Desde que se constituyeron las Cortes tras el 20 de diciembre, el Parlamento ha sido protagonista de los nuevos gestos que supone la llegada de la nueva política. Por eso el guion se cumplió durante la solemne sesión de investidura a la que tradicionalmente acude el Rey. Tal y como estaba previsto, los diputados y senadores que no se sienten representados por la Monarquía hicieron una retahíla de desplantes a la familia real.
El gesto que menos gustó en el Parlamento fue que el senador de Unidos Podemos Iñaki Bernal desplegara una bandera republicana durante los treinta minutos que duró el discurso del monarca. No hizo gracia ni siquiera a Pablo Iglesias, que reconoció a su salida en una entrevista televisiva que "no era el momento ni el lugar" de portar una bandera republicana. Su compañero se apresuró a decir que había sido una decisión personal, no del partido.
La sesión plenaria comenzó con unos minutos de retraso. Un tiempo que sirvió para que diputados de Unidos Podemos reprocharan a los del Partido Popular que sus senadores hayan ocupado escaños en los que normalmente se sientan los de la formación morada. Un error de principiantes. El día de la apertura solemne de Cortes, los senadores están también invitados al acto, por lo que “los escaños no son de nadie”, según reconocen fuentes parlamentarias a EL ESPAÑOL.
A los 350 diputados se suman los 262 senadores, por lo que tienen que compartir escaños y tradicionalmente cada uno se sienta donde puede. Conocedores de este dato, los miembros del Partido Popular madrugaron mucho más que sus adversarios políticos para ocupar toda la bancada derecha del Parlamento y evitar así que en las imágenes y vídeos se viera el desplante de los diputados que se sienten republicanos. Hasta Rita Barberá ocupó su silla solo cuatro filas más arriba que los miembros del Gobierno.
Tras el primer rifirrafe entre diputados, los reyes entraban a la tribuna de oradores. Entonces todos los diputados y senadores presentes en el Hemiciclo se pusieron en pie excepto uno: el andaluz Diego Cañamero, que acudió a un acto repleto de trajes de chaqueta y corbatas con vaqueros y una camiseta negra que lucía un mensaje muy lúcido: “Yo no he votado a ningún rey”.
El día de las sillas sin nombre, Pablo Iglesias decidió colocarlo en el escaño detrás del suyo. Justo donde los flashes llegan mejor. En un día donde abundan los tacones, la senadora Vanesa Angustia, de En Marea, también optó por una camiseta con un lema, en su caso “siempre guerrilleras, nunca bandoleras”. Otros, como Alberto Garzón, reivindicaron su vena republicana colocándose en la solapa de su chaqueta escarapelas tricolores.
El protocolo de Unidos Podemos
Los diputados de Unidos Podemos se hicieron un lío sobre qué protocolo debían seguir el día que el rey daba por inaugurada la legislatura más convulsa que se recuerda. Si al entrar los reyes los parlamentarios morados se pusieron en pie, aunque sin aplaudir, cuando el monarca terminó su discurso optaron por quedarse sentados en sus escaños de brazos cruzados o leyendo el móvil.
Todos los diputados y senadores de PP, PSOE y Ciudadanos respondieron con un caluroso aplauso que se prolongó durante dos minutos y medio. Un aplauso mucho más largo de lo normal como señal de repulsa a los feos de algunos parlamentarios a la presencia del rey. Un aplauso sobresalía desde la tribuna de invitados sobre todos los demás: el de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que no dudó en ponerse dos veces en pie para ovacionar al monarca en contra de lo que hacían sus compañeros afines. Con este gesto, volvía a demostrar que ella no es de Podemos.
La educación de las infantas
Mientras republicanos y monárquicos escenificaban su acercamiento o su distanciamiento a la Monarquía, la princesa de Asturias y su hermana Sofía hacían gala ante los presentes de tener una exquisita educación. Las dos niñas, de once y nueve años, se mantuvieron en el filo de sus asientos durante la hora que duró el acto en el interior del Hemiciclo. Solo cuando la tensión se convirtió en paz las pequeñas se cruzaron confidencias y risas.
Pero ni se inmutaron cuando comprobaban que había diputados y senadores que ni se levantaban cuando el protocolo lo indicaba.
Sea como fuere, el show de Podemos en el Parlamento el primer día que Felipe VI preside una sesión plenaria es el termómetro que indica la temperatura que regirán las Cortes lo que dure esta Legislatura. Son los nuevos tiempos y la nueva forma de entender la política.