seguridad.
En el marco militar, ambos países contemplan mejorar también las relaciones a fin de gestionar y proteger el Estrecho de Gibraltar de manera conjunta. De hecho, ya se están desarrollando maniobras marítimas y ejercicios militares desde 2023 para combatir la inmigración irregular, el terrorismo y el narcotráfico en El Estrecho, el mar de Alborán y en el Mediterráneo.
Además de reforzar la colaboración en la lucha contra el tráfico de droga, las mafias de seres humanos y el blanqueo de dinero, Rabat pretende convertirse en una plataforma para relanzar el comercio de España en África, estableciendo relaciones conjuntas con diferentes gobiernos del continente.
Por eso, en Marruecos se tildaba este martes la visita de Sánchez de "geopolítica y estratégica", pues habrá varios proyectos sobre la mesa con los que reforzar las relaciones de vecindad y colaboración.
En cuanto a uno de los puntos que se le resiste a España, la apertura de las fronteras terrestres con Ceuta y Melilla, y la puesta en marcha de las aduanas comerciales, Rabat espera que el Gobierno español retire el requisito del visado para la población cercana a las ciudades autónomas españolas, y así que se pueda acceder como antes de la pandemia. "Si cumplen con este objetivo, el comercio volverá a su normalidad, excepto el asunto del porteo", anunciaban a EL ESPAÑOL fuentes marroquíes.
Por su parte, desde Somos Melilla van a solicitar al Gobierno español que "informen de la agenda y que resuelvan los asuntos pendientes", según adelanta su secretario general, Amin Azmani.
Los mayores beneficiados serán los trabajadores transfronterizos que se han quedado en Marruecos sin poder trabajar en España, sin cobrar ERTE ni paro. Igualmente, permitirá que algunos centenares de marroquíes atrapados en Ceuta y Melilla con el pasaporte caducado puedan volver a su país sin temor para renovarlo y poder regresar para trabajar.
Es el caso de Amina, cocinera marroquí de 42 años, que en una entrevista con EL ESPAÑOL, explica desde Ceuta que lleva cuatro años en la ciudad, con el pasaporte caducado y no le dan trabajo de forma legal. Por eso ha improvisado un restaurante en su casa y sirve a los bares y a las casas particulares.
Argelia, de fondo
El rey de Marruecos recibirá a Sánchez sólo una semana después de que José Manuel Albares abortase una visita a Argelia, rival histórico de Marruecos en el Magreb. El Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que el motivo de la suspensión fue "la agenda del ministro de Exteriores" argelino, Ahmed Attaf, de quien había partido la invitación.
Pero desde Argel la versión es distinta. "Tiene que ver con la política; las partes que controlan el poder no están de acuerdo", explicó entonces un periodista argelino a EL ESPAÑOL.
[Mohamed VI recibirá a Sánchez una semana después de que Albares abortase su visita a Argelia]
Realmente, se trataba de un viaje importante con el que se pretendía pasar página a dos años de conflicto bilateral, sobre todo en el ámbito económico. A pesar de que las relaciones diplomáticas se han ido encauzando, las comerciales están estancadas desde que Sánchez reconoció la autonomía marroquí para el Sáhara Occidental en 2022. Argel congeló entonces sus relaciones con España.
La visita de este miércoles resulta, por todo ello, "verdaderamente preocupante para las empresas afectadas con la situación política con Argelia", según confiesa el CEO de una empresa española con negocios en Argel. "Esto no se va a arreglar", exclamaba el director de un periódico argelino al conocer la noticia del encuentro entre Mohamed VI y Pedro Sánchez.