María Concepción Gamarra Ruiz-Clavijo (Logroño, 1974), así con ese nombre y el segundo apellido compuesto, suena como a autoridad regia. Sin embargo, el apodo que le puso un tío suyo y por el que todos la conocen, Cuca, hace a la persona más familiar, más cercana, más alcaldesa de su tierra. En realidad, ella es una mezcla de las dos cosas.
Podría decirse que, con el tiempo, se ha convertido en el jarrillo de mano del Partido Popular. Lo mismo hace de vicesecretaria en la cúpula, que dirige a todo un grupo parlamentario, que coge el timón del barco en plena transición entre un liderazgo y otro, que ocupa la secretaría general o coordina el programa electoral para las generales.
A estas alturas, pocos cargos le quedan por conocer en su formación. Como número dos tiene un despacho en la calle Génova. Y como portavoz, otro en el Congreso de los Diputados. Vive pegada a dos móviles, una táblet y un sinfín de carpetas. Es fácil llegar a la conclusión de que si se abre una nueva era en el PP, como adelantó EL ESPAÑOL y confirmó Alberto Núñez Feijóo, Cuca Gamarra va a llevar menos "carga".