- "Mamá, ¿cómo es la voz de papá?".
Aquella pregunta curiosa pronunciada por un niño de corta edad resumía el vacío que deja la muerte de un militar español entre sus familias. Víctor quería saber cómo era la voz de su padre, Manuel Argudín Perrino, muerto en Afganistán el 26 de junio de 2011 junto a la soldado Niyireth Pineda Marín. Tan solo tenía dos años cuando sucedió la tragedia y apenas guardaba recuerdos de él.
Una pregunta de difícil respuesta. Pero Cristina, como si la hubiese estado esperando largo tiempo sin saberlo, recurrió a uno de sus tesoros más preciados. Era una cinta de un viejo contestador. La guardaba con la pasión de una viuda que había llorado la muerte de su marido a miles de kilómetros de distancia.
Con la misma solemnidad, Víctor escuchó la voz de su padre. ¿Qué decía el mensaje? Recogía la llamada que, pocos días antes de morir, había hecho el sargento Manuel Argudín a casa. Felicitaba a su otra hija, Paula, por su cumpleaños. Ella tan sólo tenía cuatro años cuando quedó huérfana.
Hoy tienen 10 y 12 años. "Tenemos muchas fotos de papá en casa, pero escuchar su voz es especial", afirmaban los niños, acompañados en todo momento de su madre Cristina. Hablaban con orgullo: por la memoria de su padre y por ser los protagonistas de una de las páginas del calendario que el Ejército de Tierra ha editado para 2020.
Si en la edición anterior dedicaron el calendario a las mujeres militares con valor reconocido, esta vez han querido destacar la labor que el Patronato de Huérfanos del Ejército de Tierra (PAHUET) desarrolla entre más de 1.300 hijos de militares españoles que han perdido la vida.
Este miércoles, el Cuartel General del Ejército acogió la ceremonia de presentación del calendario. Víctor, con voz clara e infantil, emocionó a la sala con un mensaje dedicado a su padre: "Su recuerdo está siempre presente. Y esperamos que desde el cielo pueda estar orgulloso de nosotros como nosotros lo estamos de él y de sus compañeros".
"En este acto hoy representamos a todos los huérfanos y se presenta un calendario con fotos de algunos de nosotros con el propósito de agradecer a todos los compañeros de nuestros padres. No ya solo por todo lo que nos dais, que es mucho y muy importante, sino también el cariño y la dedicación con que lo hacéis a través del patronato".
"Tranquilidad como madre"
En términos similares se expresaron Alexandra Ribadomar y sus hijos. Ella quedó viuda y ellos huérfanos el pasado año, en 2018. La muerte del sargento primero Francisco Javier Benítez tiñó de luto al Ejército de Tierra. Y a la familia la sumió en la incertidumbre de no saber cómo sería el futuro sin él.
"Jugaba mucho con nosotros", detallaban este miércoles sus hijos, Sofía y Raúl (hoy 5 y 11 años). Pero al igual que la familia del sargento Argudín, agradecieron al Patronato su desempeño por encontrar un camino para ambos.
"El Patronato nos ayuda, si quieren ayudar pagan becas de colegio y de universidad", detalla Alexandra. "Están muy pendientes de ellos, eso me da mucha tranquilidad como madre; hacen una labor que tiene que saberse". Labores que se desarrollan, en buena medida, gracias a donaciones anónimas.
El Patronato
La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, destaca la labor que desempeña el Patronato dentro del Ejército de Tierra. "Es una gran familia, de la que todos nos tenemos que sentir orgullosos y que siempre está ahí para apoyar a los hijos de los que mueren en acto de servicio".
Asimismo, el Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), general Francisco Javier Varela Salas, considera que el trabajo del PAHUET es "poco conocida" para el "gran valor" que aportan al cuerpo castrense.
El Patronato de Huérfanos del Ejército de Tierra (PAHUET) se constituyó en 1981 con la finalidad de acoger bajo su protección a los huérfanos militares de este ejército y de los cuerpos comunes adscritos al Patronato para contribuir a su formación y su desarrollo personal.